A 48 horas del cierre del periodo legislativo de 2022 y con un debate pendiente en Plenaria, la reforma que reduce las vacaciones de los congresistas, autoría del parlamentario Gabriel Santos (Centro Democrático), podría hundirse por falta de trámite en el Congreso de la República.
Santos, quien previamente ha advertido de esta maniobra contra este proyecto, resaltó que le parece extraño “que el proyecto no llegue a la Mesa Directiva para ser anunciado”, en referencia a los obstáculos suscitados a raíz de la iniciativa que, en la práctica, propone el regreso a legislar a partir del 16 de febrero.
El parlamentario sugirió que hay un presunto interés del gobierno por frenar el proyecto, que superó 7 de los ocho debates antes de pasar a sanción presidencial.
“Creo que hay un interés muy grande del Gobierno de no tener un Congreso sesionando todo el tiempo. Un mes más para que el Congreso sesione significa un mes más de los ministros dando respuestas y haciendo control político al gasto. Pareciera ser que el menos interesado en que este proyecto salga es el que más poder tiene en el Congreso: el Gobierno Nacional”, indicó Santos en alocución a medios el pasado 14 de diciembre.
En caso de que la iniciativa no sea agendada en las próximas horas contaría con un último recurso que consiste en ser asignada al decreto de sesiones extraordinarias que prepara el Ejecutivo para evacuar proyectos pendientes de discusión en el Congreso.
En qué consiste el proyecto de ley que reduciría las vacaciones de los congresistas
El punto clave de la iniciativa planteada por el representante Gabriel Santos busca quitar un mes a las vacaciones que los congresistas tienen entre el 16 de diciembre de 2021 y el 16 de marzo de 2022. De esta manera, los legisladores regresarían a sesiones a partir del 16 de febrero, ganando tiempo para más debates y minimizando el problema del que alcanzó a sufrir el propio acto legislativo: la falta de tiempo para discutir y votar, que hace que numerosas iniciativas terminen hundiéndose. lo cual obliga al gobierno a convocar a sesiones extras.
Además de las dificultades expresadas por Santos ante la inminencia del cierre de las sesiones ordinarias, el representante ha señalado en repetidas ocasiones que son muchos los intereses que buscan engavetar esta iniciativa. Una de las más significativas, fue la acusación que Santos hizo de que su copartidaria, y actual presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, de ser la “sepulturera” de su proyecto.
“Hoy la sepulturera de ese proyecto es la presidenta Jennifer Arias, de quien tenemos evidencia de que alguien de su oficina firmó un recibido el 12 agosto. Más de un mes escondido en una gaveta”, dijo Santos a mediados de septiembre pasado, llevándose un regaño por parte del jefe natural del Centro Democrático, Álvaro Uribe, quien le exigió respeto por sus compañeros de bancada.
No obstante, la presión de Santos tuvo resultado: Arias, en sus funciones como presidenta de la Cámara, firmó el proyecto hasta el 30 de septiembre. Desde ese momento comenzó el maratón en la Comisión I y posteriormente pasó a Plenaria en la segunda semana de noviembre.
Cabe resaltar que la mecánica para discutir cualquier proyecto en la Corporación consiste de hacer llegar el documento a la Mesa Directiva, la cual procede a agendarlo y anunciarlo para debate por parte de los parlamentarios, motivo por el que Santos ha insistido en que dicho “cuello de botella” debe ser superado para que su iniciativa pase a sanción presidencial.
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