Después de un año y ocho meses como interventor del Hospital San Francisco de Asís de Quibdó (Chocó), Camilo Ramírez renunció a su puesto por temor a ser violentado. El funcionario aseguró que las amenazas que viene recibiendo lo obligaron a retirarse para así no ponerse en peligró ni a su familia.
“La principal razón son las constantes amenazas en contra de mi familia, especialmente, contra la vida de mi esposa y la mía. Era una situación insostenible en el hospital debido a la falta de recursos con que trabajar. Realmente, es una situación que se le sale de las manos al interventor y que tiene que venir con recursos del Gobierno Nacional”, señaló.
Hay que recordar que el pasado 25 de enero, 30 personas, entre médicos, enfermeras, auxiliares y administrativos, del Hospital San Francisco de Asís denunciaron que han recibido mensajes intimidantes en los que les exigen dinero a cambio de no atentar contra sus vidas.
Quienes estarían detrás de las amenazas se han identificado como miembros de las Autodefensas Revolucionarias Mexicanas, un grupo paramilitar del que no se tiene mucha información. Las autoridades aseguraron que están investigando el caso para poder dar con los responsables.
Esta no es la primera vez que amenazan al personal médico chocoano. Desde hace un año los empleados del Hospital San Francisco de Asís han denunciado las amenazas de muerte. Incluso, en mayo del año pasado, subversivos atacaron la vivienda de un médico que se negó a pagar 200 millones de pesos.
Teniendo en cuenta lo anterior, Camilo Ramírez dejó el cargo que será asumido por César Ramírez Montoya. Este último tendrá que enfrentarse a graves problemas dentro del centro de salud, porque sumado a la crisis de seguridad, hay deficiencias económicas.
A pesar de que Camilo Ramírez señaló que durante los últimos meses de gestión se logró abonar parte del salario a los trabajadores, el problema todavía es relevante. 600 personas, tanto del personal médico como administrativo, no han recibido el equivalente a cinco salarios.
“Es cierto que se deben cinco meses del año pasado, pero no es cierto que hace cinco no se les pague porque se han hecho abonos. Yo considero que el hospital es viable, pero debe ser fortalecido en tecnología e infraestructura”, aseguró Camilo.
Actualmente el pasivo por nómina del hospital asciende a los $27.000. La situación empeoró después de que se liquidarán varias EPS del país. La decisión más reciente, que tiene que ver con Coomeva, le generó pérdidas para el Hospital San Francisco de Asís de alrededor de 2.000 millones.
Previamente se liquidaron otras dos EPS de esa zona del país que le estaban debiendo al menos 12 mil millones de pesos al Hospital San Francisco de Asís de Quibdó.
“La liquidación la adelantó la SuperSalud porque los problemas financieros eran muy grandes y que si no se hubieran liquidados estas dificultades económicas serían mayores”, explicó el exinterventor.
También mencionó que además de retrasos de pagos a empleados, hay afectaciones en el pago a los proveedores. Estos han manifestado no querer seguir prestando sus servicios, o suministrar los elementos necesarios para el funcionamiento del hospital.
A pesar de estas dificultades, resaltó que durante su gestión logró habilitar diez camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Además, otras 30 serán activadas próximamente. También instaló dos plantas de oxígeno, dos de energía y la sistematización de la contabilidad y de las historias clínicas.
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