El pasado 14 de enero, medios de comunicación informaron a la opinión pública acerca de la decisión de la Fiscalía General de la Nación de imputar cargos al profesor, Fabián Sanabria, por el delito de abuso sexual. En la noche del pasado 23 de enero, Steeven López, quien asegura haber sido víctima del sociólogo y docente de la Universidad Nacional, relató su historia ante los micrófonos del noticiero del Canal Caracol. Ese mismo portal, paralelo al testimonio del joven, contactó a la parte acusada para tener en su poder las dos caras de la cruda historia. Sanabria asegura no conocer a Steeven.
“Mi vida cambió hace 8 años producto de una violación, a lo que considero y entiendo fue una tortura, ya que fui abusado sexualmente por el señor Fabián Sanabria, a quien denuncié en la Fiscalía por el hecho hace un año”, dijo el estudiante de 25 años al relatar lo sucedido aquel día, aquella época en la que asegura haber sido víctima de violencia sexual por parte del profesor.
De acuerdo con lo que contó ante ese medio de comunicación, Steeven conoció a Sanabria gracias a un amigo que tenían en común. Se encontraban en la esquina de la terraza Pasteur, ubicada en Bogotá. Cuenta que su amigo se lo presentó y que, luego de ello, él y Sanabria empezaron a seguirse en redes sociales y a mantener una relación cordial a través de esos mismos portales. Detalló que solían tener ‘charlas muy amenas’ pero que nunca se sugirió nada diferente a un lazo amistoso. Esto se mantuvo así por cerca de mes y medio.
Steeven, por aquellos días, terminó viviendo en las calles de la ciudad tras tener serias dificultades con su familia sin embargo, ante la adversidad, decidió que quería darle un giro a su vida y empezar a buscar un empleo que le permitiera salir de esa difícil situación. Fue allí cuando Sanabria entró a la historia. Según contó el joven, le manifestó al docente que se encontraba en búsqueda de trabajo, por lo que le pidió que si sabía algo, le dijera. Sanabria, en respuesta, accedió y decidió invitarlo a su casa. Era un domingo del mes de septiembre de 2013, sobre las seis de la tarde, cuando Steeven llegó al apartamento del que señala ser su victimario.
López contó a Noticias Caracol que llegó a la vivienda con su hoja de vida, a la expectativa de que el profesor, como lo había prometido antes, lo ayudara. La situación sin embargo, dice él, empezó a tornarse extraña. Para empezar, luego de entrar a la casa, Sanabria cerró la puerta de su casa con seguro, lo que hizo que Steeven encendiera las alarmas de que algo no estaba bien. El docente, detalla el joven, estaba vestido de una manera informal y antes de hablar de la supuesta oferta de trabajo, lo invitó a dar un recorrido por el apartamento.
“Que lleve una HV, que me va a ayudar con un empleo, fui a su casa emocionadísimo, pensando ‘esta es la oportunidad que necesito para poder trabajar’ y la realidad fue otra”, especificó Steeven.
El docente, recordó Steeven, le ofreció una bebida gaseosa. Él la tomó y media hora después de ello, destaca, empezó a sentirse mal. El recorrido por el apartamento, puntualizó Steeven, terminó en el dormitorio del docente. Allí empezó el cruel momento que, dice el joven, le cambió la vida para siempre.
“En la habitación, me intenta besar y yo le digo que no, que él no me gusta. Cuando yo lo rechazo, me dice que me deje ‘consentir como los gatos’ (...) ya se puede imaginar el asco que me produce. Le digo que me quiero ir, me dice que no me deja ir hasta que no lo haga (...) Cuando él me da con el cinturón, yo entré en shock total. A mí, mis padres jamás me golpearon. La única vez que intenté gritar, me tapó la boca. Me decía que no hiciera las cosas más difíciles. Le digo ‘yo lo pasé rico, pero ya me tengo que ir’, con tal que abriera la puerta de su casa porque yo tenía que salir”, argumentó.
Nunca pudo defenderse, recalca él, pues además de estar débil tras tomar aquella bebida, venía de un periodo de desnutrición amplio tras pasar una temporada de su vida en las calles.
“Recuerdo que, antes de salir de su casa, yo tomé la hoja de vida, y la tomé y la escondí en la chaqueta, y salí con la sensación de que me estaba robando algo que era mío, que me pertenecía, porque sentía que yo ya no tenía nada, que no valía nada, que estaba sucio”, añadió Steeven sobre ese día.
Lo que pasó en la vida del joven después de eso estuvo cargado de mucho dolor. Intentó suicidarse en repetidas ocasiones y generó miedos que antes eran inexistentes en él. Sufre de náuseas cuando se ve sometido a situaciones que lo estresan y no soporta estar en sitios públicos o en contacto directo con otras personas.
Noticias Caracol contactó a Sanabria para preguntar su versión de los hechos y, tal y como se menciona antes, rechazó si quiera conocer a su presunta víctima. Asegura que nunca compartió ningún tipo de comunicación con Steeven, que su cuenta de Twitter no existe y que en su correo no hay evidencias de los mensajes que dice el joven que se enviaban. Sin embargo, a pesar de las negaciones del docente, López guarda la captura de pantalla de un mensaje que le habría enviado el docente el 23 de septiembre del 2013, un día después del abuso del que denuncia fue víctima.
“Yo no puedo referirme a personas que no conozco. No, no recuerdo eso, entre otras cosas, porque mi cuenta de Twitter se perdió hace unos años, fue cancelada. Entonces, no tengo manera de verificar eso (...) yo no soy ni bolsa de empleo ni doy empleos a la gente, es decir, no soy empresario y no soy una persona que contrata gente en términos laborales. Debo decir que esa narrativa es una narrativa macabra, por lo miserable y contradictoria y que no la reconozco, la niego profundamente y tengo los elementos probatorios en derecho para demostrar sus contradicciones y su falsedad”, respondió Sanabria ante los cuestionamientos de la periodista Marcela Pulido Ovalle.
Para el momento, se está a la espera de la audiencia de preclusión que está programada para ser realizada el próximo 4 de abril sobre las 8 de la mañana.
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