Las empresas de electricidad Air-e y Afinia está enfrentando una ola de quejas por usuarios que recibieron facturas con valores irregulares.
Un usuario de Twitter publicó que la empresa Air-e, que proporciona el servicio de electricidad en el departamento del Atlántico, le emitió una factura por más de un millón de pesos por el consumo de enero, que todavía no ha terminado, y cuya fecha límite está estipulada para el 22 de febrero entrante.
Elías Saad, el cliente perjudicado, calificó las alzas como “grotescas” y “vulgares”.
Él no fue el único sorprendido por una factura costosa. La emisora Alerta Caribe denunció varios casos de habitantes de un sector pobre de Montería, en el departamento de Córdoba, que recibieron facturas sobre los 700 mil pesos. Un caso insólito es el de la señora Yuberney Ruiz, cuyo recibo asciende a los siete millones de pesos.
Esto le dijo la señora Ruiz a la emisora sobre su recibo de Afinia:
“Estoy muy preocupada porque me llegó el recibo por siete millones de pesos y no tengo esa plata para pagarla y Afinia no se ha reportado para que solucione ese problema de los contadores porque están arriba y la idea es que en cada casa instalen uno”
Incluso el senador Armando Benedetti se quejó de los absurdos precios.
Repudiable que los barranquilleros estemos padeciendo las tarifas de energía más altas de la historia. ¿Cuánto más vamos a permitir que los piratas y las bandidas de los servicios públicos nos apliquen estas tarifas extorsivas? Parecemos pagando una ‘vacuna’ a una banda criminal.
¿Por qué está cara la energía?
La explicación que da la empresa Air-e para estas alzas es una suma de factores como el costo de los combustibles, la tasa de cambio desfavorable y la inflación. Además, según ellos, las pérdidas de energía se incluyen en las facturas desde agosto pasado; es decir, los consumidores legales están pagando por la electricidad robada.
Finalmente, dicen que están cobrando por el trabajo y la infraestructura que requiere mejorar el servicio de energía en el Caribe; acción que fue autorizada por el Plan Nacional de Desarrollo y para la cual se presentó un plan tarifario.
Sin embargo, a Hamilton Barreto, presidente del Sindicato de Trabajadores de Energía, Sintraelecol, no le simpatiza esa respuesta. Él dice que el incremento de las facturas comenzó en un 12 %, pero en 14 meses de operación ya alcanzó el 22 %.
“Ese plan tarifario afectó a la ciudanía, planteando un incremento en los servicios en dos vías, un aumento en materia de las inversiones y otro en pérdidas, que incluye el robo de energías”, dijo Barreto a W Radio.
El valor del kilovatio que nosotros arrancamos pagando cuando estas empresas tomaron la operación del servicio era de $500 pesos valor kilovatio. Ya sobrepasa los $800 y se aproxima a los $900, es decir, ya los recibos de los usuarios están duplicando el valor de la energía.
Problema heredado
La empresa Electricaribe dejó a más de 2.741.000 usuarios insatisfechos, principalmente de los estratos 1, 2, y 3, y equipos obsoletos desde hacía más de tres décadas. En octubre de 2020, esta dejó de prestar el servicio de energía para la costa Caribe colombiana. En su lugar comenzaron a operar Air-e (en Atlántico, Magdalena y la Guajira) y Afinia (en Bolívar, Córdoba, Sucre y Cesar), dos subsidiarias de las Empresas Públicas de Medellín (EPM).
Los habitantes de la costa Caribe representan el 26 % de la demanda nacional de energía eléctrica. Para tratar de suplir esa demanda, Electricaribe se endeudó para adquirir energía de otras empresas. La empresa también fue negligente en cobrar por las conexiones irregulares, que representaban el 30 % de usuarios totales de electricidad.
En su tiempo, el gerente general de Air-e dijo que los usuarios del Caribe colombiano tendrían que armarse de paciencia mientras se efectúan los cambios y se reparan los vacíos dejados por Electricaribe. “La gente sabe que algo irá cambiando, pero será gradual. Y lo digo porque la gente no puede creer que porque se apaga Electricaribe y arranca Aire ya todo cambio. Mágicamente no se puede cambiar”, dijo John Jairo Toro.
Sin embargo, las irregularidades no se han ido del todo con la llegada de los nuevos proveedores. Mientras el colombiano promedio se queda sin luz 40 horas al año, un usuario promedio de la costa sufre interrupciones del servicio eléctrico por 120 horas.
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