Este 5 de diciembre se vivió la primera jornada de las elecciones para Consejo de Juventudes en toda Colombia. De acuerdo con la registraduría hay en total 12.282.273 jóvenes con capacidad para participar de los comicios, pero solo votaron 1.279.452, es decir el 10, 41 % del total.
Estas cifras preocupan, pues la inversión total fue de $160.000 millones, un gasto enorme en medio de una crisis económica y la pandemia del covid-19.
A parte de la baja participación se puede ver cómo estas elecciones estuvieron marcadas por una falta de pedagogía a la hora de votar, pues según las cifras se dieron 23 % de votos nulos, que según la MOE suelen estar entre el 6 % y el 7 % en las elecciones de Congreso y 2 % para el Consejos municipales.
“Este resultado invita a la organización electoral a revisar el diseño de la tarjeta electoral y fortalecer los procesos de pedagogía”, sentenció el organismo en el último informe presentado.
Por su parte, la Registraduría Nacional del Estado Civil aseguró que se trataron de 291.345 votos nulos y 7.409 boletas de votación no marcadas.
Por otra parte, la MOE recibió un total de 74 reportes sobre posibles irregularidades electorales provenientes de 27 municipios, de 14 Departamentos y Bogotá, a saber: Antioquia, Atlántico, Bolívar, Córdoba, Caquetá, Cesar, Cundinamarca, Nariño, Norte de Santander, Quindío, Santander, Sucre, Tolima y Valle del Cauca.
El 40% de la información reportada sobre irregularidades frente a las autoridades electorales hace referencia al desconocimiento en la aplicación de la Resolución 15881 por parte de las autoridades del puesto de votación. Lo que, en algunos casos, impidió que los menores de edad ejercieran su derecho al voto, o que se presentaran confusiones y dudas en el cumplimiento de lo establecido en la mencionada resolución.
La MOE también asegura que la segunda razón de denuncias se dio por “posibles afectaciones a la libertad del voto dada por presuntos constreñimientos, compra de votos, suplantación y engaños a los votantes para dirigir su voto”.
Otro caso que manchó la polémica jornada tiene que ver con la entrega de propaganda electoral en los puestos de votación y el uso de distintivos alusivos a campañas de organizaciones políticas.
Partidos tradicionales siguen mandando en las regiones
Se esperaba que estas elecciones fueran la traducción de la inconformidad de los jóvenes frente a los políticos tradicionales que desencadenó la protesta de principio de año y que costó sangre y estigmatización, pero los números de la registraduría declararon ganadores a los partidos y movimientos tradicionales.
Según los datos revelados en la página web, con casi el 99 % de las mesas escrutadas, los Partido y Movimientos políticos tuvieron el 56,39% de los votos escrutados, es decir 522.828 en total. Mientras que las listas independientes obtuvieron 269.613 votos, para marcar el 29,06% de los resultados totales.
Por otra parte, los procesos y prácticas organizativas solo obtuvieron 11.737 votos, dejándolas en último lugar.
Estos datos demuestran que las maquinarias de elección son una fuerza que se debe tener en cuenta para 2022, pues todavía saben cómo mover los votos a favor de ciertos partidos tradicionales.
Una de las pocas excepciones fue el movimiento Unidad popular, Cali en Resistencia -que nació tras las protestas de principio de año-, el cual logró 2.345 votos y se convirtió en la lista más votada en todo el país.
Otros resultados preocupantes que encontró la MOE
Según la MOE percibió una falta de capacitación y compromiso por parte de los jurados de votación en la medida en que fueron reportadas la siguiente información, pues en el 22,4% de las mesas, antes de abrir la urna no se leyó en voz alta el número total de votantes en la mesa (e-11); en el 37.1% de las mesas los votos sobrantes no se escogieron al azar; en un 29,4 % de las mesas los votos sobrantes no fueron destruidos.
Además, en el 33.6% de las mesas de votación no cerraron a las 4 de la tarde, como lo señala la norma; el 23, 8 % de las mesas, en el momento del cierre de votación no estaban presentes las/los cuatro jurados asignados por la registraduría.
La Moe también encontró que “el 26,6% de las mesas de votación se pudo evidenciar que los jurados de votación no conocían el procedimiento de conteo de votos”.
Frente al diligenciamiento de los formularios E-14 para el conteo de votos en la mesa de votación, el organismo vio que “las actas de conteo de votos en las mesas observadas quedaron con tachaduras en un 17,5%; en un 22,4 % de las mesas se pidió recuento de votos físicos y el 17,5% no fueron entregadas copias físicas del formulario E14 a los testigos electorales”.
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