La historia del taxista que vio crecer el punk y el metal en Medellín

En el cuarto de su casa ensayaron bandas como Ekhymosis, I.R.A, Masacre y Kraken

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En la década de los años 80, en Medellín y otras ciudades del país empezaban a ser populares las letras, sonidos y rebeldía del rock, el punk y el metal, géneros que por ese entonces, según la creencia popular en Colombia y el resto del mundo, reunían a un montón rebeldes sin causa amantes de los taches, el color negro y las chaquetas de cuero.

Sin embargo, a pesar del pensamiento popular, habían otras personas que veían talento entre los jóvenes que por ese entonces tomaban el bajo y la guitarra eléctrica para interpretar las canciones que eran exitosas en los Estados Unidos. Luis Emilio Valencia fue el dueño del primer ‘ensayadero’ para las bandas de rock de la ciudad de Medellín, lugar en el que se gestó gran parte de la escena rock del país.

Valencia veía en la música, en especial en el rock y sus derivados, la manera en la que los jóvenes se alejaran de una ola de violencia que atemorizaba a los habitantes de Antioquia por esos años, cuando el narcotráfico y el conflicto armado se llevaban a los menores de bajos recursos. Además, la rebeldía y la protesta a través de estos géneros musicales también se había convertido en un medio para que los jóvenes se manifestaran en contra de lo que sucedía en su ciudad.

En su casa, Valencia adecuó una habitación de su casa con icopor y cajas de huevo para que allí ensayaran las bandas locales que querían ser como ‘The Beatles’, ‘Black Sabbath’, ‘Led Zeppelin’, entre otras. Así lo resaltó el portal Vice en un reportaje que hizo sobre este hombre en 2016, señalando que, al principio, el hombre paisa de unos 20 años solo quería ayudar a sus conocidos con un lugar para ensayar, pero la voz se regó por todo Medellín.

Luis Emilio Valencia creó, casi por coincidencia, el epicentro de la escena punkera y metalera de Medallo”, retrató el portal. El paisa fanático del rock tenía su propio grupo, pero prestaba sus instrumentos para que otros grupos pasaran por su casa, ubicada en el sector de Simón Bolívar, en Medellín; en la casa de Valencia llegaron a ensayar Ekhymosis, I.R.A, Masacre, Kraken, Amen, por mencionar a las más reconocidas.

Poco a poco, la casa de Luis Emilio se hizo famosa, así como los ‘ensayaderos’ que hizo en otros lugares de la ciudad años después. En 1989, del programa ‘Arriba mi barrio’ lo entrevistaron para que explicara a los televidentes su apoyo a esos géneros musicales y de qué se trataban esos ritmos, para ese momento Valencia señaló que por su casa había pasado más de 300 bandas diferentes.

Luis Emilio Valencia, el dueño del primer 'ensayadero' para metaleros en Medellín

Por ahí 300 grupos, metal, hadcore, trash metal, death metal, punk y otras clases de música ... después del jazz, siguió el rock y había dos corrientes distintas, ‘Los Beatles’ eran los niños buenos y ‘Black Sabbath’ eran los chicos malos, después siguió y les parecía muy suave esa música, eso se llamaba heavy metal, luego siguió el trash metal, el death metal, el punk, el hardcore y están saliendo más clase de música”, dijo Valencia al programa en ese momento.

Después de los 2000, Valencia casi que desapareció, muchas personas lo recordaban, pero pocos sabían en dónde estaba. Lo cierto es que para los conocedores del género el hombre se había convertido en uno de los gestores del metal en Medellín. En 2019, Luis Emilio reapareció en el canal de YouTube de Román González, en donde dio una entrevista de más de una hora en la que habló del cuarto de ensayo y los instrumentos que le prestaba a los jóvenes músicos como Juanes.

Eso fue como una bola de nieve, yo solo puse mi lugar y mis cosas, y la gente fue llegando. Nunca pensé que se iba a convertir en un referente, no pensé que Juanes se fuera a volver tan famoso, no pensé que ‘Bull Metal’ (Mauricio Montoya) se fuera a matar, explicó Valencia.

En la actualidad, según reseñó en noviembre de este año en su portal web la Radio Nacional de Colombia que Luis Emilio Valencia ahora es taxista en su natal Medellín. Gracias a este trabajo, se ha convertido en guía turístico de la ciudad y con las mejores historias sobre el nacimiento de grandes bandas de punk y metal en el país.

Señalaron que, luego de que empezaron a llegar equipos más sofisticados y lugares más adecuados para ensayar, Valencia cerró su casa y se dedicó a vender seguros, oficio que dejó y, hace ocho años, maneja un taxi por toda la ciudad, siendo el conductor de confianza de las mujeres de la ciudad y los extranjeros que vienen de viaje.

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