“La pérdida de poder adquisitivo no se compensa con un 10 ni con un 15 ni 20 ni 30 %″: sindicato empresarial sobre incremento del salario mínimo

En diálogo con Infobae Colombia, el dirigente sindical indicó que a pesar del aumento del 10 % del salario mínimo, este no se puede considerar un hecho histórico por las grandes cargas que deben pagar los ciudadanos

Guardar
El dinero será destinado para Ingreso Solidario, Colombia Mayor y Devolución del IVA, Jóvenes en Acción y demás. Vía: Prosperidad Social
El dinero será destinado para Ingreso Solidario, Colombia Mayor y Devolución del IVA, Jóvenes en Acción y demás. Vía: Prosperidad Social

La discusión por el aumento salarial del 10.07 % sigue en auge: mientras que unos califican de ‘histórico’ el incremento, otros sectores consideran que es insuficiente y que se deben aplicar otras medidas que permitan mayor justicia en materia de sueldos.

Esta última es la proposición del sindicato empresarial Siempre Colombia, cuyo presidente, Juan Nicolás Gaviria, habló con Infobae Colombia sobre el salario mínimo para 2022 y la propuesta de implementar un sueldo variable.

Desde el mismo Gobierno nacional y varios sectores políticos se ha hablado de este como un aumento histórico; ¿ustedes también lo ven así?

Juan Nicolás Gaviria (J.N.G.): ¿Sabe que no? Lo veo simplemente como una medida pragmática para salir rápido de esta discusión y no dejar que trascienda al calendario electoral; pero a todas luces, y creo que cualquier analista económico de este país coincide conmigo, la brecha que tenemos los colombianos en pérdida de poder adquisitivo no se compensa con un 10 %, ni con un 15 ni 20 ni 30 por ciento.

Precisamente, esta brecha ha ido creciendo y profundizándose desde los años 90 y el 10 % no es suficiente. De pronto es histórico, sí, como también fue la tasa de desempleo que llegó al 7.4 %, cifra que dejamos de ver por cuenta de una apertura apresurada que vimos en el gobierno de César Gaviria, lo cual nos trae las condiciones que tenemos hoy como país y en las que dependemos completamente de bienes de consumo y de materias primas importadas, todas ellas indexadas al dólar, y como dice el dicho: ‘Si Estados Unidos estornuda, a Colombia le da gripa. Así que no, ese porcentaje resulta insuficiente, pero es gratamente bienvenido por los colombianos. Lo que tenemos que ver ahora es cómo va a hacer el gobierno para que ese 10 porciento no se lo coman los incrementos que habrá el próximo año.

No puede ser que este país siga fijando salarios con el mismo racero para todas las regiones, cuando tenemos un crisol de industrias absolutamente dispares en términos de competitividad y acceso.

Ustedes mencionan como propuesta que se debe implementar un salario mínimo variable; ¿Podría explicarnos en qué consistiría esta iniciativa?

J.N.G. No hay que irse muy lejos: ya lo tuvimos en Colombia en los años 70. Era un salario que revisaba primero sobre qué sector de la economía se haría el enfoque y a partir de allí se planteaban las condiciones. Es más, si se quiere, no debería llamarse salario mínimo sino salario de competitividad o digno que tenga en cuenta diferentes variables más profundas a comparación de hoy.

Sí, se revisa la competitividad, el crecimiento, el Índice de Precios del Consumidor, pero debe haber otras variables, incluso subjetivas, que deberíamos tener en consideración a la hora de calcular la cifra; y reitero, no puede ser el mismo salario mínimo para diferentes sectores de la economía. Por ejemplo, en el campo se debería revisar otro tipo de esquemas de remuneración

Ustedes dicen que el aumento es insuficiente. ¿Qué porcentaje hubiera positivo para ustedes, teniendo en cuenta, por ejemplo, la inflación del país?

J.N.G. Si uno se pone a hacer ese análisis, así como lo hizo un candidato a la Presidencia de la República en estos días, a uno se le quedan varias cosas por fuera: En el 2012 la tasa de cambio de peso colombiano estaba sobre los 2000 pesos aproximadamente; hoy está sobre los 4000; y desde ese año hasta acá, no ha cambiado nada con respecto a las materias primas y bienes de consumo que se importan. Pero si algo ha sucedido es que aumentó el porcentaje de lo que importamos para consumo interno; en segundo lugar, el IPC ha incrementado cada año debido al crecimiento poblacional, los cambios de hábitos de consumo, lo normal que afecta este índice.

Y sumado a eso, la población colombiana está consumiendo a través del crédito, ya sea por la banca tradicional o por la ilegal. Eso supone que los colombianos estamos trabajando para pagar intereses, y si uno se pone a sumar todos esos porcentajes se da cuenta que ni con el 10 ni con el 18 % le alcanza, por ende, estamos ante un escenario donde necesitamos revisar estas dinámicas de manera diferente. Entonces, responderle qué porcentaje puede ser, es muy difícil, porque hay infinidad de factores que pueden afectar el análisis; pero lo que sí me atrevo a decir es que el problema es profundo y estructural.

O bueno, no necesariamente tiene que mencionar un porcentaje. ¿Qué cifra en pesos sería justa para un salario mínimo?

J.N.G. Ahí tenemos otro problema: si alguien se atreve a mencionar una cifra en el contexto actual se dará cuenta que los productores, comerciantes y pequeños emprendedores verán desajustado completamente su modelo de costos y claramente desaparecerán del mercado; así que una cosa no puede ir ligada a la otra porque, si bien se está generando un beneficio en el nivel de consumo y poder adquisitivo de los colombianos, también estamos destruyendo la capacidad de generación de valor. Entonces, miremos la profundidad de profundidad que tenemos. Así que para resumir, es supremamente arriesgado decir una cifra porque para unos puede suponer algo muy interesante, pero para otros puede suponer que su negocio desaparezca.

De todas maneras, desde el sindicato empresarial tienen en mente una cifra o un porcentaje para el aumento salarial, teniendo en cuenta análisis previos

J.N.G. Mire que no, los análisis previos que tenemos dan cuenta que un porcentaje específico y estandarizado para todo el país no funciona, porque genera distorsiones negativas en algunos mercados, y positivas en otros. Entonces, nuestra propuesta iba a hacer esa misma que estoy comentando: necesitamos un salario variable por sector, por región e incluso, por oficio, partiendo de la competitividad que generen esos oficios.

Finalmente, en medio de la discusión se habló hasta de un incremento del 18 %, cifra que propuso un precandidato presidencial. En un escenario real donde se decrete un aumento de esta magnitud, ¿qué beneficios y consecuencias podría traer para la economía y el aparato productivo?

J.N.G. Tengamos en cuenta lo siguiente, los rezagos en materia de política económica se pueden advertir en un periodo de cinco a 10 años; yo podría decir que una vez se promueva un decreto de esa índole, al cabo de cinco años puede haber felicidad absoluta en muchos trabajadores, pero se va a ver cómo el aparato productivo nacional empieza a desaparecer porque las empresas no van a ser capaces de solventar esos costos y se va a desestimular la capacidad de generar empleo y emprendimientos. Los emprendedores no pueden ver en el Estado ni en la Dian un mecanismo de barrera de entrada; todo lo contrario.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar