Continúa la carrera de los políticos que pretenden llegar a la presidencia del país. Entre los que se enfrentan para llegar a ser candidatos, hay algunos que han optado por postularse gracias al apoyo ciudadano demostrado a través de firmas. Este proceso, sin embargo, no es sencillo ni económico, de hecho, según explican medios de comunicación como la revista Semana, cada firma presentada a la Registraduría puede significar costos entre mil y los 2.500 pesos. Durante la última semana de noviembre, se cerró el plazo para que movimientos significativos de ciudadanos o sociales inscriban sus candidaturas con firmas para la elecciones presidenciales de 2022.
Ante la coyuntura del término de tiempo establecido para las inscripciones, se supo que, por ejemplo, el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, es el que más ha gastado dinero en esta causa. El precandidato no ha recibido donaciones de nadie, por lo que el total de los ingresos destinados a su campaña son recursos propios. La cifra asciende a $1,337,988,666, mientras que sus gastos son de $1,335,784,340. Para propaganda política se ha gastado $18,952,461.
El politólogo de la Universidad Nacional Rodrigo Sánchez, habló con el periódico El Tiempo y aseguró que esa modalidad “es una forma de darle, prendas o accesorios promocionales, planillas, esferos y demás. Hasta el momento, se conoce que Federico Gutiérrez, Alejandro Gaviria, Roy Barreras y Rodolfo Hernández ya superaron el millón de firmas. Cada uno de los aspirantes a la Presidencia debe presentar a la Registraduría un total de 580.620 firmas de ciudadanos, válidas, es decir, el 3% del total de votos válidos emitidos en los comicios presidenciales de 2018.
Ahora bien, los costos pueden ser más altos debido a la prevención que toman los políticos para recoger 30% más de las firmas que se le piden, pues, en ocasiones, las firmas o las cédulas que se recolectan resultan siendo incorrectas, lo que podría afectar el resultado final en caso de que las válidas sean menos de las que se solicitan. El plazo para presentar las firmas ante la Registraduría vence el 17 de diciembre del 2021, y el límite para certificarlas está programado para el 19 de enero de 2022.
Los precios, sin embargo, no han sido los únicos ‘pero’ de los políticos, pues, además, la desinterés y la desconfianza de la ciudadanía respecto a las instituciones, y la pandemia de coronavirus, ha hecho que sea más complicada la tarea que, de por sí, ya es difícil de adelantar.
“El tema de la pandemia ha hecho difícil que la gente se aproxime y utilice un esfero. La gente ha adquirido el hábito de estar más distante y tener el menor contacto posible con lo que sea”, comentó Enrique Peñalosa, para El Nuevo Siglo. El exalcalde de Bogotá ha recibido $564 millones y se ha gastado 82 millones, de los cuales 9 millones son en transporte y un millón en otros costos.
“Recolectar firmas en papel es un proceso muy dispendioso, y ahora mucho más en medio de la pandemia (...) Está descontenta y no cree en los políticos y, con razón. La pandemia, sin duda, ha profundizado el descontento de los ciudadanos pues ha dejado muy golpeada la economía y el bolsillo de los colombianos”, comentó Juan Carlos Echeverry en una entrevista para ese mismo diario. El político tiene $423,562,327, de los cuales $320,000,000 son donaciones. Ha gastado $373,461,690.
Diario Criterio, en una de sus más recientes notas, resaltó la posición de entidades como Misión de Observación Electoral (MOE) que, en medio de otras cosas, creen que existe un vacío normativo en esta modalidad para llegar a ser candidato presidencial. Según esa organización, se ‘abre la puerta’ a que lleguen dineros de dudosa procedencia.
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