En el 2008, el ambiente político de los Estados Unidos atravesaba un hecho histórico: Barack Obama, quien se convirtió en el primer presidente afrodescendiente del país norteamericano, en el 2009, iniciaba su campaña para alcanzar aquel cargo. Una foto de él, modificada al estilo de un dibujo en tonos rojos y azules, circulaba en redes sociales bajo la promesa de la ‘esperanza’ (Hope). Una imagen similar, caricaturizada, de un humano con cara de cerdo y corbata, ahora circula en Colombia bajo la palabra ‘cerdocracia’, la misma que le da nombre al montaje teatral que, por estos días, Julio César González, conocido popularmente como ‘Matador’, anda presentando en el teatro.co.
Se trata de una obra llena de humor, dibujo y debate en la que se pretende hacer un ajuste de cuentas y un histórico narrativo de los hechos más desafortunados del Gobierno reprochable, según Matador, que está a tan solo meses de terminar. Iván Duque, que desde hace una larga cantidad de tiempo es retratado como un cerdo, es el protagonista de la obra, al igual que el gabinete que ha dejado varias de las polémicas más escandalosas que se han vivido en la historia del país. Matador quiere hablar de política, quiere poner el debate sobre la mesa, pues, detalló, a los colombianos se les ha enseñado que es mejor no hablar de política. Eso incomoda.
“Decidimos interactuar con el público porque a mi me parece que cada persona tiene una opinión política así sea diferente o esté errada o esté acertada. Nos han enseñado que de política no se debe hablar, ni en la mesa ni con amigos. Yo tengo amigos uribistas y jamás he peleado por ese tipo de estupideces. Interactuar con el público puede ser una gran oportunidad de expandir el conocimiento, poquito o mucho, que uno pueda aportar a través del humor, que la gente entienda que no se deben tomar en serio a los políticos. El político colombiano, aparte de ser una mierda de manipulador y de ladrón, es un cerdo y es una hueva”, argumentó Matador en ese mismo espacio cultural, en el Teatro.co, en el que Infobae tuvo la oportunidad de hablar con él.
El caricaturista, con el desparpajo, humor y la frescura que lo caracteriza, reveló algunos de los detalles que rodean a este nuevo proyecto profesional y la importancia que tiene en el contexto nacional actual. Entre chistes ‘pesados’, como bromear acerca de su propia muerte en el teatro por parte de un sicario, Matador le ofreció un espacio a la prensa para dialogar de ‘Cerdocracia”.
“Este póster hace alusión a la famosa imagen de Obama en el 2008, aquí decía Hope (señala). Utilizamos la misma paleta de colores (...) lo que nos quieren vender es esto (la imagen de Obama), pero en realidad es un cerdo (Duque)”, comentó Matador, en su charla con Infobae, mientras mostraba la camisa que portaba, la misma en la que se encontraba plasmado Iván Duque en la forma animal que se ha usado para definirlo desde hace un largo rato.
Y es que la imagen del cerdo no se ha quedado solo en las caricaturas de Matador, ha trascendido a un nivel que, dice Julio César, será imposible de eliminar. Duque la tiene difícil, dice el caricaturista, para eliminar del imaginario de la ciudadanía la referencia de él mismo como un cerdo. Son grafitis, carteles, máscaras, y hasta comparsas enteras las que han llevado a ver a un cerdo, humanizado, vestido como el presidente Duque, en todas partes.
“El fenómeno de la caricatura es muy popular. La caricatura es muy fácil de digerir si usted tiene un poquito de contexto, y gusta mucho porque tiene humor. Yo procuro que las caricaturas mías tengan eso. Muchos caricaturistas reflejan la realidad muy bien, pero son un poco más serios, más crudos, con caricaturas muy buenas, también. El cerdo no me lo inventé yo, nació de un meme. A Duque le estaban pintando las canas. Recortaron las canas de Duque y se las pusieron a Porky. Idéntico”, dijo entre risas Julio César.
La idea de hacer un montaje teatral nació mientras ‘hablaba mierda’ con su equipo de trabajo. De la mano de Camilo Soto, hijo del actor Jairo Soto, y de Leonardo, quien le ayuda con la imagen de su marca, empezó a adelantar el montaje. “Yo dije, hágale, ya que hijueputas”, contó. Este proyecto no ha sido sencillo de crear, y sigue sin serlo, pues todavía, en escena, sigue ajustando la idea. No tenía mayores referentes, por lo que se trató de un proceso de experimentación y de adaptación de las pocas cosas que podía tomar de inspiración.
“El cerdo se humanizó, se transformó. En los carnavales de Pasto, a principios del 2019, la mayoría de carrozas era de cerdos. Uno de los ministros dijo que deberían prohibirse esas expresiones en el carnaval. Quitarle el aviso de cerdo a Iván Duque es imposible. Él no se lo tomó con humor. Si él se lo hubiera tomado con humor, se hubiese quedado en un personaje para él y no pasa nada, pero lo tienen en una burbuja medíatica y no lo dejan salir. El cerdo se convirtió en un ícono como también lo hicieron los crocs de Uribe, el casco de Santos y la paloma de la paz. La caricatura sirve para eso, como es tan concisa, entonces la gente se apropia de ello”, detalló.
