El matoneo o acoso escolar se volvió más visible en los últimos años, pues diferentes menores manifestaron transtornos en sus comportamientos que pusieron en alerta tanto a sus profesores como a los padres de familia, esta problemática que permaneció en las sombras durante mucho tiempo estuvo quieta en pandemia debido a que por el confinamiento los estudiantes debieron pasar de las aulas presenciales a las virtuales y de esta forma la interacción se redujo; sin embargo, debido a que este 2022 el Gobierno Nacional anunció que los jóvenes vuelven al 100 % de presencialidad el matoneo vuelve a ser un tema relevante en las aulas de clase.
De acuerdo con datos del portal de Psicólogos Bogotá, América Latina es una región cuyas cifras oficiales marcan que 7 de cada 10 niños sufren de acoso escolar, desde una burla aparentemente simple, hasta un hostigamiento capaz de ocasionar incluso el suicidio del individuo que lo sufre. Además, en el caso colombiano la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud anotó que al menos el 20% de los niños son víctimas de acoso en alguna de sus variaciones, esto indica que 1 de cada 5 niños son intimidados por algún compañero.
Estas cifras van de la mano con las presentadas por la Secretaria de Educación de Bogotá, que reportó que durante el año 2020 fueron reportados 457 casos de presunto hostigamiento escolar al Sistema de Alertas, y en 2021 sumaron 310. Las localidades donde es mayor esta problemática son: Kennedy, San Cristóbal, y Suba.
De acuerdo con el estudio de ‘Cyberbullying: abordar al enemigo silencioso’, de la Facultad de Educación y el Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, citado por el diario de El Tiempo, los principales factores de violencia escolar son la agresión verbal, la disrupción en el aula y el ciberacoso. Sin embargo, Lina Saldarriaga, Ph. D., psicóloga y directora de operaciones del Programa Aulas en Paz de la Universidad de los Andes explicó que “No hay instituciones escolares en donde no haya intimidación escolar o bullying. Siempre hay desbalances de poder”, esto quiere decir que, es importante prevenir las afectaciones que pueda tener este tipo de procesos brindándole herramientas emocionales a los menores sobrellevar esta problemática.
“En el proceso de desarrollo ellos tienen unas tareas del desarrollo en las que saben que logran en cada etapa pero la cuarentena interrumpió muchas de estas y les quitó límites a los niños y la posibilidad de practicar sus competencias sociales y emocionales como la empatía o la resolución de conflictos”, anotó la experta.
Ante esto la Secretaria de Educación anunció que se a planteado nuevas estrategias tales como: la primera, justicia escolar restaurativa (JER); la segunda, incitar para la paz; la tercera, fortalecimiento familiar, y la cuarta, respuesta integral de orientación pedagógica (RIO-P), que pretende fortalecer los procesos de promoción de derechos de las niñas, niños y jóvenes, así como las acciones de prevención de violencias, atención a situaciones que afecten la convivencia escolar y seguimiento de los acuerdos desde las prácticas restaurativas y de no repetición.
SEGUIR LEYENDO
Hay más de 560 mil niños con desnutrición crónica en Colombia