Luego de siete días llenos de encuentros culturales, finalizó la decimosexta versión del Festival de Música de Cartagena. Los asistentes al evento pudieron disfrutar de los sonidos de las cuerdas gracias a presentaciones que pretendían revivir la importancia de la música de cámara del siglo XIX. De acuerdo con lo que detalla la página del Festival, esta corriente se utilizó en los siglos XVII y XVIII, en Italia y Alemania, para designar a la música interpretada en el hogar o en la corte, en contraste con la música interpretada en la iglesia o el teatro.
“El objetivo de esta edición del festival es ofrecer al público un panorama amplio de las formas y principales tendencias de la música de cámara del siglo XIX, producida luego de la enorme contribución al género por parte de Beethoven”, se lee en el portal.
Además de los conciertos, hubo talleres y clases magistrales con artistas colombianos y europeos. Fue la Orquesta Filarmónica Juvenil de Cámara la que estuvo encargada del gran cierre. Durante más de una hora, los músicos interpretaron un repertorio de compositores colombianos como Adolfo Mejía y Guillermo Uribe.
“La decimosexta edición del Cartagena Festival de Música estará dedicada a la música instrumental de cámara del siglo XIX que se compuso en Alemania, Austria, Francia, Italia, Europa del Este y Rusia. Además, presentará obras escritas en el mismo periodo de tiempo por compositores de Colombia y Latinoamérica”, se explicó desde el Festival.
Bajo la dirección de Leonardo Federico Hoyos, y el maestro de la percusión Jorge Alberto Guzmán Romo, la orquesta presentó el concierto ‘Entre el pasado y el presente / Los colores de la música colombiana’. “Los colores de la música colombiana son absolutamente maravillosos, son multicolor. Lo he repetido muchas veces, somos un país de países en relación a la cultura y la música especialmente”, declaró Jorge Alberto Guzmán Romo a RCN Radio.
Esto se llevó a cabo, desde las 6:00 p.m., en el Auditorio Getsemaní. Antes de este evento, sobre las 4:00 p.m., los invitados pudieron ver, en la Capilla del Hotel Charleston Santa Teresa, el concierto dedicado a Antonín Dvořák. Se contó con la participación de la flautista Elizabeth Osorio y el percusionista Jorge Alberto Guzmán. Se hizo un homenaje a las sonoridades del Caribe con la presencia del compositor Francisco Zumaqué.
“Con presentación de cuartetos de cuerdas como elemento nuclear de la programación, esta versión presenta una amplia amalgama de música de cámara que va desde dúos hasta octetos y nonetos e, incluso, presentaciones de orquestas de cámara”, recalcó la prensa del Festival.
Allí se tocaron las “Danzas eslavas para piano a cuatro manos, op. 72″ y “Sonatina para violín y piano en sol mayor, op. 100″; y a Franz Liszt con “Rapsodia húngara para violín y piano”. Fueron los violinistas rusos Andrey Baranov y María Baranova, y el pianista ruso Georgy Tchaidze, los encargados de darle vida a este montaje.
“Hoy inicia ‘El Color del Sonido’, un recorrido por la música de cámara de Europa y Colombia, con música de grandes compositores de diferentes épocas. Disfruten del 4 al 10 de enero conciertos con artistas nacionales e internacionales, talleres de lutería, eventos educativos y otros, al rededor de la música de cámara”, escribió la vocería del evento, duranante la inauguración.
Se presentaron, entonces, obras paradigmáticas de compositores como Weber, Schubert, Mendelssohn, Schumann, Brahms, Franck y Dvorak “que destacan las diferentes características técnico-estilísticas de las distintas escuelas europeas, provenientes de Alemania-Austria, Francia, Rusia, Europa del Este e Italia”, detalló la organización detrás del Festival.
“Es un honor hacer parte de esta versión, para nosotros estar acá hace parte de la magia que le permite a uno vivir la música, dejando no solo el sentimiento como artistas, sino haciendo equipo con el público, que son nuestro quinto integrante”, comentó Raphael Paratore, Violoncello del cuarteto, en una entrevista con El País.
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