El 25 de enero de 1999, sobre las 1:19 p.m., muchos habitantes del Eje Cafetero esperaban el almuerzo o compartían de este junto a sus familias. Una tarde con una temperatura templada, dejaba ver en el cielo lo que serían próximas lluvias para la tarde de la capital del Quindío, pero pasados los segundas la tierra rugió y tanto armenia como las ciudades aledañas, sintieron el poder de la naturaleza.
Se cumplen 23 años del día en que Armenia se paralizó, un sismo de magnitud 6,2 en la escala de Richter sacudió a una de las ciudades más importantes del Eje Cafetero, las pequeñas casas vibraron hasta que su estructura no pudo más, los periodistas se movilizaron al lugar de la noticia en medio del difícil acceso a las calles y sobre las vías el panorama desolador dejaba ver el olor a tragedia y muerte, tanto heridos como muertos estaban extendidos de lado a lado.
El dolor de la tragedia, se acrecentó a medida que se iban conociendo las cifras de víctimas, fueron 1125 muertos y miles de heridos los que dejó dicho movimiento telúrico. La cifra más alarmante se relacionó directamente con el estado total de la infraestructura de la ciudad, pues el 75 % de esta, quedó destruida entre hierros y paredes demolidas, la neblina provocada por el rezago del polvo y el ladrillo y el llanto constante de las familias que paso a paso iban reconociendo a sus familiares.
Sobre las 5 de la tarde llegó una fuerte replica, esta terminó de derrumbar varios edificios, entre ellos, el de la asamblea departamental del Quindío. Cientos de heridos que aun esperaban por su rescate entre los restos de las edificaciones, sucumbieron ante este nuevo movimiento, que incluso arrasó con la vida de algunas personas que aprovecharon la situación para saquear algunos edificios y centros de comercio.
Esa tarde, el terror se apoderó de Armenia y un panorama dantesco poseyó a la ciudad. El altruismo también tomó partida y fueron muchos los habitantes de esta región, quienes decidieron ayudar. Las calles se convirtieron en hospitales y los médicos recurrieron a la improvisación, para poder realizar operaciones y labores que estaban sometidas al colapso de los centros asistenciales de la ciudad, además de los bloqueos por escombros que obstaculizaban el traslado de heridos a ciudades cercanas como Pereira y Manizales, que, aunque también sintieron el poder del terremoto, su impacto fue menor.
El entonces presidente Andrés Pastrana se desplazó a la ciudad y realizó un sobrevuelo en helicóptero para registrar las graves afectaciones que sufrió la ciudad. El aeropuerto internacional El Edén, se convirtió en la zona de operaciones en donde desplegarían toda la logística hacia la zona cero, que prácticamente era toda la ciudad de Armenia.
El renacer de la Ciudad Milagro
Armenia se convirtió en un engranaje importante para el triángulo de oro del Eje Cafetero, su incidencia en como capital del Quindío le otorgó un papel fundamentado en el renacimiento de un país y convocó a toda la ciudadanía a centrar sus esfuerzos en dichos territorios.
Cientos de ayudas fueron destinadas para la reconstrucción de la ciudad, en donde miles de niños quedaron sin escuela, la producción de café tuvo un golpe fuerte por el sedimento del campo de cosecha, muchas fincas cerraron, 95 mil casas presentaron afectaciones y fueron 4765 personas heridas las que dejó el sismo en el Eje Cafetero.
Año tras año, cada 25 de enero la administración local de Armenia y la gobernación del Quindío, conmemoran mediante charlas de homenaje y mensajes de concientización, esta fecha que marcó para siempre la historia de los cuyabros y el país.
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