La Tercera Brigada del Ejército ofreció excusas públicas por los mal llamados ‘falsos positivos’

El acto de perdón se llevó a cabo en el municipio de Pradera, en el Valle del Cauca, donde las víctimas fueron reclutadas con promesas de trabajo

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Mural '¿Quién dio la orden?
Mural '¿Quién dio la orden? EFE/ Carlos Ortega

En la tarde de hoy martes 8 de febrero, la Tercera Brigada del Ejército Nacional pidió perdón por las ejecuciones extrajudiciales de Darbey Mosquera Castillo y Alex Hernando Ramírez ocurridos en la madrugada del 8 de febrero de 2008. El acto de perdón se llevó a cabo en el parque Simón Bolívar de Pradera, en el Valle del Cauca.

El acto en el que el Ejército Nacional pidió perdón se registró en el área de responsabilidad de la Tercera Brigada, Pradera, Valle, por orden del Consejo de Estado, ya que allí reside la familia, pero son hechos que ocurrieron en zona de la Octava Brigada.

Durante el acto, el brigadier general William Fernando Prieto Ruiz, comandante de la Tercera Brigada del Ejército Nacional, pidió “excusas públicas, una obligación que tenemos, que demanda la ley y es un fallo, parte de esa forma de resarcir las cosas”.

Mosquera, una de las víctimas, era hijo de la lideresa social Alfamir Castillo, que asistió al acto de perdón y es vocera en los procesos penales contra el general (r) Mario Montoya. “Las autoridades nos deben justicia y verdad, aun nos seguimos preguntando, quién dio la orden y la verdad para el pueblo” dijo Castillo.

La lideresa Castillo también añadió, durante el acto de perdón, que el “asesinato de estos dos jóvenes no se nos puede olvidar por eso estas velas significan la vida y los años que hemos estado luchando por toda esta verdad, por este pedacito de verdad, porque nos falta descubrir (...) quién dio la orden y la verdad para cuándo”.

Por los asesinatos fueron condenados a siete años de cárcel, el 29 de mayo de 2014 por homicidio agravado, los militares Jose Harbey Peña, Carlos Eduardo Mogrovejo, Javier Albeiro Dorado, Deimar José Ipia, Germán Bermúdez, Robinson Ruiz y Alonso Iván Palacios.

Sin embargo, sus casos llegaron a la JEP y en la actualidad están libres mientras son procesados por la justicia transicional.

Las muertes de los jóvenes hacen parte del expediente contra el general (r) Mario Montoya en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Según la Fiscalía, el móvil de los asesinatos de los dos jóvenes fue obtener felicitaciones y permisos por mostrar resultados positivos en combate.

¿Quiénes eran las víctimas?

Darbey Mosquera Castillo nació el 27 de octubre de 1984 en el municipio de Pradera, Valle del Cauca. Cursó primaria en la escuela San Juan Bosco y en el Colegio Francisco Antonio Zea logró estudiar hasta segundo de bachillerato. Su primer trabajo fue como vendedor de ropa al lado de su padre en el municipio de Buenaventura, antes de cumplir los 16 años. Al cumplir la mayoría de edad se empleó cortando semillas de caña de azúcar en los ingenios azucareros Cauca y María Luisa, y a los 20 años se fue a prestar el servicio militar.

Alex Hernando Ramírez Hurtado nació el 4 de febrero de 1977, también en el municipio de Pradera, Valle del Cauca. Cursó la primaria en la escuela Antonio Ricaurte y hasta primero de bachillerato en el Colegio Francisco Antonio Zea. También fue arquero de la selección Pradera de Fútbol en la categoría prejuvenil. Su vida laboral comenzó como ayudante de construcción a los 17 años. También durante seis años se dedicó a la perforación para instalación de tuberías de gas, por lo que aceptó el llamado del falso contratista que lo llevó, engañado, lejos de su casa para ser asesinado por el Ejército el 7 de febrero de 2008.

¿Cómo fueron los asesinatos perpetrados por el Ejército Nacional?

El caso ocurrió en la vereda La Java, de Manizales, el 8 de febrero de 2008, y está registrado en el informe ‘Falsa Proclama: El grito fulminante del Estado, ejecuciones extrajudiciales en el Valle del Cauca (1994-2014)’, en el que se puede leer el modus operandi de este tipo de traslados y asesinatos.

Los hechos referidos en el informe siguen un mismo patrón: desde el Valle del Cauca eran trasladadas las víctimas, raptadas o con engaños, hacia otros departamentos del país para ser asesinados por otras unidades militares. Siempre, aprovechándose de la necesidad económica y la vulnerabilidad de los jóvenes campesinos, ofreciéndoles ofertas de trabajo ficticias para luego asesinarlos a sangre fría.

En el caso de Darvey, Álex y Dídier, los tres fueron trasladados con engaños desde el municipio de Palmira por un reclutador que trabajaba para las Fuerzas Militares y con una falsa oferta laboral los convenció de trasladarse hasta Pereira, para luego recogerlos y llevarlos a la vereda Java, en Manizales, para ser asesinados por efectivos del Batallón Contraguerrillas 53 Mártires de Puerres pertenecientes a la Octava Brigada del Ejército.

Para suerte de Dídier, el arma de su victimario falló y logró escapar. Darvey y Álex no corrieron con el mismo destino y después de ser asesinados por los militares, fueron presentados como guerrilleros no identificados y dados de baja en combate, como parte de supuestas acciones legítimas de defensa, como parte la Misión Táctica 19 Fénix, operación militar que jamás existió.

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