La carga del actual aumento de contagios de covid-19 y de las demás infecciones respiratorias se ha reflejado en el sistema hospitalario, principalmente, en las salas de urgencias. Desde gremios y secretarías de salud locales alertan que se presenta una sobreocupación.
La Asociación Colombiana de Especialistas en Medicina de Urgencias y Emergencias, Acemi, estima que los servicios de urgencias en el país ya se encuentran colapsados, con una ocupación superior al 100%, tanto por covid-19 como por otras situaciones.
“La situación en los servicios de urgencias es una situación compleja y se puede resumir en que ya está colapsada. Cuando hablamos de colapso y escuchamos a los gobernantes de cada una de las ciudades o departamentos que salen a decir que no está colapsado es porque no estamos mirando hacia donde se debe”, manifestó Andrés Rojas, presidente de Acemi, según citó la revista Semana.
La situación, según explicó, se debe a la demanda de los servicios, tanto de los contagios de covid-19 como por accidentes de tránsito y otras patologías. Así mismo, porque el talento humano de los hospitales se encuentra incapacitado o aislado en estos momentos.
Fabián Rosas, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina de Urgencias, manifestó al diario El Tiempo que si se midiera ocupación de los sistemas de urgencias para adoptar medidas, ya se habrían declarado alertas por la ocupación, que sobrepasa la disponibilidad de recursos de atención.
Es allí donde este pico de contagios se diferencia a los anteriores. Pese a la ocupación y demanda de los servicios de urgencias, que ya afrontan un colapso, y requieren la atención de las autoridades, no debería generar alarma en la población en general.
Los especialistas coinciden que la variante Ómicron presenta un nivel menor de casos críticos, por lo que las personas que acuden a emergencias por contagio de covid-19, solo alrededor de un 15% requiere hospitalización y la mayoría se logra estabilizar con manejo hospitalario en urgencias.
Las Unidades de Cuidado Intensivo que marcan la alerta hospitalaria cuando se disminuye la disponibilidad, no han llegado a números de alarma. Hasta el momento, quienes requieren esos servicios, pueden ser trasladados rápidamente y por esa razón no se han declarado medidas especiales.
Las principales situaciones de atención por alta demanda se encuentran en las principales ciudades del país, como es el caso del Valle del Cauca que tiene una ocupación general de camas UCI alrededor del 80% y algunos municipios, como Palmira, que se acercan al 85%, aunque un 40% corresponde a covid-19.
Lo mismo ocurre en Bogotá, donde según cifras de Saludata, hay una ocupación de camas UCI del 72% pero una tercera parte corresponde a covid-19 y los demás a otras patologías. Los especialistas señalan que son enfermedades crónicas que se dejaron de atender en la pandemia, así como accidentes de tránsito, entre otras.
Las personas hospitalizadas por covid-19 en su mayoría no tienen las vacunas contra el covid-19, que permiten reducir casos graves en caso de contagio. Así como pacientes que presentan síntomas y acuden por preocupación, aunque no requieren servicios hospitalarios.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, la variante Ómicron ya es dominante en Colombia y se la evidencia señala que tiene una mayor transmisión, por lo que se ha generado un nuevo pico de contagios, por lo que es necesario mantener las medidas de prevención, así como cumplir con la vacunación.
Según Germán Escobar Morales, viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, la evidencia científica ratifica que el adecuado uso del tapabocas previene la transmisión de la variante Ómicron (Gholamhossein Bagher, 2021), así como de cualquier otro linaje del covid-19. Por lo que, junto al lavado de manos, son las dos medidas no farmacológicas más efectivas.
Respecto a las vacunas, en varias ciudades ya se han anunciado baja de algunas referencias como Pfizer, Moderna y AstraZeneca en varias ciudades, por lo que la distribución se ha tenido que modificar para los refuerzos. Aún así se hace un llamado a los mayores de 60 años y personas con comorbilidades a asistir a la vacunación.
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