Y es que Iván Duque es diferente, dice Matador. Tiene poco de líder, pues es poco carismático, sin embargo, le fue útil al expresidente Álvaro Uribe, ‘el cuchito de las crocs’, para mantener su legado en el poder. “Entonces empecé a entender que a diferencia de los demás candidatos a los que Uribe había apoyado como a Uribito, como Óscar Ivan Zuluaga, incluso Juan Manuel Santos, a Duque se lo llevó cuatro años al Congreso, y lo tuvo ahí cerquita. Lo podía analizar y dijo: ‘este man no tiene las huevas para ser un traidor’ como lo fue Santos, supuestamente. Traidor a los intereses. Entonces empezó a hacerlo como un mini pig, era una mascotica a la que él le iba enseñando trucos, y es tanto el poder que tiene Uribe, poder comunicacional, que lo puso de presidente”.
Hablar de la manera en la que lo hace, y expresar sus opiniones desde su propia transparencia, lo han puesto en el ojo del huracán en repetidas ocasiones. “En todas las peleas yo estoy metido”, se ríe Julio César. Aseguró que ha sacado ‘callo’ entre tanta polémica, y que es consciente de las cosas que puede controlar y de las que no, de esas últimas, no se preocupa. “Hay que entender cómo ha cambiado el mundo. Está cambiando hacia una correción política en todo sentido. Casi que hay una tiranía de las minorías y toda opinión que usted diga, que usted exprese, siempre va a causar ampolla en cualquier persona”, contó que, de hecho, además de entrar en conflicto con movimientos feministas y con la comunidad LGBTTIQ+, se vio metido en problemas con los animalistas, quienes le pedian no usar al animal para representar a Duque en sus dibujos.
Explicó que aunque es honesto, y se anima a hablar de diferentes temas, hay líneas que no cruza. “Hay unos temas que hay que tocarlos, la cuestión es: ¿de qué nos podemos reír y de qué no? Yo considero que el humor es una de las cosas más importantes en el ser humano. Una persona sin humor sufre mucho. Es una batalla que hay que darla, y hay que darla con argumentos. Siempre hay líneas rojas que yo no cruzo, ¿Cuál es? No tocar la vida privada del personaje público, eso no es ético”, confesó,
Matador explicó que, por ejemplo, habría sido muy fácil burlarse de aquella fotografía en la que se ve el pantalón mojado de Juan Manuel Santos, sin embargo, es un tema de salud que, teniendo en cuenta su regla, no decidió tocar. “El chiste podría ser muy facil, pero cuando es una condición de víctima, no es gracioso hacerle un chiste a ese tipo de cosas, eso va en la sensibilidad de cada uno. Yo también soy viejo y puedo sufrir de la próstata y me puedo orinar aquí. Cuando la víctima se ríe de sí mismo, que es una maravilla, se puede hacer buen humor”, agregó.
Ya son más de 20 años de carrera, más de dos décadas en las que aprendió que sus pensamientos y emociones son las únicas cosas que puede tener bajo su poder y control. Recordó, por ejemplo, que además de las amenazas de muerte en su contra, algunas personas, incluso ahora, usan fotografías en las que se ve su papá para atacarlo a él. El padre de Matador falleció luego de someterse a la eutanasia. Ese fue uno de los momentos más complejos en su vida, de hecho, en semanas anteriores, se le vio conmovido por el caso de Víctor Escobar, otro ciudadano que decidió que quería morir de manera digna tras años de padecimientos físicos doloros.
“Cuando sale de mí, cuando es otra persona que opina diferente, eso no lo puedo controlar. A mi me dicen una cosas en redes sociales, incluso mandaban fotos de mi papá enfermo, y realmente eso no debería afectarlo a uno. Es estar convencido de que el trabajo de uno parta desde la verdad. Ese tema de la cancelación de vainas (...) hay que educar a la gente. Por ejemplo, esta es una estatua de Gonzálo Jimenez de Quesada, un asesino, un ladrón.Tumbarla no está mal, pero yo no la tumbaría, la pondría en un museo para que la gente se acuerde, eso hace parte de nuestra historia. Es como borrar el pasado maluco de nosotros, no, nosotos somos la suma de todas las experiencias que hemos vivido, buenas y malas. Esa superioridad moral que da el hecho de cancelar vainas, que porque no me gusta, es una estupidez. Es una puta doble moral”, resaltó.
Hacia el final de la conversación que tuvo con Infobae, Matador aseguró que le preocupa que asesinen a Gustavo Petro, pues, para él, la derecha está asustada, y no se va a dejar quitar el poder. “Mire usted está jugada tan torpe y tan mezquina. Poner el día sin iva el 11, y las eleccionoes son el 13, eso tiene mucho sentido para que la gente no vaya a votar, porque tienen miedo. Ellos no cuentan con el voto castigo, la gente empobrecida durante esta pandemia, durante el paro, es gente que no va a votar por lo mismo, y esperemos que no. Ojalá vengan otros (…) voy a compararlos con animales: tenemos unas ratas corruptas viejas de robar, que venga una ratica diferente que no robe tanto. Lastimosamente uno piensa así en un país tan corrupto como Colombia”, concluyó.
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