El pasado 14 de diciembre en horas de la mañana se registraron dos atentados terroristas en el aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta, Norte de Santander. Una bomba estalló cerca de la terminal aérea y la otra bomba fue instalada en una maleta que estalló cobrando la vida de dos policías expertos en la desactivación de explosivos.
Los dos policías identificados como William Bareño y David Reyes, que se disponían a desarmar un artefacto explosivo que estaba tirado en el suelo, murieron cuando este les estalló en las manos.
“Cuando los policías llegaron encontraron otro maletín junto al cuerpo desmembrado en el que había otro explosivo que fue el que al parecer acabó con las vidas de los dos agentes”, expresó a Semana el ministro de Defensa, Diego Molano.
En diálogo con La W, Belkys Báez, esposa del policía fallecido William Bareño Ardila, aseguró que los funcionarios no contaban con la indumentaria necesaria para el tipo de labor que iban a desarrollar con el explosivo.
“No firmaron las cartas para entregarles equipos, no había equipos. El robot estaba dañado, el traje no lo tenían porque no sé a quién le corresponde decidir cuándo entregar la dotación. Todo eso hay que investigarlo”, aseguró la esposa del policía Bareño.
Así mismo, afirmó que su esposo se especializó en ese campo porque su objetivo era salvar vidas. “El siempre decía que donde había bombas, había muerte, y que él tenía que salvar vidas”, dijo Báez en la entrevista.
Belkys Báez repitió que algo sucedió con los elementos que deben usar para la desactivación de bombas. En el diálogo señaló que hace aproximadamente tres meses supo que no había disponibilidad de los elementos indispensables.
“Casualmente, uno de ellos sufrió un atentado también y no se los devolvieron. Yo no sé si estoy causando un dolor o una molestia para mi familia con esto que digo, pero es la verdad”, dijo.
Así mismo, expresó que su esposo decidió tomar el riesgo de desactivar el artefacto explosivo porque era su vocación.
“Los que hacen las bombas y los artefactos son químicos, físicos, especializados en universidades (…) ayer gritaba del dolor que tenía, porque lo sabía”, dijo y añadió que su esposo “se arriesgó así por vocación, amaba lo que hacía y sabía que había un peligro latente, estaban en riesgo otras personas, eso se llama vocación”.
En la entrevista, la esposa del policía fallecido también informó que el uniformado estaba pensando en retirarse. De acuerdo con el relato de Báez, el uniformado estaba pensando seriamente en esa posibilidad debido a la situación de orden público que está atravesando el departamento.
Según su esposa, al policía “le entró el miedo por la situación en el departamento” y se iba a retirar en febrero del próximo año. “Él dijo, no quiero seguir más, quiero estar con mi familia. Había cumplido su edad de pensión y estaba trabajando extra en la Policía”, añadió la mujer. Además, aseguró que “no había funcionarios como él”.
Cabe recordar que, los policías que murieron en el atentado con explosivos el pasado martes, iban a ser condecorados por haber desactivado un carro bomba abandonado en el municipio El Tarra, también en Norte de Santander.
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