El viernes el Ejército le asestó un nuevo golpe al Clan del Golfo, en esta ocasión en Antioquia, donde fueron abatidos tres de sus integrantes, entre los que estaba uno de los jefes criminales de ese grupo armado que delinquía en esa zona del país, mientras que otro miembro más de la estructura fue capturado.
De acuerdo con la información de la Fuerza Pública, el señalado delincuente que murió en el operativo estuvo detrás del atentado en el que fallecieron un cabo y dos soldados profesionales el pasado 7 de noviembre de 2021 en Ituango. Así como en otro ataque a una patrulla de la Policía en la que perdieron la vida un mayor y un patrullero.
“Entre los muertos se encuentra alias Orejas que era una de las cabecillas de la subestructura de Edwin Román Velásquez Valle que delinque entre el área de Peque e Ituango. Tuvo que ver con la muerte de un mayor de la Policía y un patrullero en Frontino el año pasado. Igualmente tuvo que ver con el atentado contra nuestros soldados en la vereda Santa Lucía del municipio de Ituango”, informó el general Juvenal Díaz, comandante de la VII División del Ejército.
‘Orejas’, según las mismas Fuerzas Militares, perteneció al Bloque Nordeste, de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia que se desmovilizó en 2005, sin embargo, volvió a la vida criminal y en la actualidad se estaría encargado de la seguridad de su hermano alias Alberto 01, otro jefe criminal del Clan del Golfo.
Tras el operativo también fueron incautados 3 fusiles Galil calibre 5,56 mm, una pistola calibre 9 mm, más de 1.000 unidades de munición de diferente calibres, 12 proveedores, un radio de comunicaciones, 5 teléfonos celulares, dinero en efectivo y material de intendencia.
El general Díaz detalló que ‘Orejas’ además de infundir temor entre la población civil, maltrataba a sus propios hombres y les quitaba parte de sus ganancias en las acciones criminales que perpetraban en esa zona de Antioquia.
“Era un maltratador con la comunidad y que daba tratos inhumanos, como también a los miembros de la estructura. Tenemos información que los golpeaba y que les robaba la plata de los sueldos. Si alguien fumaba le vendía una cajetilla de cigarrillos en 100.000 pesos allá en el área. Les vendía una gorra por 200.000. Es decir que lo que ganaban era para el bandido”, indicó el alto oficial.
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