Gobierno rechaza las declaraciones de Daniel Ortega en las que calificó a Colombia de “narcoestado”

El Ministerio de Relaciones señaló que se trata de estrategias de “distracción” ante la instalación de la “nueva dictadura”

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El presidente de Colombia, Iván Duque, en una fotografía de archivo. EFE/ José Jácome
El presidente de Colombia, Iván Duque, en una fotografía de archivo. EFE/ José Jácome

Este viernes 17 de diciembre, el gobierno de Iván Duque rechazó las declaraciones del dictador sandinista, Daniel Ortega, quien aseveró que Colombia era un “narcoestado donde los crímenes son impresionantes” y no tenía autoridad para criticar a Nicaragua.

El Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó su preocupación ante estas declaraciones entregadas por Ortega el pasado jueves 16 de diciembre, a las que calificó como una estrategia de régimen del país centroamericano para “distraer la atención internacional que rechaza con vehemencia la nueva dictadura que se instala en el país centroamericano”.

A su vez, aseveró que estas elecciones irregulares con las que se reeligió el mandatario sandinista, de dicho sea de paso no fueron reconocidas por el presidente Iván Duque, han generado repudio en la región ante el riesgo que la población de este país padezca “el horror del éxodo”, la pérdida de las libertades y el desarraigo como el pueblo “venezolano y cubano”.

Colombia, a diferencia de lo que ocurre en Nicaragua, es un Estado de derecho, goza de instituciones sólidas, sana división de poderes, libertad de expresión y de participación política, inversión nacional y extranjera en todos los sectores, lo cual nos tiene a la vanguardia del crecimiento mundial este año”, señaló la Cancillería en un comunicado.

Sin embargo, indicó que reconoce el sufrimiento que ha padecido el país por cuenta de las acciones del narcotráfico, los grupos criminales y las guerrillas, razón por la cual el gobierno de Iván Duque y los anteriores han procurado fortalecer el marco jurídico y las instituciones que tienen el propósito de salvaguardar la democracia y garantizar los derechos de los ciudadanos, especialmente, proteger y promover los derechos humanos.

A su vez, el Gobierno de Colombia aseguró que ante los desafíos que enfrentan los países como consecuencia de la pandemia del covid-19 se han establecido propuestas basadas en principios humanitarios y de solidaridad, destacando que el pueblo colombiano en su mayoría cree en el valor de la democracia como eje fundamental para consolidar la paz y el progreso.

“Hoy la calidad democrática de Nicaragua tiene el tamaño de su dictador y los demócratas del mundo entero seguiremos instando a la comunidad internacional para que aplique a todos los miembros del régimen de Nicaragua las sanciones económicas y personales que eviten que gane tiempo para seguirse lucrando, destruyendo la riqueza nacional y pisoteando la dignidad humana, como le sucedió a Venezuela”, aseveró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.

Por último, hizo un llamado a la comunidad internacional, que descalificó las elecciones presidenciales en Nicaragua, para que no se permitan estrategias del régimen de Daniel Ortega que hagan invisible el sufrimiento de las víctimas y se dejen a un lado las esperanzas de la población que busca la libertad.

Declaraciones de Ortega

Según el dictador sandinista, el gobierno de Iván Duque no tiene ninguna autoridad para cuestionar los resultados de las elecciones, ni los derechos humanos en su país, pues Colombia es un ‘narcoestado’ en el que mueren personas todos los días.

“Colombia es un narcoestado donde los crímenes son impresionantes, con asesinatos todos los días (...) ¿con qué autoridad puede hablar Colombia de seguridad y los derechos humanos en Nicaragua, si ahí se violan los derechos humanos permanentemente?”, criticó Ortega.

A principios noviembre, en medio de las elecciones presidenciales en Nicaragua, Ortega se enfrentó en las urnas con varios candidatos que habían sido capturados y llevados presos por la dictadura, razón por la que no sorprendió que el sandinista se atornillara en el poder.

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