Las autoridades colombianas lograron desmantelar a la banda delincuencial denominada ‘Sin Frontera’, dedicada al tráfico de personas entre Ecuador y Colombia. Recientemente fueron capturados y judicializados nueve presuntos integrantes del grupo que operaban en el puente internacional de Rumichaca y los pasos ilegales ubicados en Ipiales, Nariño.
Esta organización criminal tenía una importante red a través de la cual camuflaba todo el proceso migratorio ilegal para pasar a cientos de personas de un país a otro. Tenían empresas de turismo fachada, falsos servicios de hospedaje, transporte y falsificación de documentos migratorios y pasaportes; todo el proceso les dejaba miles de dólares en ganancias.
Según las autoridades, una fuente humana les dio la información preliminar sobre la operación de estas personas en la frontera de ambos países, por donde cruzaban a ciudadanos provenientes de países como Sierra Leona (África), Haití, Cuba, Bangladesh, Irak, Siria y China, de manera ilegal.
Además, en medio de sus investigaciones los uniformados de la Fiscalía de Colombia establecieron que estas personas no solo pasaban a las personas desde Ecuador a Colombia, sino que también estaban coordinando el transporte terrestre de los migrantes hacia Necoclí (Antioquia) y Acandí (Chocó), lugares desde los que seguían su paso hasta Panamá, emprendiendo su ruta hacia México para, finalmente, llegar a los Estados Unidos.
Por el hospedaje, transporte y falsificado de documentos, los migrantes les cancelaban a los delincuentes entre 250 y 300 dólares por persona, esto dependía de su nacionalidad, según establecieron los investigadores. En total, las autoridades establecieron que, por cada bus lleno de migrantes que estas personas lograban despachar desde Ipiales hasta Necoclí, podían percibir ingresos por hasta 10.000 dólares.
Además, con las empresas fachadas de turismo, coordinaban viajes a la población chocoana de Acandí, por los cuales cobraban por el transporte marítimo entre 150 y 200 dólares.
Después de recibir información de una fuente humana, las autoridades empezaron a investigar a las personas señaladas como integrantes de la banda ‘Sin Fronteras’. Después de establecer que, efectivamente, desempeñaban una labor ilegal, se emitió una orden judicial durante operativos que logró la detención de nueve personas.
Las labores de investigación y operativos fueron adelantados por miembros del CTI, Sijín, Ejército Nacional, funcionarios de Migración Colombia, y del DSS de la Embajada de Estados Unidos en Bogotá. En las últimas horas los capturados fueron llevados ante el juzgado Primero Penal del municipio de Ipiales, Nariño, donde les impusieron medida de aseguramiento y les imputaron los delitos de concierto para delinquir y tráfico de migrantes.
En el comunicado, la Fiscalía General de la Nación informó que el cabecilla de la red criminal, conocido como alias ‘Lucifer’, fue capturado e identificado como Luis Alberto Rosero Zúñiga. Sus subordinados son Wilmer Andrés Rosero Melo, alias ‘Pin Pin’; Jhon Jairo Rosero Zamora, alias ‘Mono’; Edgar Gabriel Trejo Romo, alias ‘el Abuelo’; Edgar Albeiro Erazo Yama, alias ‘Zancudo’; Jorge Eduardo Gómez Pérez, alias ‘Tato’; Marvin Jair Tulcán Chilangua, alias ‘el Negro’; Jorge Eliécer Rueda Sánchez, alias ‘Chamizo’; y Gustavo Adolfo Ordoñez Alviz, alias ‘Caleño’.
En medio de las diligencias, las autoridades señalaron que, dentro del proceso, debía ser vinculada una persona más, quien ya estaba recluida en un centro carcelario por los mismos delitos. Sin embargo, según detalló el ente acusador, ninguno de los imputados aceptó los cargos por los que se les acusó, pero aún así fueron cobijados con medida de aseguramiento en centro carcelario.
Cabe resaltar que, según la agencia de noticias EFE, la migración -en especial de población haitiana- desde Sudamérica hacia Norteamérica, alcanzó cifras récord en Colombia entre julio y septiembre. Migración Colombia registró que más de 27 mil personas de diferentes nacionalidades ingresaron al país de forma irregular, quienes buscan mejores condiciones de vida y exponen sus vidas por altos precios con coyotes y bandas delincuenciales que les prometen pasarlos de un país a otro.
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