La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admitió recientemente los casos de Alix Fabián Vargas Hernández, Omar Leonardo Triana Carmona, Óscar Alexander Morales Tejada y Yonny Duvián Soto Muñoz, víctimas de desaparición forzada y homicidio presentado falsamente como baja en combate.
Este organismo internacional determinó, en virtud de la información entregada por el Estado colombiano y la Comisión Colombiana de Juristas, representantes legales de las víctimas, que existen elementos indicativos y claros sobre las posibles violaciones de varios derechos como el de la vida, integridad personal y el derecho a la libertad personal, puesto que los cuatro jóvenes habrían sido ilegal y arbitrariamente retenidos por militares.
La responsabilidad del Estado colombiano por la vulneración grave de estos derechos humanos será definida en una etapa posterior, pero por ahora el informe de la CIDH que admite estos casos es para las víctimas y la sociedad colombiana una esperanza de alcanzar justicia, señaló la organización que representa a las víctimas.
Como señaló la Comisión Interamericana, existe una demora injustificada de más de una década sin esclarecer lo ocurrido con estos cuatro jóvenes; tampoco se ha judicializado a los responsables ni se ha reparado integralmente a las familias.
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Los homicidios de Alix Fabián, Omar, Óscar y Yonny ocurrieron entre 2007 y 2008, años que están dentro del periodo en el que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) determinó que habría más de 6.402 víctimas de los mal llamados ‘falsos positivos’. Desde 2002 hasta 2010, jóvenes de diversos puntos del país fueron asesinados por militares que recibieron incentivos como vacaciones y ascensos por acabar con la vida de civiles que hicieron pasar por combatientes al margen de la ley.
La historia de una de las víctimas
Álix Fabián Vargas Hernández fue un joven nacido en Bogotá, hijo de Ilba y Jorge. Era una persona trabajadora, honesta y con un vínculo muy cercano a toda su familia.
Sus sobrinos lo consideraban como su segundo padre y su mejor profesor de fútbol.En 2008, y teniendo 25 años, Fabián se trasladó a Tunja para trabajar en la terminal de transportes. En dicho lugar habían desaparecido varias personas que fueron presentadas luego como muertos en combates por el Ejército.
Entre el 7 y el 8 de agosto de 2008, Fabián fue desaparecido forzosamente y asesinado por militares adscritos al Grupo de Caballería Mecanizado No. 1 “José Miguel Silva Plazas”, quienes reportaron los hechos como una baja en combate ocurrida en el corregimiento de Susa (Onzaga - Santander).
Al no tener más noticias de su ser querido, sus familiares hicieron una búsqueda incesante en Tunja y en Santander, hasta que finalmente el 23 de noviembre de 2008 lograron que se les entregara el cuerpo de Fabián. Tuvieron que trasladarlo en difíciles condiciones y por sus propios medios a Bogotá para darle una sepultura digna.
Su padre, don Jorge Vargas Fonseca, falleció el 15 de diciembre de 2009 de pena moral por el crimen de su único hijo varón y el tratamiento recibido por las instituciones estatales.
En noviembre de 2018, el Consejo de Estado declaró la responsabilidad del Estado y ordenó la reparación integral de la familia de Álix Fabián. Dicha instancia judicial señaló que nunca existió el supuesto combate y que la acción de los militares obstaculizó su identificación.
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