Abecé de la ley que reglamenta el uso industrial del cáñamo en Colombia

El proyecto, que ya hizo su trámite en Cámara y Senado, legaliza la producción de esta variedad del cannabis en el país; traería múltiples beneficios a los campesinos del país y apoyaría el proceso de restitución de tierras del Gobierno

Guardar
Colombia entra al negocio de
Colombia entra al negocio de ropa hecha con cáñamo de cannabis no psicoactivo: Esta iniciativa es una apuesta con la cual Hemp Textiles espera echar por tierra el estigma de la planta y aumentar sus exportaciones a Estados Unidos. EFE/Mario Ruiz/Archivo

En Colombia está a un paso de ser ley que el cáñamo, una variación del cannabis, sea desconsiderada únicamente como una planta psicoactiva y se pueda usar para fines medicinales, industriales y como opción para los campesinos de los campos nacionales.

Así quedó establecido durante la noche de este miércoles 15 de diciembre, luego de que el proyecto motivado por el Partido Liberal pasara a conciliación tras ser aprobado en el último debate ante el Congreso de la República.

El senador Horacio José Serpa es el autor de este proyecto de ley, quien dice que no solo beneficiará a los habitantes de los campos, sino que propenderá por la economía y, de alguna forma, atacará el narcotráfico.

“Gana el agro, ganan los campesinos y gana el país con una Ley que generará empleo, tecnificará el campo y fortalecerá el posconflicto”, expresó el congresista en su perfil de Twitter.

Además, en la plenaria del Congreso, brindó otros detalles del proyecto donde, una vez más, destacó los beneficios que traería el proyecto al sector agropecuario en Colombia.

“Lo que buscamos es crear un marco normativo que permita la libre producción y comercialización de esta planta con fines industriales. Hoy en día para sembrar el cáñamo toca realizar el mismo procedimiento que para el cannabis, el cual es costoso, es largo y dispendioso, pero también es absurdo ya que las plantas son totalmente distintas y el cáñamo no es psicoactivo”, destacó el parlamentario.
Samir Abisambra y Horacio José
Samir Abisambra y Horacio José Serpa hijo

Cabe recordar que el cáñamo es un ‘primo’ del cannabis que provienen de la planta Cannabis Sativa y que es la tercer especie vegetal más común luego de la palma de aceite y el coco en la generación de combustibles, que fue de los principales argumentos que los autores de la posible ley usaron para llegar ad portas de su sanción.

Por ejemplo, el congresista Carlos Eduardo Acosta, del partido cristiano Colombia Justa Libres, también celebro que el parlamento le diera luz verde a la iniciativa y, mediante su cuenta de Twitter, dijo que el cultivo del cáñamo “representa una gran alternativa para Colombia, no solamente por sus múltiples usos: industrial, comercial, textil y en diferentes otras aplicaciones, sino porque representa una excelente alternativa de sustitución de cultivos”, subrayó Acosta.

Tras el avance de este proyecto de ley, como ya se mencionó, serán los campesinos los que más beneficios obtengan, pues les permitirá sacar provecho de esta planta en plena reactivación económica tras la pandemia de covid-19.

De hecho, logrará que cientos de familias que habitan en las zonas rurales logren acogerse al plan de sustitución de tierras que adelante el Gobierno nacional para atacar de raíz la coca y las demás sustancias que se venden para fines delictivos.

“Desde la entrada en vigencia de esta ley, será posible ofrecer alternativas para enfrentar la crisis económica y acceder a servicios financieros como créditos bancarios para potenciar los proyectos productivos”, detalló el liberal Serpa, quien nombró otros de los beneficios que traería consigo la implementación de esta ley.

“Con esta iniciativa, el cáñamo dejará de ser una planta psicoactiva y controlada, para ser una opción agrícola de fácil acceso para los campesinos y de la cual se podrán extraer fibras y granos para alimento tanto humano como animal”, señaló.

Recordemos que desde antes de su aprobación, cuando el proyecto apenas se abría paso en el Congreso de Colombia, las asociaciones productoras de cáñamo le pedían a los parlamentarios, así como al Gobierno, que se dialogara sobre el proyecto 640 de 2021 en Cámara y 248 de 2020 en Senado para no solamente regular el uso de la planta, sino permitir que el país aprovechara los múltiples beneficios antes descritos.

Las dudas sobre el proyecto fueron, quizá, uno de sus mayores impedimentos en su paso por el Congreso. Sin embargo, pese a su apariencia semejante al cannabis, el cáñamo se diferencia por su baja concentración (inferior al 0,3%) del componente psicoactivo del Cannabis, el Tetrahidrocannabinol (THC). Por lo tanto, se hace hincapié en que los “bajos contenidos de THC favorecen que no se pueda implementar como un narcótico psicoactivo”, detalla el proyecto.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar