A bordo de un avión de transporte privado de referencia Jet G3 fue hallado en Guatemala un pesado cargamento de cocaína, que las disidencias de las Farc en Colombia habían enviado al cartel Jalisco Nueva Generación en México.
Los narcotraficantes de la Segunda Marquetalia, según la Fiscalía colombiana, habían pactado con ese cartel la entrega del alijo en Centroamérica, pero la operación criminal se frustró porque las autoridades les seguían el paso hacía varios meses.
De acuerdo con las autoridades, en junio de 2021 el Ejército halló un complejo narcotraficante con amplia capacidad de procesamiento de cocaína en zona rural de Tumaco desde donde agentes del CTI, las fuerzas militares y la agencia estadounidense DEA descubrieron una ruta y andamiaje criminal para enviar clorhidrato a Centroamérica.
Los investigadores encontraron marquillas utilizadas para marcar los bloques de clorhidrato de cocaína en el gigantesco laboratorio, entre ellas el logo G1, que posteriormente se vio en otros puntos del país en pequeñas cantidades que no superaban los 100 kilogramos.
Los alijos eran enviados desde el pacífico nariñense, en vehículos de carga hasta Cúcuta, la capital de Norte de Santander y ciudad fronteriza al oriente, donde era acopiada hasta completar toneladas que, según los investigadores, era trasladada a Venezuela para ser enviada por transporte aéreo.
La operación era coordinada por la Segunda Marquetalia, un grupo disidente de las Farc que se encuentra en territorio del país vecino según las autoridades, y que pretendió enviar un nuevo cargamento encargado por el cartel Jalisco en México a través de esa ruta.
Las autoridades colombianas identificaron un Jet G3, una aeronave de relativo lujo para el transporte privado de pasajeros, que despegó desde una pista clandestina en Venezuela, presuntamente con el cargamento de cocaína.
Las autoridades internacionales ubicaron el Jet y lo obligaron a aterrizar en Petén, en territorio de Guatemala. Durante la inspección hallaron 1.082 kilogramos de clorhidrato de cocaína en bloques marcados con el logo G1. Las verificaciones hechas hasta el momento indican que hombres del Jalisco Nueva Generación esperaban acopiar el cargamento, que tendría un valor de más de 32 millones de dólares en Estados Unidos.
Los jets privados abandonados, caídos y detenidos en Petén y otras zonas de Guatemala, que ingresan de manera ilegal al espacio aéreo han sido recurrente en los últimos años. En el 2019 las naves localizadas por las autoridades llegaron hasta 43 unidades, según el medio Prensa Libre, y en el 2021 unas 16.
El pasado 5 de noviembre, el Ejército de ese país halló una nave abandonada, también de la referencia Gulfstream III (G3) que tiene capacidad para transportar hasta 12 pasajeros, que ingresó de manera ilegal al espacio aéreo.
La aeronave fue hallada en el sector del puerto de Champerico, al sur del país en el departamento de Retalhuleu. Cuatro costales fueron encontrados en las inmediaciones, aparentemente cargados de droga. “Por orden del Ministerio Público y recomendación de expertos militares se incinera avión jet que fue ubicado en Retalhuleu. La aeronave no era segura para tratar de levantar vuelo, por lo que las autoridades decidieron incinerarla en el lugar donde aterrizó”, señaló la Policía de Guatemala.
Según Prensa Libre, el pasado 15 de diciembre se halló otra de esas aeronaves en el municipio de Sayaxché, del departamento de Petén, que fue rastreada tras ser identificada por los radares de tráfico aéreo. El Ejército se movilizó hasta la zona y contenía mil paquetes de cocaína.
En las fotografías del Ejército de Guatemala se ven los paquetes también marcados, entre otros símbolos, con el logo G1, lo que podría indicar que la cocaína salió de los laboratorios colombianos de la ruta utilizada por las disidencias de las Farc para enviar cocaína a Centroamérica.
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