El pasado viernes 7 de enero, sobre las siete de la noche, Víctor Escobar recibió aquello que tanto deseó. Luego de dos años de batallas legales, logró acceder al procedimiento de eutanasia. No padecía de una enfermedad terminal, pero tenía 17 patologías que hacían de sus días una eterna tortura. Escobar ahora descansa de sus fuertes dolores, pero no se fue sin antes dejar varios legados a su paso. No solo marca un precedente más en la lucha por la muerte digna, sino que además decidió donar sus órganos funcionales.
“Víctor será velado el día de hoy, mañana será su cremación, la noche de su partida fue muy larga (...) Víctor donó sus órganos funcionales, su familia lo rodeó hasta el final”, comentó el abogado de Víctor, Luis Giraldo, en una entrevista para la W Radio, el pasado 8 de enero. “Minutos antes del procedimiento de eutanasia, él fue aplaudido por todo el personal médico y asistencial en la IPS donde se llevó a cabo el procedimiento, todos catalogaron a este caleño como todo un guerrero”, añadió el defensor en testimonios rescatados por la FM.
“Victor Escobar solicitó donar sus órganos funcionales. Falleció a las 9:20 Pm del viernes 7 de enero de 2022, como fue su deseo. El procedimiento demoró dos horas y media por la donación de órganos (...) Después de dos largos años en los cuales Víctor sintió dolor, su decisión de morir con dignidad se llevó a cabo. Quisiéramos estar felices, celebrar que su decisión se llevó a cabo pero no es así: Víctor sufrió mucho pero al final ganó la batalla”, relató Giraldo Montenegro.
De acuerdo con lo que informó el diario El Tiempo, Víctor donó sus corneas. Víctor, en su largo historal clínico, acumulaba dos accidentes cardio-vasculares (ACV), una hemiparesia izquierda; una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), diabetes e hipertensión. Lo atacó también una trombosis y el lado derecho de su corazón más grande de lo común. Fue sometido a cuatro cirugías en su columna.
“Gracias a todos los colombianos que de una u otra forma nos brindaron el apoyo, esa confianza de seguir adelante con nuestra lucha. Bendiciones y abrazos en general. Los quiero a todos muchísimo. Y no les digo adiós, sino un hasta luego. La vida no es comprada, poco a poco nos va llegando el turno a cada uno (...). Los quiero y los amo con toda mi alma”, comentó Escobar en una de sus últimas apariciones elevisivas. Al momento de su muerte asistida, Víctor tenía 60 años.
La muerte de Escobar se une a la muerte de Martha Sepúlveda, quien falleció el pasado sábado 8 de enero, también gracias al procedimiento de la eutanasia. Su caso causó indignación en una parte de la población luego de que se cancelara su procedimiento programado, inicialente, para el 10 de octubre del año pasado. 36 horas antes de someterse al procedimiento, Incodol (Instituto Colombiano del Dolor), con sede en Medellín, asegurara que Sepúlveda tenía altas expectativas de vida, por lo que no se le podía practicar la muerte asistida.
Finalmente, luego de una rectificación, Sepúlveda falleció a los 51 años, en ese mismo espacio. “Martha partió agradecida con todas las personas que la acompañaron y la apoyaron (...) El legado de Martha se construye sobre las historias de vida y los casos que a lo largo de 29 años han llegado a la Corte Constitucional y han permitido que Colombia sea uno de los pocos países del mundo en los que la muerte digna y la eutanasia son un derecho de los ciudadanos”, comentó el Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Seguir leyendo: