Encierros por la pandemia redujeron en 8 % la contaminación del aire de Bogotá

Antes de que se decretara la emergencia sanitaria por el covid, Bogotá estaba en alerta ambiental grave por material particulado

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Panorámica de la ciudad de Bogotá. (Colprensa - Mariano Vimos)
Panorámica de la ciudad de Bogotá. (Colprensa - Mariano Vimos)

Este 6 de de enero, la Secretaría Distrital de Ambiente reveló que durante 2020 y 2021 mejoró la calidad del aire en Bogotá, pues en los dos años de emergencia por la pandemia se dio una disminución en la concentraciones de material particulado (PM) 2.5, pasando de 19,7 a 18,10, lo que representa, de acuerdo con la Revista Semana, una reducción de cerca del 8 % de este contaminante en comparación con 2019.

Según el ente local, estos resultados son gracias al esfuerzo y la aplicación de políticas enfocadas al cuidado del medio ambiente y el esfuerzo de los bogotanos por implementar alterativas en su vida como el uso de bicicletas y el reciclaje.

“Los esfuerzos colectivos, sumado al esfuerzo del sector Movilidad, de sacar los buses más viejos que usaban diésel y traer nuevos buses limpios a gas y, en la medida de lo posible, eléctricos, nos han llevado a mejorar en 8 % el material particulado de la ciudad. Esperamos, por supuesto, mantener esa mejoría y también trabajar con nuestras metas del Plan de Desarrollo, mejorando la calidad del aire en el suroccidente de la ciudad en un 18 % y en el resto de la ciudad en un 10 %”, agregó la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia.

Además, recordó que el Distrito a venido trabajando en distintas iniciativas. Algunas de las que se lograron el último años son: 1. Gobernanza del aire (participación, empoderamiento ciudadano y transparencia de la información, socialización); 2. Fomento de movilidad sostenible, teletrabajo y ascenso tecnológico; 3. Medición, control y reducción de emisiones por calidad del aire y gases efecto invernadero; 4. Eficiencia y sustitución energética; 5. Cobertura vegetal (en espacios abiertos); y 6. Residuos sólidos y recurso hídrico.

Pese a que dicha información parece ser muy positiva hay que recordar que Bogotá es una de las ciudades con mayores niveles de contaminación en Colombia y en el 2021 estuvo en alerta amarilla por dicha problemática. Si bien parece que en 2020 y 2021 disminuyeron los niveles de contagio hay que hacer algunas diferencias. Según anotó en el mes de noviembre de 2021, la Veeduría Distrital, Bogotá experimentó un importante descenso en la emisión de contaminantes durante 2020. Sin embargo, en 2021 volvió a mostrar “un crecimiento en las emisiones, a tal punto que la ciudad se encuentra en niveles de contaminación muy similares a los registrados en prepandemia”.

Sumado a esto, en un informe presentado por Greenpeace, la ONG internacional de medio ambiente, advirtió que los niveles de contaminación en el aire de Bogotá actualmente sobrepasan los parámetros permitidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y además, cuestionó la efectividad del sistema de monitoreo de la calidad del aire de la ciudad.

“Los parámetros establecidos por la medición de Bogotá de la concentración anual de PM2.5 y de PM10 exceden en un 150% según los rangos permitidos por la OMS”, indicó la ONG en su estudio “Evaluación del monitoreo de la contaminación atmosférica en Bogotá”.

El documento además señaló que los datos emitidos por las 13 estaciones del sistema de monitoreo de calidad de aire en la capital son ineficientes.

Al respecto, la coordinadora de la campaña por una Nueva Ciudad de Greenpeace, Tatiana Céspedes, detalló que, como consecuencia de los altos niveles de contaminación del aire de la capital, los bogotanos se exponen a tener enfermedades cerebrovasculares, cáncer de pulmón o infecciones respiratorias, como la neumonía, afecciones a las que, según ella, son más susceptibles las personas que viven en localidades más pobladas y con menos recursos.

Según indicó Céspedes, las localidades que, a la fecha, se han visto más afectadas por la mala calidad del aire en Bogotá, son: Fontibón, Puente Aranda y Kennedy. De hecho, de acuerdo con la ONG, en esta última zona, entre 2016 y 2019, se reportaron 8600 muertes relacionadas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

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