Otoniel no dijo una sola palabra ante la JEP sobre el conflicto armado en el Urabá

Dairo Antonio Úsuga David (Otoniel), excomandante del Clan del Golfo, fue citado en calidad de testigo por el tribunal transicional. El 21 de diciembre continuará la audiencia

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Foto de archivo. Dairo Antonio
Foto de archivo. Dairo Antonio Úsuga David, alias "Otoniel", máximo líder del Clan del Golfo, es fotografiado tras ser capturado, en Bogotá, Colombia, 23 de octubre 2021. Policía Nacional/vía REUTERS

Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, excomandante del Clan del Golfo, se negó a decir una sola palabra ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) este 20 de diciembre, en el marco de una audiencia relacionada con el Caso 04, que estudia La situación Territorial de la Región de Urabá, a la que asistió en calidad de testigo.

Quien hasta el pasado 23 de octubre, cuando lo capturaron en Necoclí (Antioquia), fue el criminal más buscado en Colombia, expresó mediante su abogado que no respondería a las preguntas de la magistrada Nadiezhda Henríquez, dado que podrían incriminarlo en alguna de las tantas investigaciones que se adelantan contra él. Sobre Otoniel reposan 128 órdenes de captura por delitos que van desde narcotráfico y homicidio hasta delitos de lesa humanidad, conforme con Presidencia de la República.

Su citación a al audiencia, que este 20 de diciembre duró menos de dos horas, si bien continuará el martes a las 9 de la mañana, tiene que ver con que Otoniel puede “contrastar la diversa información con la que cuenta sobre hechos de violencia de la región de Urabá y que ha obtenido el despacho de informes de organizaciones de víctimas, instituciones del Estado, de versiones voluntarias recibidas y de otras declaraciones ya practicadas”, según la JEP.

La citación a la JEP en calidad de testigo de Otoniel tiene que ver con la solicitud de las víctimas acreditadas del conflicto en Urabá de escucharlo para esclarecer la verdad sobre algunos episodios de violencia en esta subregión, donde además del Clan del Golfo, operaron las Farc. De hecho, algunas de las preguntas fueron formuladas por ellas.

“De acuerdo con la información obtenida por este Despacho, el testimonio del señor Dairo Antonio Úsuga David es pertinente por ser testigo presencial de hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado de carácter no internacional en la región del Urabá”, se lee en el auto de la JEP.

Para aclarar: escuchar la versión de alias Otoniel no significa que haya sido aceptado por el Tribunal de Paz y pueda acceder a sus beneficios. Tampoco se suspenderán los términos en el estudio de la solicitud de extradición de la Corte del Estado de Texas, Estados Unidos, en la que se relaciona otrora cabecilla del Clan del Golfo con el tráfico de drogas.

Foto de archivo. Dairo Antonio
Foto de archivo. Dairo Antonio Úsuga David, alias "Otoniel", máximo líder del Clan del Golfo, es escoltado por policías tras ser capturado, en Bogotá, Colombia, 23 de octubre, 2021. Policía Nacional/vía REUTERS.

Otoniel, que quizá el 21 de diciembre acceda a dar su testimonio del conflicto armado en el nororiente del país, permanece en la sede principal de la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL (DIJIN), ubicada en Modelia, occidente de Bogotá, custodiado por el Grupo Táctico Antiterrorista (Grate) de la Policía, ante un eventual intento de fuga.

PROCURADURÍA AFIRMÓ VELAR POR VÍCTIMAS DE OTONIEL

La Procuraduría General de la Nación constituyó una agencia especial, el pasado 5 de noviembre, con el fin de garantizar que se respeten los derechos de las víctimas de Dairo Antonio Úsuga David antes de que sea extraditado.

La entidad aseguró que se priorizaron 20 procesos penales adelantados contra Otoniel, con el propósito de hacer seguimiento al desarrollo de esas investigaciones e intervenir como Ministerio Público en representación de los derechos de las víctimas.

La agencia especial fue constituida en el caso que adelanta un fiscal de la Dirección Nacional Especializada contra el crimen organizado. Además, se priorizaron 13 expedientes que avanzan en Bogotá, uno en Tierralta, Córdoba; tres en Santa Rosa de Viterbo, Boyacá; otro en Rionegro, Antioquia; y dos más en Medellín.

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