Enfermeras de Quibdó denuncian que hace cuatro meses no les pagan su salario

Hace un año ocurrió exactamente lo mismo. Por aquellos días, la denuncia ase hizo con la ayuda del médico y activista, Camilo Pietro

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Una profesional de la salud
Una profesional de la salud atiende a un paciente en una unidad de cuidados intensivos para enfermos de covid-19 en Bogotá (Colombia), en una fotografía de archivo. EFE/Carlos Ortega

A pesar de trabajar cerca de 12 horas diarias, y de enfrentar la gran emergencia sanitaria que trajo consigo la pandemia del coronavirus durante el primer semestre del 2020, enfermeras del Hospital San Francisco de Asís, ubicado en Chocó, en el Quibdó, denunciaron que llevan cuatro meses sin recibir sus respectivos pagos mensuales. A tan solo días de celebrar la navidad, dicen las profesionales de la salud, no tienen dinero para darle el regalo a sus hijos. El dinero para suplir necesidades básicas también escasea. “Nos están matando lentamente sin estos sueldos”, comentó una de ellas a Blu Radio.

Cilia Perea, vocera del Sindicato de Trabajadores de la Salud en el Chocó, aseguró que la falta de pago ha dejado diferentes consecuencias entre los afectados. Además de problemas económicos, hay empleados que han visto su salud física y mental golpeada.

“Nosotros trabajamos 12 horas y en ocasiones uno no sale en el horario estipulado porque se presentan algunas emergencias. Estamos aguantando hambre, incluso un compañero le dio una lipotimia, además dos madres cabezas de hogar se encuentran llorando todos los días porque las expulsaron de las viviendas, ya que no han pagado los servicios, también algunos tienen depresión y afectaciones psicológicas”, detalló ante los micrófonos de esa emisora.

Perea comentó que la navidad, este año, para las enfermeras de ese establecimiento médico, será ‘lúgubre’. “Nos están matando lentamente sin estos sueldos. En esta época todos llegan con regalos para la casa (...) no tenemos para comprar luces de navidad y decorar las casas. Las neveras están como la zona polar, con agua y hielo. Los niños todos los días nos preguntan que cuando nos van a pagar para ver si se compran los juguetes del niño Dios y los estrenos”, destacó.

En una entrevista con Caracol Radio, la vocera comentó que además les adeudan recargos nocturnos, festivos y la prima de Navidad. A pesar de que han alzado su voz en contra de la falta de pago, y han protestado para conseguir lo que les deben, desde la clínica se explicó que no hay recursos.

“Nosotros en días pasados hemos adelantando una serie de protestas para ser escuchados, teniendo en cuenta que la salud se considera un derecho fundamental, pero nosotros estamos en una situación muy precaria. Nosotros debemos salvaguardar la vida de los pacientes (...) ¿Quién salvaguarda la nuestra?”, señaló.

Las deudas no son el único problema, según lo que denuncia el personal de la Clínica, sino que, además, hay escases en los insumos para atender a los pacientes, por lo que ni siquiera se puede dar un trato digno a los ciudadanos que van allí. “Nosotros queremos decirle al Ministerio de Salud que los chocoanos somos Colombia”, agregó. Para suplir la precariedad de material, los mismos especialistas han tenido que poner de su dinero para comprarlo. Han tenido, incluso, pedirles a los familiares de los pacientes que les compren guantes quirúrgicos.

Perea aseguró que aunque desde las directivas del hospital se explica que hay que esperar a que las EPS paguen, hay inconvenientes diferentes a ese. “El problema no es en la demora de los pagos de la EPS, el problema es más estructural porque donde se saca y no echa, se acaba la cosecha y siempre son con pañitos de agua tibia”, dijo.

Lo mismo ocurrió hace un año. Por esta misma época, y con ayuda del médico y activista, Camilo Pietro, se denunció que para ese diciembre también se debían cuatro meses de salario. “No tengo que darle de comer a mis hijos”, denunció, entre lágrimas, la primera enfermera que habló para el video de Prieto.

Como ella, otras tres enfermeras aseguraron que no tenían cómo pagar los arriendos de sus hogares y que, incluso, ya las estaban intentando sacar de sus casas por falta ello.

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