Marquitos Figueroa fue condenado por crimen que ordenó el Ñeñe Hernández

El objetivo del ataque sicarial era un reconocido sastre de Barranquilla, pero la víctima resultó ser su hijo. Tras un década se condenó a uno de los autores

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Marquitos Figueroa (Colprensa - Externos).
Marquitos Figueroa (Colprensa - Externos).

Sicarios de Marcos Figueroa García asesinaron hace más de 10 años por un supuesto error a Óscar Rodríguez Pomar, hijo de un sastre barranquillero. Un crimen por el que el capo narcotraficante fue condenado este martes a 36 años de prisión y que permitió desencadenar la archivada investigación de la Ñeñepolítica.

El juzgado séptimo penal del circuito de Barranquilla ya había emitido fallo condenatorio en contra de alias Marquitos Figueroa y este martes confirmó que la condena que deberá pagar será de 440 meses de prisión, como responsable del delito de homicidio agravado, reseñó el diario El Heraldo.

“En este momento el Juzgado 7 Penal del Circuito de Barranquilla condena a Marquitos Figueroa a 36 años de prisión por el asesinato infame de Óscar Rodríguez, proceso que dio nacimiento a la Ñeñepolítica. Justicia para su familia”, celebró el abogado de las víctimas Miguel Ángel del Río.

El crimen fue cometido el 18 de agosto de 2011, en la carrera 48 con calle 72. Óscar salió de la Boutique y Sastrería ‘GQ’ donde trabajaba su padre Carlos Rodríguez Gómez, un reconocido sastre que confeccionó los vestidos de conjuntos vallenatos como Diomedes Díaz, Rafael Orozco y también del Joe Arroyo.

A la salida, fue impactado por las balas de Diego Acuña Carvajalino, quien confesó después que en el crimen se había cometido un error, porque la orden de Figueroa había sido asesinar al sastre, no a su hijo, encargo por el que le habían pagado 200 millones de pesos.

El juez del caso señaló que Figueroa era culpable como determinador del crimen y del error, por lo que debía ser condenado. Además, resaltó que el hombre que habría pagado el dinero para el crimen fue José Gregorio Hernández, alias Ñeñe, quien fue oído en interceptaciones hablando por teléfono con miembros del Centro Democrático para conseguir votos a favor de Iván Duque en la campaña presidencial de 2018.

Esa investigación fue archivada tanto en el Consejo Nacional Electoral como en la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, en álgidos debates por quienes sostenían que no había pruebas suficientes y otros que pedían un mejor análisis del material probatorio.

El confeso asesinó señaló que, hasta donde sabía, el crimen había sido encargado por una deuda que tenía el sastre Rodríguez Gómez con un “político”, que resultó ser, de acuerdo con la investigación, el Ñeñe Hernández, quien tenía contacto permanente con Marquitos Figueroa y pagó por el crimen.

El prontuario de Figueroa

‘Marquitos’, que también es conocido como ‘El perrero de los malcriados’, se convirtió en uno de los capos de la droga más buscado de la Costa Caribe. Sin embargo, su carrera criminal arrancó cobrando extorsiones a contrabandistas en el departamento de La Guajira.

Sus vínculos con el narcotráfico comenzaron cuando se unió a Jorge Gnecco Cerchar, un empresario de la zona involucrado en este tipo de negocios. Cuando éste fue asesinado por un grupo paramilitar, ‘Marquitos Figueroa’ asumió el control del tráfico de drogas en el norte del país.

Además de estar relacionado con el asesinato de Brito, el esposo de esta, Henry Ustariz Guerra, y un escolta, se le ha vinculado con los crímenes cometidos contra el líder político Efraín Ovalle y el cantante Jorge Oñate.

Otros de los hechos criminales que públicamente se le atribuyen a Marcos de Jesús Figueroa son: contrabando de gasolina, tráfico de estupefacientes hacia Venezuela y varios homicidios, incluida una masacre realizada en 1999 en su municipio natal, Fonseca.

El pasado 29 de septiembre, el juzgado primero especializado de Bogotá profirió sentido de fallo condenatorio en el caso de Marcos de Jesús Figueroa, conocido como ‘Marquitos Figueroa’ y quien está involucrado en el asesinato de la exalcaldesa de Barrancas, La Guajira, Yandra Brito en el 2002.

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