Las explosivas declaraciones que hizo ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) el exgerente del Fondo Ganadero de Córdoba y exgobernador de ese departamento Benito Antonio Osorio Villadiego, provocaron que el foco sobre los presuntos vínculos entre ganaderos y paramilitares recayera sobre el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) desde 2004, José Félix Lafaurie.
Cabe recordar que, según Osorio, en julio de 2005 Lafaurie sostuvo un encuentro con él en el aeropuerto Los Garzones de Montería. “Enseguida que se subió al carro que yo conducía, me dijo que él tenía una reunión privada con Salvatore Mancuso. De hecho, lo contactó, lo contactamos y Salvatore Mancuso puso como sitio de reunión la casa donde él había vivido con su exseñora esposa doña Marta Dereix en el barrio La Castellana”, dijo el parapolítico condenado ante el tribunal de paz.
Tras varios días de silencio, Lafaurie se pronunció este 20 de enero pero no lo hizo a título personal sino a través de un comunicado emitido por Fedegán.
Allí señaló que Osorio miente tal como lo hizo ante los tribunales de Justicia y Paz en 2011. Dijo que esas acusaciones habían circulado hace diez años para buscar favorecimientos por parte de señalados criminales, y desde ese mismo momento, la credibilidad de Osorio fue desestimada, por lo que terminó condenado a 19 años de prisión.
El ganadero tomó apartes de la audiencia ante la JEP para desestimar lo dicho por el exgobernador. “Osorio aceptó en diligencia judicial que ‘padezco de trastorno afectivo bipolar que permanentemente me derrota (...)’. Además, habrá que resaltar que solo un sociópata confiesa, como si nada, que ‘...yo tenía como que un ánimo de pirómano. Me gustaba ver la candela sobre esas chozas donde vivían los campesinos’”, puntualizó el presidente de Fedegan.
Dijo además que esta confesión sale a la luz con un trasfondo político detrás y que están siendo levantadas por la izquierda. “No solo como parte de su objetivo de siempre, de estigmatizar al gremio ganadero, sino para enlodar con infamias la campaña de María Fernanda Cabal al senado de la República. La izquierda no descansa”, dijo Lafaurie.
En el comunicado también señaló que sobre la supuesta presión a la Corte Suprema de Justicia para la elección de Mario Iguarán como fiscal General de la Nación, “es delirante sugerir que Mancuso tuviera semejante control sobre la Corte Suprema, sino una calumnia contra la corporación y contra cada uno de los 17 magistrados que Osorio pone automáticamente bajo sospecha”.
Insistió en que magistrados como Jaime Arrubla Paucar y Carlos Ignacio Jaramillo Jaramillo, de la Sala Civil de la CSJ; o Álvaro Orlando Pérez Pinzón, Alfredo Gómez Quintero, Édgar Lombana Trujillo, Jorge Luis Quintero Milanés y Yesid Ramírez Bastidas, de la Sala Penal de la CSJ, no fueron presionados por parte de Mancuso.
“No se puede olvidar que varios de esos magistrados, supuestamente bajo el control de Mancuso, fueron los mismos que, durante los años siguientes, profirieron las más duras sentencias contra paramilitares y parapolíticos”, agregó el ganadero.
Lafaurie señaló que no se puede olvidar que Osorio es testaferro confeso de Mancuso y concertó con él para delinquir en la escalada de desplazamiento y robo de tierras en Urabá entre 1997 y 1998. En 2012 fueron las declaraciones de Mancuso, desde una prisión en Miami, las que generaron este infundio, que su testaferro se apresuró a corroborar desde una cárcel en Colombia.
“El país no puede pasar por alto que ahora el “nuevo mejor amigo” de Timochenko es Mancuso”, sostuvo.
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