En la noche del pasado martes 7 de diciembre, informó El Heraldo, se presentó un homicidio en carrera la 60 No.10-60, en la jurisdicción del barrio Luis Carlos Galán, en el oriente de Santa Marta. La víctima de esta muerte violenta fue Cristina Isabel Cantillo Martínez, una mujer trans reconocida por sus labores como líder social en pro de los derechos la comunidad LGBTIQ+. Según reportaron medios de comunicación como El Tiempo, Cantillo ya había recibido amenazas de muerte. De acuerdo con la información expuesta hasta el momento, un sicario llegó hasta la puerta de Cristina y le disparó. La gravedad de las heridas le causó la muerte.
Cristina Isabel estaba bajo el cuidado de la Unidad Nacional de Protección (UNP): a su nombre, había dos escoltas. Para el momento del homicidio, la mujer se encontraba con su familia, festejando la noche de velitas. Sus guardaespaldas no se encontraban presentes, según dijo uno de ellos a El Heraldo, porque Isabel les había dado tiempo libre desde las tres de la tarde. Es este punto, dice ese diario, hay versiones cruzadas, pues, mientras que esa es la versión de los escoltas, la familia asegura que desde hacía días no los habían visto ejecutando sus respectivas labores de cuidado sobre la lideresa social.
Ese mismo medio de comunicación reveló que desde la autoridad se reveló que el automóvil destinado a la protección de la vida de Cristina, que ya estaba en peligro, se encontraba fuera de servicio por fallas mecánicas desde hacía tres días.
Cristina, de acuerdo con el diario local, y con la información preliminar expuesta por la Policía, recibió cinco disparos que impactaron en su cabeza, cuello, abdomen y espalda. La agresión se ejecutó a una distancia de un metro entre la víctima y el asesino. El diario El Tiempo resalto que Cantillo además de ser una defensora de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, atendía y orientaba procesos de reclamaciones de tierra a través de la fundación ‘Calidad Humana’.
En el año 2020, comentó el periódico en su nota, Cristina fue víctima de dos atentados de los cuales salió ilesa. Uno de los ataques sucedió en abril, en el que resultó herido Luis Felipe Cantillo, su hermano. En noviembre, cuando ocurrió el segundo atentado en contra de su vida, salió ilesa porque los sicarios, pensando que la mujer se encontraba en la camioneta de la UNP, dispararon, sin embargo, Cristina no iba en ese carro.
Funcionarios del Laboratorio Móvil de Criminalística del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, luego del homicidio, fueron los encargados de inspeccionar el cadáver que, luego de ello, fue trasladado a morgue de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la ciudad. Cristina había sido trasladada por sus familiares hasta la sala de urgencias de la clínica Los Nogales, sin embargo, a su llegada, ya su cuerpo no tenía señales de vida.
“Rechazamos el asesinato de Cristina Cantillo líder de la comunidad LGTBIQ, quien había denunciado amenazas en su contra. Desde Alcaldía le teníamos activada la ruta de atención. Su protección estaba a cargo de la @UNPColombia. Pedimos a las autoridades resultados y justicia”, expresó la alcaldesa, Virna Johnson, a través de su cuenta de Twitter.
“Soy una mujer que trabaja para las mujeres. Que está dispuesta a levantar su voz. En Colombia es muy difícil ser una mujer trans, es como llevar la muerte a cuestas”, dijo en una entrevista con la W Radio meses atrás.
“Me cuidan de 8:00 a.m. a 12:00 p.m. y de 2:00 p.m. hasta las 6:00 p.m., eso quiere decir que en cualquier momento me pueden matar. Sea antes de 8:00 de la mañana, en horas del almuerzo o después de las 6:00 p.m. que ya los escoltas se retiran (...) Esto es un carro convencional y por eso hago responsable de mi vida a las autoridades. Todo lo que me pueda ocurrir es culpa de ellos. Por eso no me voy a ir de mi ciudad. Aquí me voy a quedar”, dijo en otra entrevista con el portal de Eventos Santa Marta.
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