Más de cuatro meses completa un amplio grupo de indígenas de varias etnias establecidos en cambuches improvisados en el parque Nacional de Bogotá. Pese a las ofertas, diálogos y la dificultad de habitar ese espacio, su traslado solo se ha dado por pequeños grupos. Uno más que decidió trasladarse este lunes a una de las unidades de atención de la Alcaldía.
Según informó el subsecretario de Gobierno, Daniel Camacho, 40 familias compuestas por 160 personas pertenecientes a la comunidad indígenas Emberá Dobida aceptaron la oferta del distrito y decidieron, voluntariamente, trasladarse a la Unidad de Protección Integral que administra el distrito en el parque La Florida, ubicado al noroccidente de la ciudad y que sirve de albergue a comunidades vulnerables.
“Gracias al diálogo constructivo que adelanta el distrito capital con las comunidades indígenas que ocupan el parque nacional, presenciamos hoy un traslado voluntario de aproximadamente 160 personas... allí gozarán de mejores condiciones, condiciones dignas y favorables especialmente para los más vulnerables, los niños, las niñas y adolescentes”, afirmó Camacho.
Se trata de un espacio transitorio, donde funcionan las instalaciones del Idipron, donde se brindarán mejores condiciones mientras se logra el traslado a sus territorios, de donde habrían salido desplazados por la violencia de grupos armados.
Sin embargo, varias comunidades diferentes se mantienen en el parque Nacional con menores de edad y adultos mayores, que no han aceptado los traslados propuestos por el Distrito y están a la espera del cumplimiento de sus exigencias.
“El distrito continúa haciendo el llamado para que autoridades indígenas en Bakatá acepten los ofrecimientos de inmuebles para alojamiento transitorio que se han ofrecido. Son 5 inmuebles que se han ofrecido y se mantienen aún para que las comunidades que ocupan el parque nacional puedan trasladarse en busca de mejores condiciones”, sostuvo el subsecretario.
“El parque nacional no es el lugar adecuado para permanecer o pernoctar, hay muchos riesgos, hay muchas situaciones que ponen en riesgo la salud de todos los niños, niñas y adolescentes, mujeres lactantes y en estado de embarazo, por eso reiteramos nuestra disposición para mantener ese ofrecimiento”, agregó Camacho.
Las comunidades indígenas se asentaron en el parque Nacional Enrique Olaya Herrera, desde el 29 de septiembre de 2021, tras una manifestación. La razón era que se habían terminado los subsidios para sostenimiento y arriendo que otorgó el distrito a través de la Unidad de Víctimas y el Distrito, que no se pueden continuar por ley, según los funcionarios.
Al quedar en las calles, se tomaron el parque para establecer un cambuche, mientras exigían garantías y soluciones para su vida en la capital. El distrito ha intentado negociar, pero solo se han logrado acuerdos con algunas comunidades de las diferentes que se encuentran en el lugar.
El pasado 20 de diciembre más de 800 personas de la comunidad Emberá Chamí aceptó el traslado a la vereda Bakú, de Pueblo Rico, Risaralda; a inicios de mes también fueron trasladados a la vereda Bakú, de Pueblo Rico, en Risaralda otros 450 indígenas. Sin embargo, no se conoce el número de personas que se mantienen en ese espacio y que no es un número menor.
El Distrito ha ofreció inicialmente Unidad de Protección Integral La Florida, que no es aceptado por algunas comunidades debido a la distancia con el centro de la ciudad. Otra posibilidad fue un inmueble de la empresa de Renovación y Desarrollo Urbano ubicado en el barrio Las Cruces, que fue rechazado por el tamaño y porque había funcionado como matadero, lo que contradice sus culturas.
A finales de 2021, un juez ordenó al Distrito proponer tres espacios más, en los que se ofreció la adecuación del coliseo Arborizadora Alta en Ciudad Bolívar, el coliseo Maryland en Bosa y el coliseo Las Cruces en Santa Fe, pero los indígenas no aceptaron las propuestas.
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