En la tarde de este sábado, 22 de enero, la alcaldesa de Bogotá Claudia López informó que lamentablemente su perro Lucky falleció. A través de un trino la mandataria se mostró muy triste por la muerte de quien dijo en muchas entrevistas fue el verdadero amor de su vida.
“Se me fue mi Lucky divino. Amor incondicional y el nuestro. Te voy a extrañar y a adorar cada instante mi Lucky divino. Te trajimos a entregarte a la eternidad a nuestro lugar favorito de los tres. Te amamos”, dijo López.
Y agregó en su cuenta de Instagram: “Nos acompañamos y nos gozamos cada paso, cada etapa y cada aventura. Recorrimos montañas, senderos, ríos, reservas, parques, lagos, calles, ciudades y países. Te traje a entregarte a la eternidad al lugar que recorrimos tantas veces y en el que fuimos tan felices. Te voy a extrañar y a adorar cada instante de la vida por siempre mi Lucky divino”.
Lucky, era tan importante en la vida de López que fue uno de los protagonistas en su boda con la senadora Angélica Lozano. El consentido de la familia López-Lozano se robó la atención de esa celebración luciendo un elegante corbatín verde.
En septiembre de 2019, cuando Claudia López estaba en plena campaña para ganar la Alcaldía de Bogotá, en una entrevista para la W Radio, contó detalles sobre su mascota.
“Yo tengo a Lucky desde que tenía 2 mesesitos (...) le puso Lucky porque quiere decir suerte y para mí fue un acto de suerte tenerlo a él”, sostuvo en ese momento.
La alcaldesa señaló que siempre le han gustado los perros pero que de niña su mamá no le permitió tener uno. “Cuando yo me fui a vivir sola he tenido siempre perritos. Mi primer perro fue Ramón, luego tuve a un Golden fui a estudiar a Nueva York, me lo llevé me lo traje. Luego tuve a Matías que tuve con un exnovia porque terminamos y fue un doble duelo, al final primó el amor yo renuncié a los dos, lo veo de vez en cuando”, dijo.
Dijo que esa ruptura fue tan dolorosa que no quiso tener más mascotas pero fue cuando conoció a la senadora Angélica Lozano a quien le insistió tener un perro. “A Angélica no le gustaban mucho los perritos entonces dije no tendré más. Pero un día un amigo que sabía que me encantaban lo perros pero que no sabía lo que había vivido, me dijo que me iba a mandar un regalo. Golpearon a la puerta, y era esa cosita pequeña de dos meses y me dicen ahí te enviaron un regalo”, sostuvo.
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