A través de un comunicado, la Fiscalía General de la Nación dio a conocer la acusación contra el dragoneante del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), Marco Javier Morantes Pico, como presunto responsable del delito de secuestro simple agravado, con relación a los hechos violentos contra la periodista Jineth Bedoya Lima, ocurridos el 25 de mayo de 2000.
De acuerdo con la información revelada por el ente investigador, se constató que Bedoya llegó a la Cárcel Nacional Modelo de Bogotá para realizar una entrevista a Mario Jaimes Mejía, alias Panadero, un exintegrante de las extintas AUC y en la puerta del centro penitenciario fue atendida por el hoy procesado, quien estaba encargado del filtro de acceso y, supuestamente, la mantuvo en espera durante casi media hora.
Según los hechos el dragoneante Morantes Pico, al parecer, le aseguró a la periodista que su ingreso estaba autorizado y que debía esperar la boleta de entrada, pero, según el material de prueba, dicho aval no existía y la demora se estaría orquestando para que la víctima quedara sola y fuera abordada por un hombre armado que se la llevó en un carro a una bodega y donde posteriormente Bedoya Lima fue retenida, torturada y abusada sexualmente.
En su comunicado la Fiscalía señala que luego de los actos contra la periodista, un grupo de personas trasladó a la comunicadora a Villavicencio (Meta), donde fue abandonada en vía pública.
Tras las revelaciones que arrojó la investigación, una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, a cargo de este caso, estableció que esta acción fue planeada por exintegrantes de las AUC y narcotraficantes privados de la libertad, con apoyo de algunos funcionarios de la fuerza pública y del INPEC, que actuaron en retaliación por las publicaciones que hacía la periodista sobre varios acontecimientos criminales que ocurrían en el interior de la Cárcel Nacional Modelo de Bogotá.
Al vincular al dragoneante, en la resolución de acusación contra Marco Javier Morantes Pico se confirma que pese a que la medida no es privativa de la libertad, se le oficia a Migración Colombia y a otras autoridades garantizar que este hombre no salga del país, con el fin que comparezca a los requerimientos judiciales que sean emitidos.
De igual manera, se informa que luego de 21 años de cometidos los delitos contra la comunicadora, el proceso se sigue de acuerdo con los lineamientos definidos en la Ley 600 de 2000 (anterior Sistema Penal).
“Histórico”: FLIP celebró la condena al estado colombiano por caso de Jineth Bedoya
Después de más de 21 años de lucha judicial, el pasado 19 de octubre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por la responsabilidad en el crimen que marcó la vida de la reportera colombiana Jineth Bedoya.
El triunfo en el tribunal internacional no fue ajeno para la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), organización no gubernamental que defiende el derecho a la libertad de expresión de los periodistas. Por medio de su cuenta oficial de Twitter calificaron la sentencia como “histórica”.
La FLIP resaltó que la responsabilidad de Colombia radica en vulneraciones a la libertad de prensa en sentido de falta de medidas para proteger a la periodista contra los delitos a los que fue sometida el 25 de mayo del 2000. Al mismo tiempo, aseguró que existe impunidad interna en el caso.
Además, entre lo más relevante en términos de garantías de prensa, la organización expuso que uno de los mandatos de la Corte IDH fue que Colombia maneje datos y cifras de violencia contra periodistas. Incluso, en medio de la sentencia, se lee que también se deberán financiar “programas de protección y asistencia a mujeres periodistas víctimas de violencia”.
“La Corte resolvió que Colombia es responsable por la violación de los derechos a la integridad personal, libertad personal, honra y dignidad y libertad de pensamiento y expresión de Jineth Bedoya. También por la violación a sus garantías procesales y protección judicial”, detalló la organización.
Para la justicia, tanto en el sistema internacional como localmente, la sentencia de la Corte IDH es un precedente y un ejemplo de valor a la hora de tomar decisiones para casos futuros de violencia contra periodistas. Esto lo resaltó la FLIP:
“Además, esta sentencia es una hoja de ruta no solo para reparar a Jineth, sino también para avanzar en la protección de las mujeres periodistas y el acceso a la justicia para mujeres víctimas de violencia sexual”, expresó, por medio de Twitter.
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