El cine colombiano y su desarrollo en el tiempo ha tenido altas y bajas, y a pesar de que muchos formatos actuales hechos en el país son emitidos en las salas de cine, no son pocas las personas que desconocen la historia de esta industria a profundidad, así como el hecho mismo de que esta no es nueva; incluso, podría decirse que lleva más de cincuenta años abriéndose paso en la región, y ni hablar de los formatos independientes; esos mismos que han tratado de abrir un campo en el rubro desde hace más de 50 años, narrando hechos cotidianos y problemáticas sociales vistas en las urbes, sus periferias y las zonas rurales.
Todo este trasegar inacabable, desconocido para muchos, podrá verse ahora con tan solo dar un clic, pues gracias a la Fundación Patrimonio Fílmico se pudo desarrollar una serie documental sobre la historia de la filmografía en el país, conformada por 14 capítulos hechos bajo la dirección de dos titanes de la industria nacional: Julio Luzardo y Luis Ospina.
La serie, titulada precisamente ‘Historia del cine colombiano’, hace en principio un recorrido por los primeros pasos del séptimo arte en el país. De hecho, el capítulo 1 se titula ‘Los pioneros’ y abarca el periodo comprendido entre 1987 y 1922, donde se explica, bajo la narración del crítico Augusto Bernal, cómo evolucionaron los productos filmográficos centrados en el río Magdalena.
Justamente, el viaje temporal comienza con ‘María’ (1922), primera película de ficción hecha en Colombia y el impacto positivo que trajo para el cine nacional la cinta. Aquella época fue considerada como ‘La edad de oro’ del cine nacional, que terminaría en 1928, justo cuando también finalizó el auge del cine mudo y comenzó ‘La tragedia del sonido’, como se denomina el capítulo 4.
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En esta fase tomaron protagonismo las producciones con bandas musicales incluidas, y aquellas enfocadas en la narración de sucesos históricos, como ‘El Bogotazo’ y los momentos previos al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Desde los años 60 el cine nacional no fue ajeno a los mensajes políticos y la lucha bipartidista que se vivió en gran parte del siglo XX y en los años 80 y 90 se conoció el ‘cine de sobreprecio’, dinámica que consistía en emitir, en las salas de cine, un cortometraje colombiano antes de proyectar una película extranjera. Para ello, el espectador debía pagar una tarifa adicional y dichas ganancias eran retribuidas al director de dicho corto.
De acuerdo con el director Ciro Durán, uno de esos cortos que fue visto por millones de colombianos fue ‘Corralejas de Sincelejo’ por dos razones: la primera, fue emitido antes de ‘El exorcista’, y la segunda, porque el mensaje transmitido impactó por los elementos que componen estas festividades.
“Influyó inclusive en la vida nacional, en ese punto de vista tan feudal de los ganaderos de Sucre y Córdoba; la manera en que manejaban esa fiesta de toros”, indicó el cineasta”. En ese mismo periodo (1984) fue estrenada ‘Cóndores no entierran todos los días’, y pese a ser uno de los largometrajes insignia del cine colombiano por la manera en que narra la historia del conservador León María Lozano, su director, Francisco Norden, confesó que el recaudo generado no le bastó para saldar su deuda con el Fondo Nacional de Cine y menos para cubrir el dinero personal que aportó para el desarrollo de aquella cinta.
Otros directores como Víctor Gaviria, Sergio Cabrera, Hugo Chaparro y Hernando Martínez fueron consultados para alimentar cada uno de los episodios que se encuentran disponibles en el canal de YouTube de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.
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