Ojo con su voto al Congreso: podría darle curules a candidatos que no le gustan

El voto que deposite a un candidato, lista o partido aspirante al Congreso de la República decide más que una curul: pueden ser varias, e incluso, salvar la personería jurídica de un partido. Conozca el abecé del sistema electoral

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Foto de archivo. Imagen del Congreso de Colombia en un debate en la sede del legislativo en Bogotá, Colombia, 18 de diciembre, 2018. REUTERS/Luisa González
Foto de archivo. Imagen del Congreso de Colombia en un debate en la sede del legislativo en Bogotá, Colombia, 18 de diciembre, 2018. REUTERS/Luisa González

El próximo 13 de marzo tendrán lugar las elecciones legislativas en Colombia. Durante esa fecha se decidirá quiénes ocuparán los puestos del Congreso de Colombia: senadores, representantes a la Cámara, circunscripciones especiales para la paz y circunscripciones afros e indígenas.

El sistema para votar es sencillo: usted debe acercarse al puesto de votación, en cada tarjetón pone una X sobre el logo de un solo partido y —en caso de que sea una lista no preferente— pone otra en el número de su candidato preferido.

No obstante, lo que pasa después de que usted deposita su voto es un poco más complejo. Si su candidato preferido es muy popular, su voto podría sumar para que otra persona pueda lograr otra curul; inclusive, esa persona podría no gustarle a usted.

¿Cómo es eso posible? La respuesta está en el Reglamento 1 de 2003 del Consejo Nacional Electoral, que especifica lo que ocurre una vez se cierran las urnas.

Conteo de votos

Los encargados de contar su voto son los jurados de votación —si usted es estudiante o empleado, pueden seleccionarlo para ser jurado y es su obligación asistir; lea aquí cómo averiguar si fue elegido—. Ellos deben contar los votos válidos y los sufragios inválidos —cuando se marca más de un logo, no se entiende la voluntad del elector o se vandaliza el tarjetón—.

Tenga algo en cuenta: hay varias formas en las que un voto puede ser válido. Si usted solo marca el logo del partido, movimiento o alianza, pero no marca ningún número, ese es un voto válido para ese partido; no importa si la lista es preferente o no. Si usted marca el logo y dos números en una lista preferente, ninguno de esos dos candidatos recibe su voto, pero sigue siendo válido para el partido. Finalmente, si usted marca el logo y un número, el voto se va para ese candidato y le sirve al partido.

Umbral

¿Para qué le sirve a un partido político recibir un voto válido si el votante no se decide por un candidato? Porque uno de los objetivos en cada elección es alcanzar el umbral: el mínimo de votos válidos que un partido necesita recibir para conservar su personería jurídica y, con ella, la posibilidad de participar en las elecciones siguientes con soporte del Estado —financiación, medios de comunicación y la capacidad de dar avales—.

Para estas elecciones, el umbral es del 3 % de los votos. En el caso del Senado, que se elige con sufragantes de todo el territorio nacional, eso correspondería a unos 550 mil votos. Si un partido se quema, tendrá que recoger firmas para presentar a sus candidatos y buscar donativos para pagar su publicidad. Además, no le corresponderá ninguna curul.

Particularmente, este riesgo lo corren movimientos de creación reciente o con falta de maquinarias. En las elecciones pasadas, los partidos Opción Ciudadana —fundado por el condenado Luis Alberto Gil—, Somos —antes ALAS Equipo Colombia, fundado por el detenido Álvaro Araújo Castro— y el Movimiento Político Todos Somos Colombia —liderado por el pastor cristiano Jorge Trujillo— perdieron su personería jurídica.

Una vez se eliminan los partidos que no alcanzan el umbral, se calculan las curules que le corresponderán a cada partido con la cifra repartidora. En ocasiones, algunos partidos sí alcanzan el umbral para conservar su personería jurídica, pero la división por la cifra repartidora los deja sin curules.

Si el partido por el que usted votó es de voto preferente, los puestos se repartirán por orden de votación. Con este sistema, incluso puede ocurrir que un candidato quede elegido pese a tener menos votos que otro. Si es una lista cerrada, dichos escaños se repartirán por el orden que hayan definido en la lista.

Ejemplo de asignación de curules

Suponga que el Congreso tiene ocho lugares y cien personas votan. El partido A tiene 50 votos, el partido B consigue 30 y partido C suma 5. Aparte, hay 15 votos en blanco. Entonces, hay 100 votos válidos. Hay que obtener un número llamado cociente electoral: dividirá cien votos entre ocho curules y obtendrá 12 —solo se tienen en cuenta los números antes de la coma—.

El umbral en este caso hipotético se obtiene al dividir el cociente entre 2: su umbral es 6. En este caso, el partido C no obtendrá ninguna curul y sus cinco votos no se cuentan para calcular la cifra repartidora.

¿Cómo se saca la cifra repartidora? Debe dividir los votos totales de las listas A y B por uno, dos, tres, hasta alcanzar el número total de escaños —en este caso, ocho—. Una vez los haya dividido todos, los ubica en una tabla y debe contar los números del mayor al menor hasta alcanzar el total de escaños. En nuestro ejemplo, se repartirán ocho puestos, así que se elige el octavo número más grande —recuerde que solo se tienen en cuenta los dígitos antes de la coma—. Esa será la cifra repartidora.

La cifra repartidora dividirá los votos totales de cada partido para decidir cuántos escaños tendrá.
La cifra repartidora dividirá los votos totales de cada partido para decidir cuántos escaños tendrá.

En este caso, la cifra repartidora es 10, porque es el octavo número más grande. Si se dividen los votos totales entre 10, se obtendrá el número de curules por partido. Como el partido A tuvo 50 votos, tendrá cinco curules. Como el partido B tuvo 30 votos, ganó tres curules.

Si dividiéramos los 5 votos del partido C —que, como ya sabemos, no llegó al umbral— entre 10, obtendríamos un número menor a 1. Por lo tanto, incluso si hubieran pasado el umbral, tendrían cero curules.

¿Para qué le sirve esta información?

Si usted considera que un movimiento pequeño y afín a sus convicciones merece su apoyo, es conveniente que le dé oxígeno con su voto. No se tratará de un voto perdido, porque la personería jurídica le puede inyectar más fuerza en la siguiente elección.

Si le gusta un candidato de una lista cerrada, memorice el número para garantizar que esa persona sea priorizada en la repartición de curules. Invite a otras personas a hacer lo mismo y ejercer su derecho de forma informada.

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