Aplican la eutanasia a la Mona Jaller en una cárcel en Bogotá

Giselle Jaller Jabbour fue condenada por múltiples estafas que realizó durante los años 90, cuyas víctimas incluyeron altos mandos del Ejército Nacional

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Bogotá, febrero 22 de 2019.
Bogotá, febrero 22 de 2019. Giselle Jaller, conocida como 'la Mona', fue capturada en Bogotá para que cumpla una condena por fraude procesal. Fue presentada ante un juez de Paloquemao. (Colprensa - Prensa Paloquemao)

Este 9 de diciembre murió en una cárcel de Bogotá, Giselle Jaller, más conocida como la “Mona Jaller”, quien protagonizó múltiples estafas contra empresas y altos mandos del Ejército Nacional de Colombia.

Según informó Blu Radio, la mujer fue sometida a la eutanasia por una enfermedad que, según el Inpec, le ocasionaba un prolongado sufrimiento. Dicho procedimiento se llevó a cabo este jueves en la cárcel El Buen Pastor donde permanecía recluida desde 2019, cuando fue capturada en el barrio Bella Suiza.

Para la aplicación de la eutanasia la condenada por fraude procesal recurrió al Ministerio de Salud, que dio el aval para el procedimiento.

Jaller nació el 3 de marzo de 1959 en Beirut, Líbano, pero fue traída desde niña a Colombia. En los 90 logró cometer varios fraudes que la llevaron incluso a permear el Ejército colombiano y conquistar la confianza de los más altos oficiales encargados de las compras de la entidad y lograr que le adjudicaran tres contratos por 800 millones de pesos para la época.

Tras su captura, en diálogo con medios radiales Jaller Jabbour aseguró que prendería el ventilador y presentaría todas las pruebas que tenía en contra de los implicados en el crimen del líder político Álvaro Gómez Hurtado.

Manifestó que tenía la “memoria” del exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño, en las que hace referencia al plan para atentar contra el candidato presidencial. Pero de eso no reveló nada.

Las estafas de la Mona

La más conocida es la que le hizo a los altos mandos militares haciéndose pasar por una exitosa empresaria. Con una firma denominada Inter Terra se ofreció para ganar un contrato con el Ejército para la fabricación y suministro de pertrechos militares cuando Indumil es la única empresa oficial autorizada para fabricar armamentos y municiones en Colombia.

Otro contrato era para hacer un arma para los cadetes de la Escuela Militar José María Córdoba, que no era de ataque ni de defensa, sino un símbolo de la pertenencia a la institución armada que la exhiben los militares en desfiles.

Pero esa no fue su única estafa de la época. En 1995, el entonces Banco Ganadero, hoy BBVA, la denunció por suplantar la identidad de su hermana, Rolla Jaller, para hacerse pasar como representante legal de Inter Terra. Para esa empresa, Jaller solicitó millonarios créditos que luego fueron anulados cuando se encontró que la firma era falsa. Luego, en 2010 intentó falsificar unos documentos de Inter Terra para transferir acciones a su nombre, lo que también se detectó, reseñó El Tiempo.

Otras de sus víctimas, según ese mismo diario, estaban en Washington, donde se presentó como la amante de Hugo Chávez y asesora del presidente Donald Trump. Con esa fachada, estaba pidiendo 360.000 dólares para tramitarle asilo al presidente de Panamá Ricardo Martinelli y buscando socios para cerrar un falso contrato con el Gobierno venezolano.

Por el caso de la estafa al Ejército, se convocó al Tribunal Penal Militar y la Procuraduría pidió la condena para dos coroneles y dos mayores por presunta falsedad ideológica, prevaricato por omisión y enriquecimiento ilícito.

También pidió una investigación disciplinaria contra el almirante Hugo Hernando Sánchez, el general Henry Medina, los coroneles José Ignacio Báez y Fabio Muñoz, el mayor José David Silva, los capitanes Germán Said Castaño y Gustavo Urdaneta.

Por todos sus crímenes, la Mona Jaller, ya en sus 61 años, tenía orden de captura de la Interpol para pagar en Colombia la condena impuesta hace 26 años.

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