La alcaldesa de Bogotá, Claudia López considera que se ha convertido en un “trompo de poner” para la política nacional, según dijo en entrevista con La Silla Vacía. Un panorama que hará más difícil su gestión, ahora que el país entra en los seis meses definitivos de la campaña electoral presidencial y legislativa.
Aunque López arrancó su gobierno con un margen de favorabilidad positivo, se encontró, como el resto de líderes locales, nacionales y globales, con la pandemia de covid-19 que no solo concentró los esfuerzos por más de un año, sino que generó descontento en la población por el aumento de cifras como la pobreza, el precio de los artículos y restricciones a las libertades.
Ahora, cuando ese contexto podría empezar a dar paso a una nueva normalidad con la inmunidad al virus, la alcaldesa de Bogotá cree que se viene para ella otro reto de dimensiones similares para su administración, la campaña electoral.
“Tengo tres monstruos encima: Petro, Uribe y Peñalosa, con bodegas, concejales, congresistas que no me dejan respirar. Su único propósito en la vida es que a mí me vaya mal. Es una mezquindad infinita porque quieren que le vaya mal a Bogotá y a 10 millones de ciudadanos”, le dijo López a La Silla.
En esa entrevista, la mandataria afirmó que esa oposición a su gestión es la causa de su baja popularidad, que tiene otras dos causas: el descontento de la población a raíz de las afectaciones de la pandemia y las restricciones y, a modo de contrición, sus errores y salidas en falso.
López aseguró que es el alcalde más cuestionado del país por términos políticos y aunque reconoció que Daniel Quintero, en Medellín, entra en ese podio; tiene a Gustavo Petro y sus políticos como aliados, mientras que ella debe enfrentarlos como contradictores.
“No juzgan con el mismo rasero”, sostuvo López, debido a que al Gobierno nacional, según ella, lo excusan por las consecuencias de la pandemia, mientras que a su gestión la juzgan por las consecuencias de esa contingencia mundial.
El otro contradictor principal es el exalcalde Enrique Peñalosa, quien se encuentra en campaña presidencial, y “cree que fundó el río Bogotá”, afirmó la alcaldesa. López dice que el exmandatario está aliado con el uribismo para atacarla, principalmente en su propósito por sacar adelante el Plan de Ordenamiento Territorial que terminó por expedir por decreto.
“El único riesgo del POT es que Uribe y Peñalosa lo quieren tumbar. Los que firmarán las demandas son todos sus alfiles. La señora de Probogotá es la exsecretaria de Peñalosa, Miguel Uribe es el de Uribe y Peñalosa, (el exministro de Vivienda Luis Felipe) Henao igual y así”, afirmó López.
Uribe Turbay, quien fue secretario de Gobierno de la Alcaldía de Peñalosa y ahora cabeza de lista al Senado por el Centro Democrático, lideró una convocatoria de demandas en contra del POT de López, al que señala de ilegal y que cuestiona por condicionar la construcción y por no incluir la ALO Norte que impulsaron durante la pasada administración.
Incluso sostuvo que en vista de ese mismo contexto electoral tomó la decisión de expedir el POT por decreto, una medida que ha sido ampliamente cuestionada y ocupará gran parte del debate en la ciudad durante los próximos meses.
La discusión de ese documento fracturó las relaciones de la Alcaldía con el Concejo de Bogotá, por lo que López cambió a Luis Ernesto Gómez en la Secretaría de Gobierno y posicionó a Felipe Jiménez, con quien espera recomponer la gobernabilidad en el cabildo.
Sin embargo, no se guardó reparos en la entrevista con La Silla Vacía, respecto a los cabildantes de la Alianza Verde, su partido, que se opusieron férreamente contra su Plan. “Son solo tres concejales los que hacen mucho ruido y unos pocos congresistas. La primiparada es gobernar para el corto plazo, por el like de hoy y yo no puedo gobernar para el like del día. Y hay tres concejales que lo escogieron: Martín, Diego, y Leal”, sostuvo.
Para López, sobre Lucía Bastidas se sabía que seguía la agenda de Peñalosa, mientras que los concejales que le propusieron presentar el POT este año, no iban a continuar y renunciaron para aspiraciones en el legislativo y la campaña electoral que se avecina. Incluso aseguró que Carlos Fernando Galán “dejó tirado el Concejo, dejó tirado el Senado”. Bajo ese análisis, para evitar otro desgaste en el debate político, tomó la salida del decreto.
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