Eran pasadas las ocho de la mañana del lunes 27 de marzo de 1995, cuando Maurizio Gucci falleció violentamente. Mientras ingresaba al edificio número 20 de la calle Vía Palestro, en el centro de Milán, en Italia, fue asesinado por un sicario que disparó en su contra en tres ocasiones. A tan solo dos cuadras de ese lugar, Roberto Bentivegna, un niño de 12 años, solía jugar. Han pasado casi 27 años desde que ocurrió ese crimen, y Roberto, de ahora 39 años, fue escogido para acompañar la realización de la película que expuso, en la pantalla grande, la dramática trama que desarmó a toda una familia desde su centro.
En una cafetería del norte de Bogotá, Roberto le otorgó una entrevista a Infobae. En la charla, de poco más de media hora, le reveló a este portal algunos de los pormenores que hoy componen a ‘La Casa Gucci’, un largometraje que cuenta con la participación de Lady Gaga; Adam Driver; Jared Leto; Al Pacino; y todo un conglomerado de talentosos artistas que se unieron para contar cómo los egos y los intereses personales terminaron llevando a la destrucción a la familia fundadora de la popular casa de modas, Gucci.
Y es que Colombia no es ajena a la cinta. Durante un año, Roberto estuvo en el país terminando de pulir el guión que empezó a escribir en el año 2019. La pandemia de coronavirus hizo que Bentivegna tuviera que quedarse encerrado en la capital colombiana terminando el texto y bebiendo y comiendo, de vez en cuando, agua de panela y sancocho, dos de los platos colombianos favoritos del italiano. A decir verdad, cuenta Roberto, no fue muy difícil quedarse en Colombia, de hecho, aunque tuvo la posibilidad de conseguir un vuelo humanitario para irse a Los Ángeles, decidió que se quedaría en territorio nacional durante un rato más.
“Yo vine a Colombia, por primera vez, hace cuatro años. Fue un viaje muy importante para mi. Hay viajes que realmente te abren el alma y el corazón. Cuando mi amigo se casó, yo vine a Colombia otra vez, en febrero del 2020, y me quedé atrapado porque tres semanas después de la boda empezó el covid. Cerraron las fronteras. Tenía un apartamento bonito, tenía amigos. Entonces me quedé un mes, dos meses, tres meses, cuatro meses… y cuando abrieron las fronteras, en julio, me dije: ¿Por qué irme?”, dijo el guionista a Infobae.
Finalmente se fue para Italia, en febrero del 2021, pues tenía que iniciar con el rodaje de la cinta. Allí, vivió una experiencia que calificó como surreal. No solo era su guión el que estaba siendo recitado en las escenas, sino que, además, estaba trabajando de la mano de Ridley Scott, uno de sus ídolos más grandes dentro del séptimo arte. Para él, estar al lado del cineasta detrás de proyectos como ‘Gladiator’, ‘The Martian’ y ‘Blade Runner’ fue como volver a sus clases de universidad.
A esto se le sumaba la emoción de saber que este, el guión que se usó en La Casa Gucci, fue el primero en su carrera en ser producido. Luego de 20 años de no encontrar algo que lo convenciera, Scott se decidió por el guión de Roberto, de hecho, ese texto fue el último al que el director decidió darle oportunidad. Ser italiano le dio la ventaja a Roberto, pues conocía de cerca la historia, sin embargo, a su vez, el sentido del humor que maneja Bentivegna cautivó a Ridley y a Giannina Facio, productora de la cinta.
“La película la escribí yo. Cada palabra es mía. Lo que notó Ridley en la versión que escribí yo es el sentido del humor. Para mi era muy importante hacer algo irónico, elevado. No es una película sutil. Pensé mucho en la ópera italiana: se llora mucho, se ríe mucho, se mata mucho. Se sabe que estás viendo una película, no estamos intentando representar la realidad. Es un tono muy fuerte, muy colorido”, destacó.
De acuerdo con lo que le explicó a Infobae, es común que un guionista trabaje durante años pero que sus textos nunca sean producidos.“La gente no sabe, pero es muy común que un guionista pueda tener una carrera exitosa, que lo paguen bien, pero al final falta algo, y la película no se produce. Lo bueno es que por el tamaño de esta película, y por la visibilidad que he tenido, mis años de frustración han sido cancelados y olvidados”, añadió.
