Falleció en Medellín Sonia Martínez, una de las maestras de la composición musical en Colombia

‘Sembradora de canciones, sembradora de vida’, fue el lema que mejor definió, en vida, a la compositora paisa. Desde muy niña decidió inmiscuirse en el incierto pero fructuoso plano de la música, tanto así que a los siete años empezó a tocar guitarra; su familia fue la mayor motivación, ya que ellos la impulsaron en este arte.

Otras dos pasiones se apoderaron de Sonia, la literatura y el teatro, y no fue sino hasta los sesenta años cuando empezó su labor como compositora. Con todo y eso, su obra fue tan copiosa como su descendencia, pues fue madre de seis hijos.

1996 fue el año en el que comenzó a escribir canciones, y en total, dejó más de 400 títulos dentro de los que se incluyen también odas, monólogos y guiones teatrales. Además, Sonia fue un claro ejemplo de que no importa el tiempo dedicado a la creación, sino el impacto obtenido: más de 20 años le bastaron para aportarle historias, aventuras y personajes a joropos, torbellinos, cumbias, guabinas y bambucos.

Incluso, y contrario a lo que se pueda pensar, dejó un legado prolífico: además de componer letras para los sonidos típicos de los llanos colombo-venezolanos y los géneros andinos, hizo composiciones de rap, swing, poesía cantada, villancicos, rancheras y también para alivianar el despecho. Todas ellas inspiradas en la necesidad vital no solo de crear, sino también de interpretar.

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Con sus mensajes, de acuerdo con el texto ‘Sembradora de canciones, sembradora de vida’ de la Universidad de Antioquia, Martínez se encargó de narrar, mediante el canto, la transformación urbanística que tuvo Medellín, pasando de ser una ciudad con mayorías rurales, a una cosmopolita.

Sonia Martínez, la maestra de la composición: algunos tips que dejó la autora

Lo primero que se debe tener en cuenta a la hora de conectar ideas para crear música es la letra: ¿qué se quiere decir y cómo expresarlo con la música? Son dos preguntas que, según la paisa, debían resolverse. Además, el compositor incipiente debe tener en cuenta que la música y el verso son dos aliados naturales. Ella aprendió rápidamente eso, sus letras combinadas con la música, generaron interpretaciones profundas en diversos géneros.

Pero eso no es todo: la colombiana tenía un conocimiento tan amplio del bolero como su legado mismo, y precisamente esa cualidad fue una de tres que la caracterizaron durante su vida.

Y ni hablar de sus potentes mensajes contra la imposición masculina: “A través de sus composiciones Sonia Martínez reivindica el rol de una mujer que puede dedicarse a las artes y esto también es una forma de resistencia y de no tener miedo de expresar su propia voz. Sus composiciones reflejan, entre otras cosas, la voz, silenciada por tanto tiempo, de la mujer artista, creativa y soñadora”, como rescata el texto académico

El segundo es el humor, zócalo de su ingenio. “Sonia saca toda su ironía, sarcasmo y humor cuando aborda el tema de los hombres”, evoca la UdeA, y por último, está su performance. Hermana del dramaturgo Gilberto Martínez, Sonia fue la encargada de musicalizar gran parte de sus textos, convirtiendo simples diálogos en canciones que enaltecían las escenas teatrales y fortaleciendo así su conexión con las tablas.

Finalmente, la vasta obra de Martínez la hizo merecedora de varios reconocimientos: ganó por partida doble el premio del festival Mono Núñez en la categoría ‘Composición inédita’ por su obra ‘Cocli cocli’ y su canción (pasillo), Contradicciones. Además, estuvo varias veces en las finales de otros concursos fuera de su tierra natal y hasta en las fases finales de algunas ediciones de concurso ‘Antioquia le canta a Colombia’.

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