El empresario belga llegó hace veinte años a Colombia como CEO de Philips Morris, entonces dueño de Coltabaco. Creó el fondo de inversión Tribeca con múltiples inversiones. Al lado de su pareja, vivieron un incómodo e inaceptable episodio en este comienzo de año por parte de un restaurante ubicado en el centro histórico de Cartagena.
Después de asistir a una presentación del Festival Internacional de Música que se lleva a cabo en el Corralito de Piedra, Gerard y Dunga decidieron ir a almorzar al restaurante Alma, en la calle de la Universidad, según relatan la pareja.
Sin embargo, al llegar al lugar les negaron el acceso primero porque no tenían reservación, además por el código de vestuario que no cumplían.
Esta respuesta sorprendió a la pareja, pues en el mismo lugar minutos antes dos extranjeros de piel blanca, sin reserva y en ropa informal (con sandalias), si los aceptaron y tuvieron la oportunidad de esperar a una mesa.
Luc se pronunció por este hecho en su cuenta de Twitter: “Así es, Colombia y Cartagena en particular tiene todavía mucho trabajo para visibilizar y hacer respectar sus minorías raciales, y aceptar su diversidad como una riqueza. En este caso los autores de la discriminación son mulatos cartageneros.”
“Debe hablar por los miles que sufren de la discriminación cotidiana y no tiene voz. Seguramente sus jefes hubieran tenido el «radar social» para que esto no ocurra (he ido a cenar allí varias veces, pero «acompañado» pero ahí no está el tema.”, señaló el empresario.
El restaurante Alma es un lujoso local que forma parte de Casa San Agustín, un costoso hotel boutique en el centro histórico de Cartagena. Se vanagloria de mantener las tradiciones tanto en la oferta gastronómica bajo la dirección del chef, Heberto Eliach, como en la arquitectura colonial, con lo que buscan atraer comensales de alto nivel.
A través de un comunicado pidieron disculpas explicando lo ocurrido: “Lamentamos que el señor Luc Gerard y su familia se fueran con el sentir de que fueron discriminados. Entendemos el porqué de su malestar, nos hemos disculpado y estamos en comunicación con él.”
“La discriminación es una realidad en Colombia y todos debemos luchar para que sea erradicada”, precisaron.
El vocero del Alma, Laurent Fraticelli, aseguró: “Fallamos rotundamente en la comunicación de nuestro código de vestuario y estamos revisando cómo podemos ser más claros y oportunos a la hora de transmitirla.
“Creemos y practicamos la igualdad e inclusión en todas sus denominaciones y rechazamos todo tipo de discriminación”, insistió Fracticcelli.
En una entrevista con Blu Radio, Catherine Dunga aseguró que recibieron las disculpas del restaurante y que su objetivo al hacer visible este tema es dejar de normalizar la discriminación.
“Nosotros no queremos hacer de esto un tema de división, y de conflictos, sino de cómo podemos hacer juntos, de la mano, para cambiar este tipo de situaciones y cómo podemos trabajar para que esto deje de existir, y que las personas que cometen estos delitos entiendan que es inaceptable”, concluyó.
A esta polémica también se unió la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres) a través de las redes sociales, señalando que no se trató de ningún caso de discriminación: “Nuestra Asociación ha verificado la situación y no obedece a ningún caso de discriminación. El establecimiento se ajustó a procedimientos de calidad, todos libres de actitudes discriminatorias. Gracias por el interés en torno a estos temas de absoluto interés para la industria.”
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