El pasado miércoles 29 de diciembre, por decreto, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dio luz verde a la puesta en marcha del Plan de Ordenamiento Territorial (POT). La polémica, sobre aquella propuesta, ha estado presente desde sus primeros planteamientos, sin embargo, se agudizó por la forma en la que fue aprobado por la mandataria de la capital colombiana. De autoritaria y mentirosa, en redes sociales, no dejan de calificarla. Los siguientes son algunos de los puntos más polémicos de aquel proyecto que tiene indignada, no solo a una parte de la ciudadanía, sino también a varias personalidades dentro del panorama político.
“Bogotá, por fin, tiene un nuevo POT (...) durante los próximos 15 años organiza la ciudad, la mejora y define como queremos vivir nuestro presente y futuro. Hemos pagado caro llevar 10 años con un POT vencido y desde de hoy tenemos un norte y una visión común (...) El POT se ha discutido por 10 años y 3 alcaldías. El Concejo negó las propuestas presentadas por las administraciones de Petro y Peñalosa. En cambio nuestro POT tuvo 3 ponencias positivas. Vencido el plazo para su discusión hoy lo adoptamos por decreto, facultad que nos da la ley”, dijo López durante una rueda de prensa.
Dentro del documento, que fue rechazado en varias ocasiones luego de varios debates dentro del Concejo de Bogotá, y que fue radicó allí el 10 de septiembre pasado, se incluyen puntos como, por ejemplo, el metraje mínimo para la construcción de una vivienda de interés social, que será de 42 metros, o la cancelación de la vía ALO norte (Avenida Longitudinal de Occidente) y la no prolongación de la avenida Boyacá hasta Chía ni la avenida Ciudad de Cali. La ALO, entonces, solo llegará hasta la calle 80.
El POT no permitirá desarrollos en la reserva Thomas van der Hammen, por ejemplo, y continúa con la idea de prolongar las vías Suba-Cota y Boyacá. Pretende, a su vez, recuperar la Media Luna del Sur, la misma que conectará los parques ecológicos de los cerros orientales.
Respecto a la construcción de vivienda, lo que queda establecido es que se habilitará suelo para la construcción de 1′500.000 viviendas, sin embargo, se estima que se inicie la construcción de 589.000 de ellas en los próximos 13 años. Más del 56% de esos hogares serán destinados para la comunidad de bajos recursos económicos. El estándar mínimo, como se mencionó previamente, será de 42 m cuadrados para las viviendas VIP y VIS.
Ahora, entonces, con la decisión de la alcaldesa, además de las medidas ya mencionadas, las empresas constructoras ya no estarán obligadas a construir parqueaderos internos de los conjuntos residenciales; las bodegas de reciclaje en Bogotá deberán contar con un mínimo de 500 metros para su operación; y las vías principales de la capital podrán tener un carril exclusivo para las personas que deseen movilizarse en bicicleta.
Así mismo, los establecimientos de entretenimiento para adultos como bares, discotecas y prostíbulos podrán estar en áreas de proximidad de zonas residenciales. El POT, sin embargo, y cómo lo dijo la alcaldesa, pretende ‘pagar la deuda ambiental’; ‘responder al estallido social’; ‘construir un sistema de transporte verde, mutimodal y regional; y acercar a la ciudadanía en las 33 localidades de Bogotá, pues se plantea la división de la ciudad en 33 UPL (Unidades de Planteamiento Local).
Esto último entraría a modificar la existencia actual de las 105 UPZ (Unidades de Planeamiento Zonal) y a las 20 localidades. Esa transformación se realizará en dos fases: una que durará seis años, en la que se definirá cómo será el tránsito de UPZ a UPL; y la otra fase que se desarrollará a partir del año 2027. El POT plantea dos clasificaciones para los barrios: los residenciales netos, y los residenciales con tratamiento de proximidad. De la misma manera, el Plan de Ordenamiento Territorial quiere realizar más espacios de seguridad, es decir, cárceles, URIs, Centros de Traslado por Protección (CTP) y demás, por ejemplo, se espera construir un ciudadela carcelaria cerca a la cárcel La Picota.
El POT incluye la creación de cinco líneas de metro ubicadas entre Bosa y la calle 72; Suba, Engativá y la calle 72; Soacha y Centro Ampliado; Usme, calle 63, calle 63 y calle 200. Además, quiere crear siete cables aéreos, dos líneas de Regiotram, 32 corredores verdes, 20 corredores de alta capacidad, 416 kilómetros adicionales de bicicarriles y 43 para cicloalamedas, 221 kilómetros de red peatonal y 171,88 hectáreas de espacios públicos peatonales.
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