Cerca 50 mil habitantes, de Curití, Santander, están a la espera desde hace meses que el hospital nuevo de la zona empiece a funcionar, pues de este septiembre de 2021 finalizaron las obras, pero por la falta de un poste de luz, el complejo médico no ha podido funcionar, situación que fue denunciada por la Contraloría del departamento.
Ya son 4 meses y este importante centro de salud, un edificio de dos pisos y 2.188 metros cuadrados y que puede ayudar en la lucha contra el covid-19, no funciona porque no tiene servicio de luz por falta de un poste de energía, señaló el contralor, Fredy Anaya, quien visitó la obra y anunció una auditoría.
“Como lo he venido afirmando en las visitas a los diferentes municipios, denunciamos que el Hospital de Curití, una infraestructura que se entregó el año anterior sobre el mes de octubre, no ha podido entrar en operación simplemente porque falta la instalación de un poste que le dé el servicio adecuado de energía al hospital”, indicó el funcionario a través de un video publicado en la cuenta de Twitter de la entidad.
Ante la situación, agregó: “He ordenado auditoría a la construcción de la obra del Hospital de Curití al igual que a la obra de construcción del Hospital de Mogotes, obra esta última contratada hace más de dos años sin que inicie el proceso de construcción”.
Como consecuencia de la falta de energía y la entrada en funcionamiento del centro de salud, el diario El Espectador informó que los más de $600 millones de pesos que fueron invertidos en equipos médicos para estas instalaciones, se encuentran arrumados en cajas, en un cuarto, tema que hizo que la comunidad hiciera un llamado para que las autoridades gestionen la instalación del poste de energía que permita que dar una mejor atención a la población que lo requiere.
Mientras, por la demora en la inauguración del centro de salud, los usuarios son atendidos en el Hospital San Roque de Curití, el cual no cuenta con una infraestructura adecuada para la atención de situaciones complejas.
Por su parte, Mónica Sánchez, gerente del Hospital San Roque, señaló: “A la nueva sede del hospital no nos hemos podido trasladar porque está sin luz, a falta de unos permisos es lo que nos han informado en la Gobernación de Santander. El problema es que esta casona donde funcionamos no es óptima para poder prestar servicios de calidad”.
Además destacó que esto ha generado una gran preocupación en las últimas semanas frente al aumento de contagios de Covid-19 por la variante ómicron, pues en el momento tienen poca capacidad para atender pacientes que presenten complicaciones.
“Están aumentando los casos de COVID-19 en el municipio y no tenemos las áreas para hacer aislamiento, tampoco consultorios para atender a pacientes con problemas respiratorios y con otros diagnósticos”, aseguró Sánchez en entrevista con Blu Radio.
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