Robos sistemáticos a la UNP tienen en alerta a los líderes sociales de Arauca

Desde 2019 y hasta la fecha se han registrado 30 hurtos de esquemas de seguridad

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Escoltas de la Unidad Nacional
Escoltas de la Unidad Nacional de Protección denuncian falta de recursos para garantízar sus labores. Imagen de referencia.

Arauca es una de las zonas más complejas de seguridad y amenazas contra líderes sociales. En este territorio diferentes actores armados han impuesto el caos y el terror, sobre todo en contra de activistas y periodistas que han tenido que solicitar protección al Estado para poder salvaguardar sus vidas.

El pasado 19 de diciembre, la Flip publicó en el portal de investigaciones periodísticas Consonante un reportaje sobre un nuevo problema que viven estas personas: el hurto y asalto a sus esquemas de seguridad de la Unidad Nacional de Protección.

Los líderes sociales denuncian que aparte de que sus vidas están en riesgo constantemente, ahora se deben preocupar por no ser víctimas de los ladrones que quieren quedarse con los vehículos y otros elementos que se usan para su protección.

De acuerdo con el portal Consonante, desde 2019 y hasta la fecha se han registrado 30 hurtos de esquemas de seguridad, los cuales se traducen en miles de millones de pesos en pérdidas para contratistas y aseguradoras.

Esta situación, según el medio, no parece interesarle al Estado ni a las entidades territoriales, pues no se han pronunciado. Asimismo, los robos generan zozobra entre los líderes sociales que tienen escolta en Arauca, así lo expuso al portal Eliécer Cáceres, periodista amenazado y víctima en dos ocasiones de asaltos a su esquema de seguridad

Las alcaldías y la gobernación no han dicho nada, ni un comunicado, ni se han pronunciado acerca de esta situación.

De acuerdo con la investigación periodística, en esta zona hay 173 personas con esquemas de la UNP, con 44 vehículos blindados y 43 convencionales. Los líderes sociales son cuidados por 189 escoltas que prestan este servicio y que también son víctimas de los robos de la zona.

Así actúan los criminales

El medio encontró que muchas veces los ladrones esperan a que los vehículos lleguen a los semáforos o a lugares donde es obligatorio bajar la velocidad para cometer los delitos, pero también se han dado casos de hurtos en las casas de los protegidos o incluso han embestido los carros para poder robarlos.

La mayoría de las veces los criminales portan armas de largo alcance y granadas, con las que intimidan a los conductores para llevarse el vehículo, los chalecos antibalas y celulares.

Los hurtos ocurren en las vías que comunican Arauquita, Saravena, Tame y Fortul; el paso por la vía Los Libertadores, el caserío de Santo Domingo y el corredor de La Esmeralda, donde hay actores armados que controlan el paso.

¿Quién está detrás de los robos?

Según el reportaje, hay distintas teorías acerca de los intereses detrás de los hurtos y de los actores armados, pero víctimas y líderes como John Hurtado aseguran que son actores armados como las disidencias de las Farc.

No tenemos esa información concreta, se presume que son los grupos armados al margen de la ley que hacen presencia en el departamento, sin embargo, esta es tarea fundamental de los entes del Estado determinarlo.

Otros protegidos por la UNP dicen que las disidencias son el actor más fuerte ahora en la región pero que al tratarse de bandas delincuenciales sin trabajo político o mandos visibles son más peligrosas y complejas para las personas de la región.

José Luis Lasso, personero de Saravena, y quien es protegido por escoltas asignados por la UNP le aseguró al medio que se trata de robos puramente económicos y que no descarta bandas delincuenciales.

Es un tema netamente económico, ni siquiera se tiene certeza de que sean las disidencias. Puede ser una banda delincuencial, a la cual las Farc le compran los vehículos después de que ellos los hurtan.

Otros hablan de una persecución directa para afectar a la UNP y a las empresas contratistas de vehículos que tiene tercerizado el servicio y que no han cedido a las extorsiones de los grupos armados de la zona.

Por ahora, ni el Gobierno ni las autoridades hacen nada por solucionar el problema que pone aún más en riesgo la vida de los líderes sociales en Arauca.

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