Este año se presentaron varias quejas por parte de los viajeros que llegaron al aeropuerto El Dorado en Bogotá y se encontraron con precios elevados en la comida que venden en allí.
Luego del caso que se viralizó en redes sociales por una almojábana que costaba $12.000 en las cafeterías del aeropuerto, de las impresiones de una hoja por 3.000 pesos y los 4.000 pesos que cuesta el tiempo mínimo de Internet, se suma el valor de un par de hamburguesas.
Un joven en Twitter publicó la factura de la compra que hizo en un local de comida rápida. “Cuando uno creía que el pandebono a 30 mil era un abuso, en EL DORADO, 2 hamburguesas con papas en Burger Joint valen 156.000 pesos. ¡Y en plato plástico! ¡Esto se está saliendo de control!”, escribió el usuario indignado.
La polémica se formó en redes sociales y hasta el aeropuerto se pronunció. “Nuestra oferta comercial es diversa y permite que nuestros viajeros puedan escoger una gran variedad de productos de acuerdo a sus gustos, necesidades y presupuesto”, escribió el aeropuerto.
También estuvo el caso del periodista José Alberto Mojica, quien a través de su cuenta de Twitter contó que lo “tumbaron” al comprar un jugo de naranja y un sándwich en el aeropuerto. “Compre un sándwich de jamón y queso y un jugo de naranja. Pedí la cuenta y me dijeron: son $39.500″, expuso.
Relató que se sorprendió porque eran casi 40 mil pesos por un sándwich y un jugo, pero que no puso reparo en pagar ya que sabía que los precios en el aeropuerto eran elevados. “Como estaba en un viaje de trabajo, debía llevar el recibo o la factura de la caja. La pedí. La volví a pedir. Se hicieron los pendejos”, señaló el periodista en la red social.
Al no recibir la factura y sentirse ignorado, reclamó con mayor fuerza a la cajera diciéndole que lo iba a dejar el vuelo. La mesera volteó a mirar a la cajera, y le dijo “páseme $6.000″.
Mojica asegura que le pasaron la factura y decía que todo le costó fue $32.500. “¿Pero ya les pagué $39.500?, le dije. No me respondió nada. Igual, tenían que devolverme $7.000 y me dieron $6.000. Me fui sin entender la marrulla de esas viejas. Hasta que entendí”, indicó el comunicador.
“Mi compañero de viaje me hizo entender que es la manera descarada en la que esta gente se aprovecha para robar a los viajeros que pasan por el aeropuerto, ya acostumbrados a los precios altos y que no necesitan factura de caja. Infames”, añadió.
El periodista cuestionó de manera contundente que si eso le pasó a él, que le iban a cobrar 7 mil pesos de más, “¿se imaginan cuánta plata se puede robar esa gente al día?”.
Por el caso de la almojábana de $12.000, el Aeropuerto El Dorado también emitió un comunicado de prensa en el que aseguró que, las cafeterías y demás locales comerciales que hay dentro de la terminal definen “de manera autónoma el tipo de productos que venden y los precios estipulados, según la oferta y demanda de su establecimiento y atendiendo a variables como: flujo de pasajeros al que pueden acceder, ubicación, tamaño y características del espacio”, argumentaron citando el código de la Constitución bajo la que se rigen para cobrar por los productos.
“La fijación de precios de los productos es responsabilidad exclusiva de cada tenedor de espacio dado que el artículo 88 de la Constitución Nacional reconoce la libre competencia como un derecho colectivo. OPAIN, siempre respetuoso de la regulación y normas aplicables, debe garantizar el derecho de libre mercado y la fijación de los precios por parte de los terceros que ofrecen productos o servicios en el Aeropuerto Internacional El Dorado”, se lee en uno de los apartes del comunicado.
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