Gianna, productora del largometraje, y esposa de Scott, se comunicó con Roberto para decirle que Ridley había leído su guión y que, en definitiva, sería el texto que le daría rumbo a su próxima película: La Casa Gucci. “Sabes, es muy raro cuando tus héroes se vuelven colaboradores. Yo hasta hace dos años lo veía como un dios, como una persona que estaba en otro mundo, crecí con sus películas. Pero luego te acostumbras”, contó.
A la lista de situaciones irreales se unió, a su vez, el hecho de que no pudo conocer a Lady Gaga. Claro, estuvo con ella todo el tiempo, en el set de grabación, pero no era ella, era Patrizia, Patrizia Reggiani. La también cantante jamás se salió de su personaje, contó Roberto, ni siquiera cuando las cámaras dejaban de grabar. Era fría y misteriosa, como Patrizia. En algunas ocasiones, recuerda Roberto, Gaga le guiñaba uno de sus ojos, la única parte de su cara que podía ver sobre el tapabocas, en señal de ‘todo está bien’.
Lady Gaga es un personaje. A Stefani, nombre real de la artista, la conocen realmente pocos. “Tiene muchas capas, tiene muchas máscaras, y está bien así, creo yo”, agregó sobre su ‘musa’, como le dice a Gaga.
“Patrizia Reggiani no es una persona tan cálida ni tan divertida con quien hablar, así que yo no quería distraerla de su trabajo, no quería charlar. La veía y me saludaba siempre. Yo respeto mucho el proceso creativo. Yo sé que si estoy escribiendo y la gente me llama, para decirme bobadas, pues no, estoy en mi tema, en mi mundo”, reveló.
La película logra captar todo eso que, en algún momento, sintió Roberto frente al caso. Por ejemplo, fue dos años después del homicidio de Maurizio Gucci, en 1998, cuando se acusó formalmente y se capturó a su esposa, Patrizia, por ser la responsable de contratar al sicario que apagó la vida del empresario. En la cinta, Gaga, con la ayuda de todo el equipo de trabajo, y el guión del italiano, consigue generar esa aura de inocencia hasta el último minuto.
“No recuerdo los detalles, pero leyendo muchos artículos, y viendo cómo los noticieros reportaron la historia, es increíble porque en el momento casi nadie sospechaba de Patrizia, es increíble porque ahora es obvio que era ella. Cuando la ves en las fotografías o en el funeral, de negro, con las gafas, es obvio que era ella. Pero nadie la acusó, nadie sospechó. Hubo muchas teorías, que era la mafia, que era no se que (...) obviamente era ella”, detalló.
Aunque Gaga llama la atención dentro del largometraje, no fue intención de Roberto que ella fuera la parte principal. En su charla con Infobae, de hecho, resaltó el trabajo de Adam Driver, quien interpreta a Maurizio. Según explicó el escritor, su papel era de los más difíciles pues era de los más sutiles. “Entre todos los papeles creo que es el más difícil, y lo hizo muy bien. Es muy difícil actuar de alguien que no quiere algo. Él siempre lo dijo, ‘no quiero tener nada que ver con Gucci’. No hay muchos actores de su generación que lleguen a ese nivel de talento, muy pocos”, dijo.
Para Roberto es importante entender que hay que distinguir entre la realidad y la ficción. Recomendó tomarse la película con ironía y con sentido del humor. Contó que la familia Gucci no se lo tomó de esa manera, y que incluso los demandaron por contar la historia. “Hicieron cosas muy buenas, pero también creo que fueron consumidos por sus egos. Las representaciones de la realidad son grotescas. Yo los escribí así, para mí, son personajes grotescos, en la realidad y en la película. No podía tomarlos seriamente, gente tan rica y tan egosita. Para mi era na fuente de comedia y de sátira”, recalcó.
Con el exitoso estreno de La Casa Gucci, Roberto, además de saldar la deuda que tenía consigo mismo respecto a su carrera profesional, tiene nuevas ambiciones. Aunque ya ha dirigido algunas cosas, está listo para asumir el reto de estar al frente de algo mucho más grande, algo de la talla de este reciente proyecto.
“Quiero dirigir mis propias películas, tengo muchos libros que estoy leyendo. También estoy hablando con Ridley, el director, sobre otra cosa, otro libro, que leí. Estoy haciendo varias cosas. La razón por la que Ridley me dejó estar en el rodaje tanto tiempo es porque sabe que quiero dirigir. Verlo en su hábitat natural fue una escuela de cine”, concluyó.
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