Desde Tinder, Gabriel Santos hace campaña al Congreso por el Centro Democrático

El hijo mayor del exembajador Francisco Santos, que quiere repetir curul desde el partido de Gobierno, busca crear una “derecha diferente” y apostarle a ese tipo de iniciativas

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Gabriel Santos abrió una cuenta en Tinder para su campaña / Tomada de Twitter
Gabriel Santos abrió una cuenta en Tinder para su campaña / Tomada de Twitter

Sin duda, las redes sociales se tomaron la campaña para las elecciones legislativas y presidenciales en Colombia. Por su parte, el representante del Centro Democrático, Gabriel Santos, que ahora le apuesta a repetir un lugar en esa corporación, se unió a la plataforma de citas para adultos Tinder, donde busca hacer “match con la gente”.

A través de su cuenta de Twitter, el congresista uribista reveló los motivos que lo llevaron a impulsar su campaña a la Cámara de Representantes en una de las aplicaciones móviles más conocidas actualmente para que la gente concrete salidas, que pueden acabar inclusive en encuentros más íntimos.

“Estoy aquí para tener citas con quienes quieran oír lo que tengo para proponer. Dame like y conversaremos sobre #UnaDerechaDiferente”, señala el representante.

De hecho, esa misma frase es la que aparece en la descripción de su perfil en Tinder, acompañada del eslogan con el que busca ganar votos y nuevamente representar al partido de gobierno, pero en Bogotá, en el Congreso de la República.

Gabriel Santos abrió una cuenta en Tinder para su campaña / Tomada de Twitter
Gabriel Santos abrió una cuenta en Tinder para su campaña / Tomada de Twitter

Para los que estén interesados en hacer match con el parlamentario, su usuario es @gabrielsantosg, y ya pueden buscarlo para que les cuente los diferentes proyectos que tiene en su nueva aspiración legislativa. Eso sí, el mismo Santos reveló que su esposa, María Claudia Naranjo, le dio permiso para acceder a esa red social.

Y es que Gabriel Santos, quien es el hijo mayor del exembajador en EE.UU., Francisco ‘Pacho Santos’, busca apostarle a una política enfocada en la juventud y con iniciativas diferentes a las que venden sus copartidarios.

Por ejemplo, imitó la estrategia de ir a tomar cerveza, que en principio ideó la candidata presidencial Íngrid Betancourt y, contrario a ella, él si les invita la pola a quienes van a sus encuentros políticos, a quienes intenta convencer que en las elecciones de marzo le confíen su voto en el Centro Democrático.

Por su parte, Gabriel asegura que busca, desde la jovialidad, acercarse a la gente que está en redes sociales y, mediante la “mamadadera gallo” y ese tipo de estrategias no convencionales, repetir curul por el uribismo.

“Estamos chateando con personas, hombres y mujeres que quieran tener una conversación profunda sobre política en un vehículo distinto”, aseguró el representante a la revista Semana, donde también dijo que no sabe cuál será la reacción de la colectividad en la que milita, pero sí tiene claro que quiere impactar de manera diferente la política colombiana.

“No sabemos si hay algún problema en específico con el partido, pero parte de lo que trata de hacer esta campaña es romper con los esquemas que ya no le llaman la atención a la gente. Tiene que ser un partido que se renueve, tanto en su forma como en su fondo, sino se va a quedar con los mismos votantes, electores y adeptos”, señaló.

Y es que, desde que Gabriel Santos arribó a los estrados del parlamento colombiano, ha demostrado que busca hacer política bien diferente a la que varios de sus compañeros de partido, como los ya conocidos María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Jennifer Arias.

De hecho, el enfrentarse a Arias, que es la presidenta de la Cámara, le costó que su partido le llamara la atención a mediados de 2021, y que hasta el jefe natural del Centro Democrático, el exjefe de Estado, Álvaro Uribe Vélez, lo regañara pidiéndole que respetara a sus copartidarios.

Por esa razón, el mismo Santos, a quien le han pedido que se salga del uribismo y emprenda su carrera política desde otras colectividades, asegura que quiere una “derecha diferente”, por lo que es de los pocos políticos colombianos que se reconocen de esa ideología, pero que busca no seguir el camino de figuras pasadas que la ejercen.

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