En la sede de la Dijin en Bogotá, donde permanece recluido Darío Antonio Úsuga, alias Otoniel, se reunió con el padre Francisco de Roux. En el encuentro, que duró más de dos horas, el exjefe del Clan del Golfo y el presidente de la Comisión de la Verdad hablaron sobre los actos de violencia de este grupo paramilitar en el marco del conflicto armado en Colombia.
Este encuentro fue solicitado por la Comisión de la Verdad con la idea de crear un cronograma para que alias Otoniel entregue información sobre la violencia paramilitar en Urabá, las masacres y sus relaciones con algunos miembros de las Fuerzas Militares.
En la reunión participaron dos comisionados más y los abogados del exjefe del Clan del Golfo que no pudieron acceder con sus equipos celulares y tampoco pudo estar ningún miembro de la Policía, ni de otra autoridad nacional.
Semana consultó a personas cercanas a alias Otoniel sobre el fin de este encuentro, y estos le aseguraron al medio de comunicación que la reunión es una señal clara por su parte para esclarecer los hechos de violencia que perpetró con el grupo paramilitar.
De hecho, recientemente su equipo de abogados desmintió las declaraciones entregadas recientemente por el director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, sobre la existencia de un plan de fuga y maniobras dilatorias para torpedear el estudio que adelanta la Corte Suprema de Justicia.
En este momento, la Corte Suprema de Justicia estudia el trámite de extradición a Estados Unidos, ya que una corte de este país lo ha requerido por delitos relacionados con el tráfico de drogas.
Sin embargo, en las últimas horas se conocieron detalles importantes que podrían cambiar toda la raíz del proceso que llevaría al delincuente a territorio americano.
Ante la Corte fue recibida y aceptada una acción de tutela que cambia el panorama. Mediante este recurso de apelación, las víctimas del Clan del Golfo señalan la necesidad que el máximo cabecilla de esta organización se quede en Colombia para responder por sus crímenes, esclarecer la verdad y realizar un proceso adecuado de reparación de víctimas.
Uno de los puntos de esta solicitud es que se argumenta la necesidad de que Otoniel responda primero ante la justicia colombiana y luego pueda dar continuidad de su proceso en Estados Unidos. También se destaca que el esclarecimiento de la verdad compone un factor fundamental para la reparación de las víctimas y poder mitigar el dolor e impacto que estas sufrieron a raíz de las actividades delictivas del Clan del Golfo.
Otro de los puntos a tener en cuenta de esta tutela es reducir de manera importante la prolongación de la impunidad ante casos como este, que afectó a gran parte del territorio nacional.
El radicado fue presentado ante diferentes entes de justicia y control del caso, y será estudiado puntualmente para determinar la viabilidad de esta petición y las implicaciones que pueda tener para el desarrollo normal del proceso.
Según un documento conocido por el diario El País, desde la defensa de Otoniel se argumenta: “La bancada de la defensa no es la promotora de la acción de tutela y no está llamada a ser vinculada a dicho proceso. No conoce la finalidad buscada con el amparo constitucional por parte de los actores y su representante, y espera que, con la intervención de la sala de casación civil, como juez constitucional, no vea afectado el trámite de extradición que actualmente cursa en contra de David Antonio Úsuga David”.
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