Mediante un comunicado a través de su cuenta de Twitter, la aerolínea estatal Satena respondió a la opinión pública sobre la muerte de Kenzo, un pequeño perro pomerania de año y medio de edad, a bordo de uno de sus aviones el pasado martes.
De acuerdo con la empresa transportadora, Kenzo y otro perro de la familia fueron “transportados en cabina de pasajeros junto a sus dueños, cada uno en su respectivo guacal de tela con ventilación para garantizar su seguridad y comodidad, así como la de los demás pasajeros”. También afirmaron que la cabina siempre mantuvo “una temperatura y niveles de oxígeno adecuados”.
Asimismo, Satena aseguró que en dicho vuelo se cumplieron los estándares de calidad y protocolos de seguridad requeridos en el transporte aéreo colombiano. Además, según ellos, “en ese mismo vuelo también fueron transportados en cabina de pasajeros otras mascotas en las mismas condiciones y que llegaron a su destino sin afectación alguna”.
La aerolínea termina su comunicado lamentando lo sucedido con el pequeño Kenzo, pero haciendo la salvedad de que las condiciones y restricciones para el transporte de mascotas son informadas por el personal de Satena y están publicadas en su página web, para la libre consulta de quien necesite viajar con su mascota.
Por su parte, la familia de Kenzo anunció que interpondrá recursos legales por las acciones de la tripulación, que presuntamente habrían matado al perro.
La muerte de Kenzo
El pasado martes 18 de enero, Margarita Betancur y su familia abordaron el vuelo 7717 de la aerolínea Satena, el cual cubría el trayecto Tolú-Medellín. Junto con ella abordaron sus dos perros de raza pomerania, Dulce y Kenzo, sin saber que sería el último viaje de este último.
Mientras estuvieron a bordo, notaron que la mascota de año y medio estaba desesperada dentro del guacal en el que viajaba. Entonces, tomaron la decisión de abrirle la puerta a Kenzo para tranquilizarlo. No obstante, la tripulación del avión les llamó la atención en tres oportunidades y exigió el cierre total del guacal.
Así lo contó Betancur a través de su cuenta de Instagram:
Kenzo el perro de la familia viajó con nosotros hoy de de tolu a Medellín por la aerolínea SATENA. Durante el trayecto el perro se sintió desesperado, inquieto y lloraba, aunque en repetidas ocasiones le dijimos a la azafata que nos permitiera sacarle la cabeza del guacal no lo permitió, nos obligaron a tenerlo encerrado y en el piso, ni siquiera nos permitieron tener el guacal en las piernas para que el perro nos viera y se sintiera tranquilo.Nosotras le permitíamos sacar la cabeza para que él estuviera más tranquilo y la azafata en tres ocasiones nos obligó a meterlo nuevamente en el guacal y cerrarlo por completo.
En un momento, durante el aterrizaje del vuelo, el pequeño Kenzo dejó de quejarse. La familia se preocupó más y abrieron de nuevo el guacal para revisar cómo estaba. En ese momento se dieron cuenta de que el animal se había ahogado.
A pesar de todo lo que hicimos (respiración boca boca y masaje cardiaco) no fue posible salvarlo 😢Estamos destrozados con un dolor enorme por una tragedia que se pudo haber evitado. Les pedimos su ayuda denunciando y compartiendo esta historia, queremos generar consciencia para que esto NUNCA vuelva a pasar y un llamado a las aerolíneas y sus azafatas a garantizar las condiciones óptimas y los derechos para los animales.
Según las normas vigentes, los perros solo pueden ir en las cabinas de avión si pesan menos de 10 kilogramos y van dentro de un guacal. El senador conservador Carlos Trujillo radicó un proyecto de ley para permitir que todo tipo de mascota pueda viajar en cabina, pero la propuesta aún no ha sido discutida.
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