En la mañana de este miércoles, quince personas quedaron atrapadas en una mina ilegal de oro ubicada a diez kilómetros del casco urbano de Santander de Quilichao, municipio ubicado en el norte del departamento del Cauca.
El incidente ocurrió en el sector de Brasilia, en el corregimiento de San Antonio, zona rural que pertenece a la jurisdicción del municipio caucano. De acuerdo con los vecinos del lugar, el grupo de personas habría entrado sin avisar para buscar trazas del mineral cuando fueron sorprendidos por un aguacero que humedeció el terreno arcilloso.
La tierra blanda, muy característica del suelo caucano, cedió ante el agua y los mineros inexpertos quedaron sepultados en el socavón. Al darse cuenta, las personas que estaban afuera pidieron ayuda para rescatar a quienes quedaron atrapados.
El equipo de bomberos voluntarios de Santander de Quilichao llegó al lugar con diez unidades y dos máquinas para tratar de extraer el agua y el fango que mantenía retenidos a los osados mineros. Catorce de ellos pudieron salir con vida e ilesos del deslizamiento.
Uno de los quince mineros no logró sobrevivir al alud. Su cuerpo también fue rescatado por el organismo de socorro de Santander de Quilichao y aunque todavía no se ha dado a conocer su identidad, los pobladores aseguran que el fallecido era de nacionalidad venezolana. También está por determinarse si la persona tenía familiares para contactarlos e informarles.
Una tragedia anunciada y repetida
La muerte de esta persona es trágica y dolorosa, pero no es la primera que sucede por cuenta de la minería ilegal en Santander de Quilichao.
De hecho, hace exactamente un año perdieron la vida cuatro personas en una mina de la vereda Santa María. Las circunstancias fueron las mismas: el socavón fue cerrado y abandonado, las personas entraron sin avisar, llovió, la tierra se movió y quedaron atrapados. Uno de los cuatro fallecidos también era de nacionalidad venezolana. Cabe recordar que enero es una temporada de lluvias en este sector.
Por su parte, la mina donde ocurrió la emergencia de hoy ha dejado más víctimas: en mayo de 2014, la mina de la vereda San Antonio sucumbió y dejó un catastrófico saldo de doce muertos, entre ellos hombres y mujeres. En ese momento se clausuró la mina, pero las personas siguen acercándose a pesar del peligro para extraer oro y alivianar un poco su economía. De hecho, según una crónica del diario El País, de Cali:
El mito dice por cierto que cuando la mina tiene un muerto adentro, suelta más oro.
Los pobladores de Santander de Quilichao que están en desacuerdo con la actividad minera, por el obvio costo humano que ya ha causado, piden que se aumente la vigilancia cerca de los socavones. Por otro lado, la minería ilegal está penalizada por la ley colombiana. En una visita a esta mina tras la tragedia por parte de la ministra de Minas del gobierno Santos, María Isabel Ulloa, declaró que:
La extracción ilícita de minerales no es solo un delito contra los recursos de los colombianos, sino una actividad que atenta contra los derechos fundamentales, el medio ambiente y la vida. El Gobierno nacional seguirá luchando con sus fuerzas armadas contra las mafias que se aprovechan y se lucran de esta actividad.
Pero ni su desaprobación ni las amenazas del Gobierno nacional han bastado para detener la actividad, especialmente entre la comunidad venezolana que llega a Colombia en situación de vulnerabilidad y siente que ya no tiene más que perder.
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