En la mañana de este miércoles, un grupo de aproximadamente setenta presos que se encuentran detenidos en la estación de Policía de Teusaquillo, en el oriente de Bogotá, se rebeló contra las medidas de restricción del ingreso de visitas, implementos de aseo, medicinas y alimentos para ellos.
Durante la rebelión de estos presos, se prendió fuego en una de las celdas y se rompieron vidrios de la estación. Todo ello ocurrió en la presencia de algunos familiares de los detenidos, quienes aguardaban afuera pese a la restricción.
“Miren la comidita que traigo acá. Esta comida es para una semana o algo así, pero no, no dejan entrar. Me toca devolverme con ella, yo vengo desde Medellín”, dijo el familiar de un preso al informativo CM&.
“Aquí hay muchas personas que venimos de lejos con la comidita pa’ los muchachos. No nos los dejan ver por la situación, pero entonces, hay otras personas que también se entran a agredir a la Policía, entonces claro, el comandante dice ‘no, no los dejamos entrar nada’”, dijo una familiar de otro detenido al mismo noticiero.
Una unidad del cuerpo de Bomberos de Bogotá se acercó al recinto para apagar el incendio. Además, un grupo de agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) fue ingresado a la estación para evitar que ocurran más desmanes mientras se cumplen los procesos de judicialización y traslado a centro penitenciario de quienes permanecen allí.
No obstante, el proceso que debería ser de unos cuantos días se ha demorado incluso meses para algunos de ellos. Esto causa un problema de hacinamiento: aunque hay más de 70 personas presas en ese lugar, esa estación solo tiene cupo para alojar de forma digna y cómoda a 10 detenidos, ya que su propósito no es mantenerlos allí por meses. Entonces, se ha superado su capacidad en más del 500%.
Vuelve y juega
Un motín de condiciones similares había ocurrido el pasado 20 de enero en la misma estación, ubicada en la carrera 13 con calle 39. Durante la mañana de ese jueves, los agentes estaban adelantando una inspección de las celdas cuando fueron agredidos por los presos. Después, según el comandante de Policía de Bogotá, Eliécer Camacho, los detenidos trataron de huir.
En la tarde de ese mismo día, los presos de la estación de Teusaquillo iniciaron otra conflagración de colchones, con el propósito de que los dragoneantes abrieran las puertas. El motín tuvo que ser controlado por el ESMAD y la conflagración también fue extinguida por los bomberos. El motivo, igualmente, fue la restricción al ingreso de visitantes.
Se había prometido habilitar dicho permiso la semana siguiente, pero aparentemente no sucedió; por eso ocurrió el nuevo motín de este miércoles.
El pasado jueves 3 de febrero, también ocurrió un motín en la estación de Engativá. Los detenidos buscaban fugarse de las celdas y hay quejas por posible hacinamiento.
El canal local CityTv habló con el coronel Camilo Torres, que afirmó que, “inmediatamente se llaman algunos refuerzos de la Policía para cubrir entre cuadras; pero afortunadamente la situación se logra conciliar con ellos, se logra llegar a unos acuerdos en donde quedan tranquilos”.
De acuerdo con la información entregada por parte de las autoridades, lo que desató este otro motín con el intento de fuga fueron los estrictos controles que realizan los oficiales a las celdas para decomisar elementos que los reclusos ingresan y que generan inconformidad con otros reclusos.
“Son controles que se hacen frecuentemente, precisamente para evitar algunos inconvenientes como los que se pueden presentar por estos temas de intolerancia”, afirmó el coronel Camilo Torres al canal de televisión.
SEGUIR LEYENDO: