Los incendios en Colombia vienen registrando índices alarmantes en los inicios de 2022. De hecho, un reciente informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible dio a conocer nuevos datos que incentivaron la preocupación de la comunidad ambiental.
Según el Reporte de Monitoreo de Puntos de Calor del pasado 31 de enero, “a la fecha el mes de enero del 2022 presenta el valor más alto de puntos de calor de los últimos 10 años para los biomas de la Amazonía”.
El informe también señaló que, “en los últimos días se ha presentado el mayor aumento de los puntos de calor para la temporada actual de menos lluvias, en los ecosistemas de bosques basales húmedos, bosques de galería, humedales, sabanas inundables y los complejos de humedales interconectables de la Amazonia y Orinoquia que se encuentran en las áreas protegidas”.
Del mismo modo, cifras reveladas por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), desde el inicio de la temporada seca en Colombia el pasado 15 de diciembre de 2021 hasta el 7 de enero de este año, en el país se han registrado 75 incendios de cobertura vegetal, con un promedio cercano a las tres conflagraciones por día.
Según detalló el organismo, en total, las llamas se han reportado en 48 municipios de 13 departamentos del territorio nacional, de los cuales, para la fecha, se habían podido liquidar 71 de los 75 incendios presentados.
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“Hay una aceleración en la cantidad de incendios que se están presentando y en lo temprano del año en que se están viendo un gran número de puntos de calor”, señaló en el portal especializado Mongabay Latam, Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS), quien también precisó que “el 2022 empezó de la peor manera para los departamentos de Caquetá, Guaviare y Meta”.
Incidencia de las altas temperaturas en la deforestación de la Amazonía
En el mismo medio, Botero explicó el pasado 2 febrero que debido a los 35 días sin lluvia que lleva la Amazonía, donde se han registrado temperaturas entre los 35 y los 37 grados centígrados, se “genera un contexto perfecto para que las personas puedan quemar y abrir la selva, aprovechando la madera seca que se encuentra en los suelos de los bosques como consecuencia de la tala indiscriminada y aprovechando la baja humedad”.
En ese sentido, el portal precisó que, “en el arco noroccidental de la Amazonía se concentran la mayoría de puntos de calor”, donde se encuentra gran parte del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete y donde, “según datos de la FCDS, para 2020 la tala y quema de bosque creció en 149 % respecto al 2019″.
“La gente está tumbando y quemando la selva para consolidar esas nuevas tierras e incorporarlas al mercado agropecuario”, señaló Botero en Mongabay y al mismo tiempo explicó que “no es de extrañar que los municipios más afectados por la deforestación son aquellos donde más ha aumentado la actividad ganadera y agrícola”.
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Además, según datos revelados por la FCDS, “en los análisis que ha hecho el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), el acaparamiento de tierras y la ganadería extensiva aparecen como dos motores contundentes que afectan esta región. El 66 por ciento de la deforestación en 2019, señala el Ideam, se registró en la Amazonia.
Para la fundación, las causas principales de este fenómeno serían: praderización, malas prácticas ganaderas, cultivos de uso ilícito, entre otros. Asimismo, precisó en una publicación realizada en abril de 2021 que, “en ocho municipios aledaños al PNN Serranía de Chiribiquete, se registraron cerca de 650.000 nuevas cabezas de ganado y más de 300.000 hectáreas deforestadas en los últimos cinco años, según el Centro de Alternativas al Desarrollo (Cealdes). Y justamente en esa zona, entre 2018 y 2019, se ampliaron los corredores viales en más de 1.500 km, tanto legales como ilegales”.
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