La tierra de mantas tiene historias, tradiciones y lugares poco conocidos que los viajeros que se atrevan a explorarla quedarán sorprendidos con todo lo que tiene para ofrecer. Por ello, en un recorrido por algunos pueblos boyacenses Infobae Colombia conoció de primera mano algunos atractivos y planes turísticos que, aunque muchas veces no tan comunes, lo dejarán queriendo viajar más por Boyacá. Aquí nuestra guía.
1. Entre vinos y campanas en Nobsa
A ocho kilómetros del centro del municipio de Nobsa, entre lomas y amplias zonas verdes, se esconde “el único lugar del mundo donde hacen campanas de manera manual”, el campanario.
Allí, desde las 4:00 de la mañana Sergio Tristancho elabora campanas todos los días, un oficio que ha estado en su familia por seis generaciones. “Este oficio lleva en mi familia más de 200 años, transmitido de una generación a otra”, indicó a Infobae Colombia afirmando que su elaboración es tan precisa que incluso solo con verlas o escucharlas puede saber si fue fabricada por uno de sus ancestros.
Como viajero, usted también puede involucrarse en este oficio asistiendo a talleres demostrativos, ya sea con Tristancho o con los otros dos fabricantes de campanas del municipio, quienes le contarán el proceso de elaboración de este artefacto. Además, en el pueblo podrá conocer la campana más grande de Latinoamérica, justamente creada por este nobsano.
Si es amante del vino, igualmente puede aprovechar su paso por el campanario para visitar el viñedo ‘Marqués de Puntalarga’, donde podrá catar más de 23 tipos de vinos, además de degustar “tablas de queso, maridajes y platos insignia de países vinícolas”, según indicó a este medio, Alejandra Tristancho, secretaria del lugar.
2. Alojamiento colonial y un día de spa y termales en Paipa
Empezada a construir a finales del siglo XVI e inaugurada por primera vez en 1712, el ‘Hotel Hacienda Salitre’, una casona de estilo colonial, es conocida históricamente porque durante dos días alojó al libertador Simón Bolívar.
“Bolívar cuando ganó (la batalla del pantano de Vargas) con sus 14 lanceros, la familia Ortiz los trajo acá y les dieron una casa que usaron como refugio y hospital, mientras él planeaba la hazaña para ir al puente de Boyacá. Según la tradición oral, Bolívar estuvo aquí el 3 y 4 de agosto de 1819″, contó Don Pedro Vásquez, el administrador del hotel, a Infobae Colombia.
Más allá de su atractivo histórico y arquitectónico, los visitantes también pueden alojarse en la casona -si quieren en la misma habitación donde se hospedó Bolívar-, disfrutar de la piscina termal, spa, baños turcos o hacer cabalgatas y caminatas guiadas.
Pero si tan solo tiene un par de horas disponibles y busca relajarse por completo, puede ir al Parque Termal de Paipa. Ubicado sobre el kilómetro 4 por la vía Paipa-Pantano de Vargas, donde tendrá a su disposición masajes, un circuito de hidroterapia, un spa termal, y un circuito biomédico, cada uno con distintas actividades relajantes.
3. Talleres de talla en carbón y un recorrido por la iglesia con una imagen del diablo en Tópaga
A casi 90 kilómetros de Tunja, la capital de Boyacá, se encuentra Tópaga, un municipio dedicado a la agricultura y a la ganadería, pero que es especialmente conocido por convertir el carbón en artesanías.
En 1991, la periodista María Teresa Herrán -esposa del exministro Juan Camilo Restrepo- viajó a Tópaga para realizar un reportaje sobre las minas de carbón. Allí, evidenció la difícil situación que vivían los niños y jóvenes que trabajaban en el lugar, según contó a este medio, el secretario de Cultura del municipio, Carlos Nuván.
En su paso por el pueblo, la comunicadora conoció al líder comunitario Floro Álvarez Díaz, quien le planteó la idea de buscar una alternativa de trabajo para sacar a los jóvenes de los socavones. Fue así, de acuerdo con el relato de Nuván a Infobae Colombia, que con el apoyo del Ministerio de Minas, nació la talla del carbón en Tópaga.
“En 1995 Tópaga se convirtió en el pionero de esta expresión cultural. En ese año, Tópaga ganó el concurso nacional de pesebres con uno hecho en carbón”, contó a este medio, el secretario de Cultura de Tópaga.
Desde entonces, esta expresión cultural se extendió por todo el municipio y hoy en día mujeres, niños y adultos, son escultores del carbón.
Si también quiere convertirse en un experto en la talla de este mineral, puede participar en uno de los talleres artesanales que hay en el municipio tan solo acercándose al Museo del Carbón o directamente a la Alcaldía de Tópaga, donde lo llevarán a los puntos de trabajo.
En su paso por Tópaga tampoco puede irse sin visitar la Iglesia Inmaculada Concepción, donde se alberga la imagen de un diablo que escupe fuego, la cual según contó Álvarez a este medio, fue instalada por los españoles para enseñar a los indígenas “la diferencia entre el mal y el bien.”
4. Visita al parque temático Guátika, en Tibasosa
Operando desde hace 12 años, en el corazón de Tibasosa se encuentra ubicado el único bioparque del departamento de Boyacá. Se trata de Guátika, un recinto que alberga alrededor de 850 animales de cerca de 90 especies.
Dantas, pumas, jaguares y avestruces, son algunos de los ejemplares que las personas podrán observar durante su visita. “Los animales viven en espacios libres de rejas, de mallas, con medidas de seguridad y de control, pero ellos se sienten muy a gusto porque pareciera que estuvieran en su hábitat natural”, señaló a Infobae Colombia, Leonardo Motta, el gestor del proyecto.
El parque además cuenta con cinco atracciones que podrán disfrutar sus visitantes como tiro línea, buggies, muro de escalar, entre otros. Si desea pasar más tiempo dentro de las instalaciones, también puede hospedarse en el hotel boutique de Guátika, o realizar recepciones como matrimonios en su interior.
5. Un recorrido por el municipio balonero de Colombia
Conocido también como la ‘capital nacional del balón’, Monguí lleva más de 80 años produciendo balones y enseñando a sus visitantes a cómo elaborarlos.
Ubicado a más o menos 5 o 6 horas de Bogotá, este municipio boyacense hoy en día alberga a cerca de 20 fábricas de balones, de las cuales, según contó a Infobae Colombia la coordinadora de Cultura y Turismo de Monguí, Adriana Ladino, seis prestan el servicio experiencial de talleres de balones.
De acuerdo con Ladino, cada una de las fábricas realiza un recorrido por sus instalaciones donde le explican a los viajeros el proceso de producción de un balón y, posteriormente, los llevan a un taller donde cada uno realiza su propia pelota. Lo mejor: puede conservarla.
La coordinadora de Cultura y Turismo de Monguí detalló a Infobae Colombia que, los talleres, “duran aproximadamente una hora y tienen un costo dependiendo del balón que se vaya a desarrollar. El balón número dos (grande) tiene un valor de $25.000 pesos. Hay otro con el pimpón que lo hacen en $10.000 o $8.000 pesos.” Para agendarse solo tiene que dirigirse a la alcaldía municipal o al Museo del Balón donde le indicarán las fabricas que tienen disponibles este servicio.
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