Este 10 de febrero el Instituto Nacional de Salud publicó el estudio del Observatorio Nacional de Salud, ONS, sobre la neumonía, realizado en conjunto con investigadores de la Universidad de Antioquia.
El estudio analizó las muertes por neumonía en adultos mayores de 25 años en el país, entre 1998 y 2015, pues esta enfermedad es una de las principales causas de muerte por agente infeccioso, aón antes de la pandemia por covid-19.
Acerca de los resultados, Carlos Castañeda-Orjuela, director del Observatorio Nacional de Salud, ONS, aseguró que en la revisión se pudo evidenciar el efecto de la desigualdad social, mediada por la educación, y su impacto en salud.
Los hallazgos permitieron concluir que, “el riesgo de morir por neumonía fue significativamente mayor entre los que tenían menor educación. Esta diferencia, además, fue mayor en mujeres que en hombres y, según grupos de edad, los adultos jóvenes entre los 25 a 44 años presentan la mayor desigualdad. Aunque en general las brechas han venido aumentando en el tiempo”, explica director del ONS.
Según el experto, una persona que logra una buena educación tiene más elementos para tener una mejor salud, entendida como bienestar, gozar de mejores condiciones socioeconómicas y acceso a más y mejores bienes y servicios, además, tiene más opciones para gestionar la enfermedad en caso de padecerla.
El nivel educativo, además de ser en sí mismo un determinante social de la salud, también es reflejo de otras condiciones estructurales de la sociedad que inciden sobre el riesgo de enfermar y morir. Concluye el ONS que los esfuerzos para reducir la mortalidad en general, tomando la causada por neumonía en adultos jóvenes, como un trazador o evento de base, requiere de más población con acceso y permanencia garantizada a la educación, hasta al menos niveles técnicos y ojalá más, junto a la intervención de los demás determinantes de salud, que deben fortalecerse con políticas públicas que aseguren un acceso generalizado a las oportunidades económicas y sociales.
Para efectos de este análisis, los investigadores recopilaron la información sobre el nivel educativo a partir de los microdatos de las Encuestas de Demografía y Salud de Colombia y compararon la mortalidad en grupos con distintos niveles educativos, con la mortalidad en el grupo de mayor nivel de educación. También se estableció un indicador denominado Índice Relativo de Desigualdad que permitió evaluar las diferencias socioeconómicas en los diferentes grupos analizados.
Esta misma tendencia fue más marcada en mujeres, entre quienes el riesgo relativo de morir fue mayor para las que tenían primaria, respecto a las que habían terminado la secundaria. Y si se compara con quienes alcanzaron formación técnica y profesional, el riesgo de morir es menor en este grupo.
Adicionalmente, el estudio permitió estimar, en casi dos décadas, que las desigualdades educativas en las cifras de mortalidad por neumonía han ido creciendo en ambos sexos. Lo que confirma una vez más cómo trabajar sobre las desigualdades sociales, tiene repercusiones y efectos inmediatos sobre los indicadores de salud de toda la población.
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